Blanco - Negro y Vida

Capítulo 39

Nos separamos de nuevo

Diman está desmayado. Jalo de sus brazos hasta estar bajo el concreto de piedra, o lo que sobra de el, mientras miro hacia el cielo y más naves siguen pasando. Cuando cambio tanto el mundo, antes había aviones, helicópteros, avionetas, pero naves. Para mí sorpresa son veloces y grises, son más grandes de lo uno imaginaria y han de pasar una tonelada. Seguramente su manejo a der ser lo último en su tiempo.

Decido concentrarme nuevamente en Diman y reviso su herida y parece que se abrió, palidezco, un chorro de sangre le brota de ese agujero. Necesito medicinas para curarlo y lo peor no se podré encontrar la mayoría de las casas están destruidas por el temblor. Cierro los ojos para pensar pero es imposible. Me desespero y tomo una decisión de la que me voy arrepentir pero no queda más.

Lo jalo más para cubrirlo de las naves y el sol, después lo cubro con la cobija y comienzo a colocar trozos de piedras de cemento para que nadie lo pueda ver.

Iré a buscar por medicinas así tenga miedo de lo volver.

Saco mi arma para estar más segura y comienzo a correr buscando alguna farmacia que quede en alto, pero no hay ninguna. Camino apuntando hacia la nada hasta que veo a un grupo de personas riéndose como locas, me cubro en la parte trasera de un auto.

-¡Eh tú!, si tú perra, me vas a dar todo lo que tengas en ese carro o si no te disparo esa linda carita.

-Por favor no, ¡Por favor! Es todo lo que tenemos.

Cállate perra – le jala el cabello, un tipo que parece salido de una cárcel y lleno de tatuajes.

-Ahora que el puto mundo se fue al carajo es nuestro turno de poner las reglas no crees- le lame la cara para después escupirle.

Otro tipo menciona- Veamos que tiene dentro de esta camioneta - comienza a rebuscar pero la chica se desespera y comienza a gritar, haciendo que todos alcen la mirada.

-¡No!

-Callate perra- le tira al piso para golpearla mientras el otro observa la escena con una pistola apuntando a la chica.

-¡Ah!- un ladrido me hace asustar y veo como el tipo que estaba buscando en el carro saca un cachorro envuelto en una cobija- un maldito perro- se queja- se mueve hacia la chica mientras yace herida y desangrándose – ¡por esto chillabas!- todos se ríen.

-Ya tenemos nuestra cena – dice el de la pistola- ponle en el piso y le meto un tiro- la chica afónica y extiende la mano suplicando que no lo hagan.

La escena me estruje el corazón y salgo de mi escondite justo en el momento que el tipo le mete un tiro a la chica, eso me hace detenerme y temblar, el de tatuajes se percata de mi presencia.

-Pero mira no más que tenemos aquí- la furia me llega hasta las venas y apunto la pistola al que disparo. ¡Carajo! Justo en la cabeza. El de tatuajes corre hacia mí y justo cuando va dispararme le disparo, todo sucede rápido, el otro sujeto que tiene al perro le apunta.

-Baja esa arma o le mato – el corazón martillea y estoy en estado de shock. Acabo de matar a dos personas.

-¡Quita tu asquerosa arma!- grito

-Ni muerto, cerda- gruñe el imbécil, y lo hago sin mirar atrás le disparo en el brazo y se le cae al perro de los brazos.

-No- me lanzo para cogerlo, pero el animal cae en el cuerpo inerte de la mujer mientras el otro matón se escapa.

Miro al perro y tiene cara de como si nada hubiera pasado.

-Uff, estás bien- lo tomo y lo llevo a mi pecho para abrazarlo y plantarle un beso-lo siento no puede salvar a tu dueña – una lágrima de me resbala, me levanto y miro el cadáver de la mujer. Alado hay un campo de plantaciones y decido enterrarla, abro la puerta del carro para dejar al perrito y con lo que me encuentro me deja sin aliento. Un kit de enfermería, lo abro y hay un montón de medicina y remedios que sirven para curar a Diman.

Pero a qué costo.

Entierro a la mujer y eso me lleva una hora. Tomo al perro y cojo el kit del carro así como algunas pertenencias pero me detengo cuando algo cruza mi mente haciéndome analizar mi situación. Me subo al carro y conduzco hasta donde está Diman, cuando lo encuentro ya cae la tarde y tuve suerte de no encontrarme con ningún zombi. Subí su cuerpo en la parte trasera y comienzo a curarle, limpiando con alcohol y agua oxigenada, no es que sea una experta pero tuve una amiga que estudiaba enfermería y veía como hacia sus prácticas con sus pacientes, saco una pincita, la desinfecto y con un hilo y comienzo a coserle la herida. Observo su cara y parece sentir el dolor inconscientemente. Cuando terminó le envuelvo en un vendaje y la noche ya nos cubre a ambos.

-Esta noche va ser larga Diman así duerme bien- le doy un beso en la frente. Me pongo al volante y comienzo a conducir en medio de la noche, Dulce no tiene experiencia en casi nada pero tiene que aprender así sea a la mala.

Conduzco con temor, y a cada rato tocando mi arma, miro al cachorro que parece estar durmiendo, le di un poco de comida enlatada y se la comió todita eso quería decir que tenía mucha hambre.

-Bonito, como te llamaras- miro si tiene algún collar y dice un nombre que me sorprende.

“VIDA”




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