Blanco - Negro y Vida

Capítulo 59

Sola otra vez

“Tu eres mía y yo soy tuyo Dulce “ – recuérdalo.

Me falta la respiración , no logro respirar alguien sáqueme de esta oscuridad, esta muy apretado, empujo, empujo y empujo hasta que sale de mis vista. Toso muy fuerte que la saliva sale de mi boca junto con el vomito de lo ultimo que comí.

Gimo enseguida al sentir un fuerte dolor en mi cadera. Llevo mis manos de inmediato ahí, y miro un enrome moretón del tamaño de mi cabeza. ¡Mierda!, me limpio los ojos y la claridad hace ante mis ojos, estoy cubierta con una manta negra de pies a cabeza, mi ropa esta manchada de negro. Aun cargo puesta las maletas así que me las saco poniéndolas aun lado y mirar algo brillante plateado llamar mi atención. Son unas llaves.

Recuerdo alguien poniéndolas en mi mano derecha. ¡Ay Dios mio!, los recuerdos son claros, el estallido y todo girando alrededor mío, el golpe de la madera, y personas moviéndose sin poder reconocerlas. Las lagrimas comienzan a salir, ardiéndome los ojos. Me levanto pero vuelvo caer, trato de arrastrarme y la cadera me duele mucho.

No se donde estoy pero se que sigo en la montaña. Todo esta muy oscuro aunque la luna sigue brillando mostrándome algo de claridad a mi alrededor. Sigo arrastrándome hasta que visualizo la cabaña chamuscada mas fuerte se hace mi llanto. Me quedo quieta para ver si sale alguien de ahí. ¿Pero quien va a salir? Cuando todo esta quemado.

No quiero imaginarme lo peor pero es imposible no hacerlo.

-¡Diman!- grito su nombre y no hay respuesta. Pongo mis manos en el pecho mientras me giro para quedar boca arriba y mirar mi desolado paisaje.

Solo mi grito se escucha. Aprieto con fuerza la llave que esta en mi mano y un poco de sangre brota de ella.

-No.

Trato de levantarme nuevamente mientras limpio mis lagrimas. Las piernas me flaquean pero camino hacia lo destruido y oscuro. Todo esta lleno de humo. No hay ningún cuerpo chamuscado así que asumo que se llevaron a todos. Hasta a mi prima.

-¡Maldición! Y ahora que hago se supone que no nos íbamos a separar. Se la llevaron. No podrá con tanto dolor de ahí dentro. Mi Diman por favor protégela si puedes- las lagrimas no se detienen cada parte que veo es solo para angustiarme y despernarme.

¿Quién pudo sacarme antes de tiempo? Se que fue un hombre por su fuerza pero no estoy segura si fue Diman o Nomi. O algunos de los otros aunque lo dudo. Me siento en la grada que hay para mirar mas allá de la oscuridad.

-No tengo respuestas de nada- susurro débilmente mientras apoyo mi cabeza hacia algo que me sostenga por un buen rato.

**

El sol se vuele asomar por el norte de la ciudad mientras camino hacia donde estuve inconsciente hace un par de horas. Gimo cuando me arrodillo y tomo mi maleta para buscar un poco de agua. Bebo y miro la maleta de Diman como la de los ¿otros?, cuento dando un total de seis. Como es posible esto. Rebusco especialmente en la de Diman y encuentro una chompa de el, la abrazo con cariño. Miro sus bolsillo y me encuentro un reproductor de música CD.

-Oh Diman, me duele ver tus cosas-paso su mano por la tapa y esta se abre mostrándome un CD de el cae un papel que va destinado para mi.

“Tu eres mía y yo soy tuyo Dulce “ – recuérdalo.

-Siempre- lo volteo y veo su letra subrayada “Enciéndeme“.

La cierro y aplasto en el botón de encender. La voz de mi Diman se escucha y mi corazón late de prisa.

Nuestros corazones se encontraron una vez, cuando nuestros ojos coincidieron solo una vez atreves de un panal de vidrio. Al instante supe que tu me correspondías y que te haría mi novia, esos fueron los únicos momentos felices, el fantasear sin dar rienda suelta. Tu sostenías la mano de tu papa mientras yo estaba sentado en una maquina siendo aun un niño, obediente, es lo que tenia que hacer. Al ser arrancado de los brazos de mi familia. La única emoción surgió cuando nos miramos. Pero en resumen esa fue la ultima vez que nos vimos siendo aun inocentes. Sin sonrisas y sin mas miradas.

Con el paso de los años, tu papa visitaba las instalaciones, para sacar muestras de sangre de cada uno de mis compañeros, el ultimo fui yo antes de ser puesto dentro de los juegos. El había dejado su billetera aun lado y le robe una foto tuya siendo una adolescente hermosa. Si, seguía obsesionado contigo, ya que aun soñaba despierto con un día salir. Y conmigo entro esa maravillosa foto a mi tortura.

Dulce, debes saber que tenia que luchar para sobrevivir, ya que después de eso, si sobrevivía me convertiría en soldado, y podría saber todas las respuestas de mis preguntas amargas. Los juegos en aquel tiempo eran conocidos como los del circulo, habían dos. El femenino y el masculino.

Fui la primera generación en entrar antes de los ataques de los zombis hace seis años, cuando tenia dieciocho años y estaba listo. Tenia que jugar. El circulo estaba compuesto por una esfera redonda donde estamos encerrados por siete días a la semana. Esa maldita esfera proyectaba un cielo falso día, tarde, noche y tragedia. Recuerdo tener los ojos vendados y sentirme solo al mirar los rostros de treinta chicos con miedo y vulnerables. Todos estábamos parados formando un circulo sin saber que hacer. No sabíamos en ese momentos si teníamos que matarnos o solo existir. Así que elegimos la segunda opción. En un lugar estrecho y sin verdadera luz comenzamos a organizarnos, líder, recolector, constructor, salud, y mas que todo agricultor. Porque teníamos que cultivar nuestra propia comida. Sabíamos perfectamente que éramos observados.

Aun siento en mis manos todas las cosas que hice ahí dentro. Al inicio todo era felicidad, compañerismos, buena voluntad y generosidad pero con el paso del tiempo se volvió muy rutinario. Nadie hacia nada por buscar una salida, nadie hacia las pregunta mas importantes, ¿Por qué estábamos ahí?, mas que todo cuando algunos nos conocíamos desde niños. Y yo por curioso en un día cualquiera mientras caminaba por el bosque no me di cuenta que había llegado hasta el final de la proyección del circulo encontré una puerta que estaba cerrada. La había inspeccionado detalladamente así que elabore a escondidas del grupo una llave, sin saber que Nomiska me seguiría. Me reprocho por no haber confiado en él, pero que podía hacer, solo tenia que sobrevivir y no podía darle mi confianza asi no mas. Pero fue cuando me retracte de mis palabras cuando abrimos juntos la puerta y había mas arboles, y un camino de tierra como si hubieran caminado excesivamente..




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