Dime cual es mi lección
Diman
Creo que estoy pagando un castigo que me merezco. Uno por ser mentiroso y otra por abandonarla. Pero la muy malcriada se lo merece. Una porque no confía en nadie que no sea ella misma y otra por egoísta.
Y yo que me preocupo por ella. Y me duele verla lastimada. Corro lo más rápido antes que me vean los agentes, todo es un caos, varios disparos y una oleada de zombis que aparecieron de la nada. En cualquier momento la nave en la que vino la líder comienza a elevarse así que tengo que darme prisa. Observo a Dulce herida en plena carreta rodeada de un montón de cadáveres.
-Diman- me mira a los ojos y llorando- me duele- respira con dificultad mientras se toca el brazo herido, miro si tiene más heridas y no solo raspados. Pero igual tengo que apurarme no tengo mucho tiempo. Si nos atrapan nos llevaran dentro del circulo y es un lugar que no quiero volver. La cargo y ella gime del dolor.
-Silencio Dulce- por suerte esta mujer chica es liviana y no pesa tanto así que se me hace fácil arrastrarla conmigo. Corro hasta que un disparo pasa a mi lado, regreso a ver asustado y un soldado me ve con su sonrisa maquiavélica, comienza a disparar ¡Mierda! Nos comienza a seguir como loco, estoy cansando pero no me rindo y corro más deprisa mientras Dulce parece mirarme entre sus ojos que parecen inconscientes.
-Volviste por mí- su voz es tan vulnerable y eso me conmueve por un momento.
-Volví por ti- se lo digo- volví porque me preocupo por ti y no podía irme así no más a las cascadas cuando no sabes nada de supervivencia- ella se ríe fríamente.
-Lo entiendo.
Escucho otro disparo y me llega al abdomen. Me detengo para disparar pero Dulce es más rápida. Toma mi arma y dispara en la cabeza del soldado mientras tras yo caigo con ella al piso. Un montón de sangre comienza a mancharnos a ambos. El imbécil está muerto si nos atrapaba nos llevaba con ella y estoy más que seguro que le paso el comunicado de que nos vio. Ahora si estamos fritos.
Dulce me regresa a ver.
-¡Diman!- se acerca a verme la herida mientras trato de taparla lo más rápido.
-No te preocupes- la vuelvo a cargar y comienzo a correr- buscare un lugar seguro- mis piernas me flaquean por un segundo pero las retengo. Diman nunca se rinde.
-Creo que ahora tratare de confiar en ti- menciona Dulce con una voz débil. Giro la siguiente avenida y está todo oscuro. Agotado, con mucho sueño y poco a poco estoy sintiendo el malestar de mi herida.
Camino, camino y sigo caminando hasta que ya no lo soporto. Miro a Dulce inconsciente y estoy a punto de seguirle. Me arrodillo y comienzo a respirar aceleradamente. Coloco a Dulce en el frio suelo y miro mi herida que se puso morada y más abierta que nunca, el pañuelo está cubierto de sangre. Mis piernas se flexionan contra el suelo, tomo la mano de la chica que me está volviendo loco sin saberlo y la arrastro hasta una puerta que está abierta.
Por dentro esta oscuro y estamos desprotegidos. Saco la pequeña linterna con pila y la enciendo. No hay nadie asa que me levanto a cerrar la puerta corrediza de este lugar. El sonido es fuerte pero eso ya no me importa, no cuando creo que estamos a punto de morir congelados y desagrados por no curar nuestras heridas.
Escucho susurros débiles y son de Dulce. Me acerco para ver que dice mientras esta inconsciente. Ella no se da cuenta que toma mi mano- ¨Tu eres mío y yo soy tuya por siempre. Ven por mí, por favor Diman¨- eso me deja helado pero a la vez me conmueve. Si tan solo supiera lo importante que es ella para mi, si fuera fácil confesarle lo mucho que me gusta, pero no es nada fácil, no cuando jugaron contra todos nosotros.
Me saco la maleta de la espada y comienzo a curarme la herida, solo espero que no se infecte mas adelante, también curo la herida de Dulce. Limpio su cara y le arropo con una manta mientras me acuesto alado de ella y la abrazo. Remordiéndome los labios, pensando en el círculo y en lo difícil que se está volviendo cada día.
Creo que esta fue mi lección salir herido al igual que ella.