Feliz Malanavidad a mi La música me trae calma. Encontré un reproductor de música acompañado de unos audífonos. Escucho Alpha Blondy - Seba Allah Y'e y no es que me guste mucho el reguee pero esta canción me gustó mucho. El que perdió su reproductor tiene buena música. Veo la espesa nieve que llega y me abrigo muy bien. Los zombis que antes caminaban al inicio del día ahora se esconden por el frio y solo salen cuando deja de nevar, y eso me da una ventaja suprema. Piso la nieve y comienzo a caminar hacia el norte donde se puede ver el muro que están construyendo. Estoy segura que me toma dos días en llegar y ver que hay atrás. La música sigue sonando y vago por mis pensamientos. Aún no he olvidado la cara de Diman, cuando me despedí, dormía tranquilo sin preocupaciones, sin el semblante serio, sin que se le formen las arrugas en la frente. Me pregunto cuales serán sus pesadillas, ha sido imposible desde que llego tener una conversación profunda con él. Me detengo cuando veo una pila de zombis congelados. Dulce no te asustes, están muertos, doy pasos en alerta, suavemente, saco mi pistola y apunto nerviosa, vaya y salga por ahí alguien desconocido. Cuando paso por la pila de zombis, comienzo a correr agarrando muy fuerte mi arma, pero me resbalo cuando doy cinco pasos. -¡Mierda!- el dolor suena a la quinta avenida. Siento una amortiguación en mi brazo lastimado y me quedo un rato quieta a que se me pase el dolor. -¿Tú quién eres?- me asusto cuando veo a un señor apuntándome con un arma en mi frente. Mientras de fondo sigo escuchando la siguiente música Skeeter Davis - The End of the World. No. No puedo permitir que me lleven. Más hombres aparecen de la nada y son saqueadores, comienzo a forcejear pero recibo un golpe en la cabeza que me hace ver estrellas amarillas, me lanzan en la parte de trasera de una camioneta con algunas chicas moviéndose al compás de mi mente. Ahora todo es oscuro. ** Abro los ojos ante la oscuridad que me acecha, la camioneta sigue moviéndose alrededor hay cuatro hombres con sus armas, a lo lejos solo la oscuridad de la carretera ante una iluminada luna que nos puede poner en una película de terror. -¿Quiénes son?- pregunto, uno se mueve para propinarme un golpe pero el otro tipo lo detiene, mierda casi me meo del susto. -Tranquilo, deben llegar sin rasguños como pidieron los guardias- a donde me llevan estos malditos, alredor mío hay chicas que ocultan sus caras en el hueco de sus rodillas. Por que tengo un mal presentimiento- es mejor que permanezcas callada, ¡perra! si no quieres que te viole y te deje votada en plena carretera- dice el que quiso pegarme mientras los otros se burlan desprendiendo un mal sabor de su boca. Decido callarme y también esconder mi cara entre mis rodillas. El corazón me palpita muy deprisa, no sé que voy hacer, fracaso a la primera salida sola. Creo que Diman tiene razón no estoy echa para esto. Las horas se vuelven eternas mientras mi cuerpo luce cansado y con ganas de dormir, pero no puedo, si me duermo me arrastraran al infierno estos miserables. Tengo que huir. Veo a las demás chicas y lucen tristes, con la cara manchada de algo negro, su ropa está muy desgastada, mostrando huecos y sucia. No lo resistí, me quede dormida. Porque siento un movimiento brusco y es el carro pasando entre un montón de cadáveres, abro completamente los ojos y el humo nos envuelve. Hay un montón de gente mendigando comida y caminando como dementes, otro son disparados a cualquier que intente acercarse a la camioneta. -¡Montón de imbéciles!, pertenecen al bajo mundo- dice un tipo y el auto se detiene bruscamente, haciéndome golpear la cabeza en la parte de atrás. -Bajate y muestra nuestras credenciales- dice otra persona y dos de ellos se baja. Decido si es buena idea escapar, justo cuando doy el primer paso una chica sale del auto y no alcanza el suelo porque recibe un disparo en la cabeza. Me detengo asustada apretando mis dedos y clavándome las uñas. Los tipos se suben y las demás chicas comienzan a llorar. -Maldita mocosa, acaso no queda claro que no puedes huir- le sigue disparando hasta nuevamente el carro comienza a moverse. Tapo mi cara con mis manos sangrientas y no sé que mierda hacer. Estoy del otro lado. Abro mi boca por lo que estoy viendo confusa, acaso estoy en el futuro porque veo una ciudad distantita a lo que conocía, edificios de cristales, parecen bañados por los rayos del sol, casas que parecen minimalistas, jardines artificiales y personas que parecen soldados, vestidas con ropa común. Otra vez se detiene el auto y los hombres se bajan, de fondo aparece la silueta de una mujer. -Como pidió señorita, acá están las chicas que pudimos encontrar- una chica que parece un poco mayor que yo, puede estar rondando en los veinte, nos mira a todas hasta que posa su mirada en la mía y sonríe malvadamente. O lo estoy imaginando. Los hombres nos bajan bruscamente y miro detalladamente a la joven de ojos azules y pelo negro. -Bienvenidas al experimento CHICAGO- anuncia y no sabemos que decir solo nos quedamos paradas ahí viéndonos las cara de idiotas- y feliz mala navidad- sonríe donde sus labios están bañados de rosado pálido.
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