Pero antes de que mis colmillos y uñas crezcan y se pongan más filosos, y que mis instintos vampíricos sobresalgan, empiezo a correr a gran velocidad para alejarme de allí cuanto antes. Escucho los gritos de los chicos que intentan saber qué es lo que pasa y por qué me marcho repentinamente, pero los ignoro. Huyo una vez más, y no sé cuanto más tendré que seguir haciéndolo, pero lo que sí sé es que serán las veces que sean necesarias.
La luna se ha hecho espacio en el imponente cielo. La noche ha llegado y la oscuridad ha teñido el cielo completamente. El frío se ha adueñado de la atmósfera por completo, dándole ese toque tétrico a una noche que de seguro estará cargada de muchas emociones. Mi mente no para de pensar en lo sucedido recientemente en la cafetería. ¿Es real lo que vi? Porque de ser así, dudo que la directora continúe con vida. Fue mucha la sangre que perdió.
Luego de correr por unos minutos y dejar que mi lado vampiresco explotara, me decido en ir a mi habitación para cambiarme de ropa. Por suerte mi transformación no me ha hecho asesinar a nadie, ya que no he llegado a tener la fuerza suficiente, pero si tengo la tentación sangrienta cerca, no dudo que para la próxima así será.
Llego hasta el edificio de habitaciones y subo a mi habitación correspondiente. Esta vez uso el ascensor, ya que me siento débil. Para su transformación, un vampiro invierte una gran cantidad de energía, y mi cuerpo empieza a sufrir las consecuencias. Ya tengo bastante tiempo de no ingerir nada que me alimente y eso me está pasando factura. Giro la perilla de metal para abrir la puerta y observo que la habitación se encuentra en medio de una gran desorden. Ingreso y cierro la puerta nuevamente. Camino con dificultad, ya que el espacio está obstaculizado, hasta que encuentro al responsable del caos.
—¿Qué haces aquí? —vocifero.
Dressler se encuentra buscando algo debajo de la cama.
—¡Keyland! —Intenta salir, pero pega su cabeza en la madera de la cama—. ¡Auch! ¡Mi cabeza! —exclama mientras se frota el lugar donde se ha golpeado. Luego sale rápidamente y se pone de pie frente a mí—. Estaba muy preocupado por ti. El cielo ya está muy oscuro para que andes afuera. Puede ser peligroso. —Dressler intenta abrazarme, pero recuerda que mi ropa está manchada—. Ah, cierto, aún sigues lleno de pintura. Deberías ir a cambiarte —sugiere mientras continúa revolcando la habitación.
—¿Pintura? —pregunto confundido.
—Sí. Mi padre nos dijo que tú lo ayudaste, cuando fuiste por el trapo de piso, llevando un galón de pintura roja para pintar su bodega, en la que guarda sus artículos de limpieza, y que de seguro te llenaste —dice con serenidad.
Me quedo confundido por unos segundos, e incluso pienso en decirle que su padre está mintiendo, pero me callo. No debo ser tan tonto, así que me aprovecho de la situación. En realidad es una buena excusa y bastante creíble, pero no comprendo por qué el padre de Dressler ha dicho eso para ayudarme. ¿Acaso él sabe de lo que realmente estaba llena mi ropa?
Me acerco a mi armario caminando entre las cosas que tiene Dressler por el suelo y tomo una camisa y un pantalón limpio para cambiarme. Me encamino con dirección al baño mientras le digo unas palabras a Dressler.
—¿Por qué tienes todo este desorden?
—Disculpa Keyland, será la última vez que lo veas. Ya pronto me iré. Estoy empacando para marcharme a mi nueva habitación —dice, bastante tranquilo diría yo, más de lo que esperaba—. ¿Sabes? Creo que ya no le tengo miedo a la habitación mil —habla simulando valentía, aunque sé que por dentro aún tiene miedo—. Estuve hablando con mi padre y me dijo que es una buena forma de que me independice, que ya es hora de que crezca .... —Sonríe—. Aunque creo que mi estatura está bien —habla confundido.
Ruedo los ojos y abro la puerta del baño e ingreso en él. Me apuro para cambiarme de ropa y coloco la que está manchada de sangre en una esquina del baño. Luego eliminaré los residuos de dicho líquido, ya que si tengo contacto con la sangre en estos momentos, puede ser muy riesgoso, y más aún con Dressler aquí. Ya pronto él se irá y tendré la privacidad que, en mi condición, tanto necesito.
Luego de vestirme de manera rápida, salgo del baño. Veo que el desorden ha mermado un poco y que Dressler continúa empacando sus cosas. El viento frío hace su presencia repentinamente en la habitación ingresando por la ventana, la cual, extrañamente, está abierta, así que me acerco para cerrarla.
—Disculpa Keyland, yo la dejé abierta. Es que he estado teniendo dolores estomacales, ya sabes... mi estómago no resistió todo lo que almorcé, y por ende, estaba expulsando muchos gases, y... por las pastillas para el estreñimiento, el olor era muy fétido, así que...
#23048 en Fantasía
#9239 en Personajes sobrenaturales
#13461 en Thriller
#7599 en Misterio
Editado: 16.11.2019