Blanco - Negro y Vida

Capítulo 34

Perdida con mis decisiones

Han pasado veinticuatro horas desde que Diman cruzo esa puerta, demasiado tiempo pensé que se arrepentiría y vendría nuevamente a buscarme y llevarme por la fuerza. Pero eso no paso. Ahora me veo escondida en el sótano leyendo una de las copias del libro que mi padre había escondido de los viajes en el tiempo, se habla de máquinas y rescates temporales además de teorías físicas y cuánticas. El mismo autor lo escribió en si mi padre, debo decir que estoy sorprendida ya que no sabía que mi padre tuviera un libro escrito.

Sigo leyendo, comiendo de lo poco que tengo y durmiendo contando el pasar de los días. Marco en la pared como el cuarto y si, muchos días han pasados desde que me fui. Paso la mano por los nombres que marque y son de todos los que vivimos aquí también puse el de Diman, y no sé porque. La verdad soy una tonta que cometes errores y no se perdona por eso.

Estoy sola otra vez.

**

Me despierto por unos sonidos que parecen de personas. ¿Saqueadores? Mierda el corazón se me acelera de lo que podría pasarme. Me siento y comienzo a morderme las uñas. No otra vez. Si esas personas bajan no voy a estar segura de si son buenas o malas. Decido levantarme para ver si entiendo algo de lo que están diciendo.

-Ellos estuvieron aquí, señora- dice una voz gruesa.

-Interesante- responde la otra voz femenina. Una voz que parece muy suave como el de las abuelitas tiernas pero dudo que esta sea tierna más bien parece ser la líder- sigue buscándolos, y cuando lo hagas me los traes, además quiero que registren esta casa. Debemos encontrar los documentos que guardo Steve Sky y cuando lo hagan quémenla mas bien toda esta residencia- con eso hay un profundo silencio.

Silencio, que me cuesta respirar. Me alejo y tomo mis cosas rápido. Es hora de salir de aquí y huir así sea en la oscuridad. Esto me aterra pero creo que tengo que ser valiente. Escucho paso afuera mientras subo despacio las escaleras sin hacer ningún ruido. Esas pisadas son muy fuertes hasta que desaparecen. Con fuerza y rezando por dentro de que esta puerta no haga ruido, salgo. La cierro y me acerco con pasos sigilosos para ver por el filo de la pared si hay algunos de ellos. Unos están rebuscando en la oscuridad. ¡Imbéciles! nunca van a encontrar nada.

La puerta está abierta salvo por un pequeño problema hay muchas luces de autos encendidas. Nerviosa avanzo y me agacho frente al primer auto que veo, hay soldados custodiando la zona y mi vista va mas allá cuando veo a una mujer rubia parada hablando por teléfono. Muy elegante y seguramente malévola.

Me agacho más y comienzo a moverme mientras los autos me cubren, me acuesto para esconderme debajo de un auto que esta frente a la salida. Escucho más pisadas de soldados hasta que uno de ellos dice:

-Señora hemos encontrado la caja fuerte pero esta con clave.

-¡Ábranla!- la mujer rubia comienza a caminar hacia mi casa y los demás soldados la siguen, esta es mi única oportunidad para escapar.

Salgo y comienzo a correr hasta que no haya ningún soldado. Justo el viento me pega en la cara y doy un paso en falso cayendo en el asfalto y viendo un cadáver. Me tapo la boca para no gritar, y la balacera comienza.

¡Mierda! Nada ha salido bien desde que me separe del grupo.

Cubro mi cuerpo con las pertenencias del muerto y siento que me raspe nuevamente la rodilla y los brazos. Siguen disparando a la manada de zombis que apareció de la nada hasta que una bala me roza el brazo y comienza a brotarme sangre.

Este es un mal momento para pensar que estoy tratando de vivir en un mal mundo.




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