Esas palabras pertenecen a Luck, así que me doy la vuelta para intentar hacerle creer que lo que ve no es lo que parece, pero me llevo una tremenda sorpresa al mirar que aún sigue dormido, pero continúa musitando.
—¡Vete de aquí! ¡Largo! —añade, y luego sigue durmiendo en silencio.
Al parecer sólo se trata de una pesadilla que está teniendo, para mi gran suerte. Respiro aliviado pero me doy un leve golpe en la cabeza.
—¡Ya basta, contrólate Keyland! —murmuro para mí mismo.
Esto sin duda no puede continuar así. Necesito fabricar algo que me brinde los nutrientes que necesito y así calmar mi tentación que cada vez está más elevada de lo normal. Será eso u obtener la sangre natural mediante algún asesinato, ya sea a un animal o a un humano, y sin duda elijo la primera. Veré la forma de ingresar al laboratorio de Química para fabricar la sangre artificial, ya que me es más fácil prepararla, pero necesito conseguir la receta nuevamente porque alguien la tomó de mis cosas el día de la cirugía en la capilla.
Trato de dirigirme a la ventana para distraerme allí en lo que los demás se levantan para poder echarlos de mi habitación, pero mis ojos y olfato se topan con otra tentación que ya lleva en mí bastante tiempo: la sangre de Dressler. Parece que es muy dulce y bastante limpia, además de que tiene un aroma delicioso. Esta sangre es diferente. Sin duda tiene algo especial, y por eso me está resultando tan difícil de resistir. Aprieto mi puño con fuerza, ya que siento que mis uñas quieren crecer, pero no quiero que esto suceda.
Empiezo a desesperarme porque parece que mis intentos por detenerlo no están funcionando, pero en ese momento un rayo cae del cielo acompañado de un grito de Dressler.
—¡Vete, no me mates! ¡Yo no he hecho nada! —grita desesperadamente con los ojos cerrados.
Parece que Dressler también está teniendo una pesadilla.
Enseguida todos despiertan muy alterados, especialmente Ámbar.
—¿Qué sucede? —Observa a Dressler—. ¡Dressler! ¿Estás bien? —Se acerca aceleradamente hacia donde él se encuentra.
Dressler abre sus ojos y mira a su alrededor mientras intenta calmarse.
—Sí... Estoy bien. Creo que sólo fue una pesadilla —musita tembloroso, sacudiendo la cabeza—. Soñé que era asesinado en mi habitación. No en ésta, sino en la habitación mil —habla nervioso luego de tragar saliva mientras se coloca la mano sobre el pecho para sentir sus acelerados latidos cardiacos.
—¿Y pudiste ver quién era el que te asesinaba? —pregunta Luck algo alterado—. Me refiero a su rostro o identidad.
—No, ya que llevaba una capa negra que me impedía visualizarle bien. Inclusive su género me fue incierto. ¡Estoy muy asustado, chicos! —Dressler comienza a desesperarse.
—Menos mal... —dice Luck con alivio, exhalando. Todos lo miran con confusión—. Me refiero a que es lo mejor, así no tendrá pesadillas con el rostro de esa persona —agrega rápidamente.
Escucho con mucha atención las palabras de Dressler. Según lo que dice, en su sueño estaba siendo asesinado por alguien que llevaba una bata de color negro y que no pudo verle el rostro; tal como me sucede a mí en las pesadillas.
—Tranquilo. Sólo fue un sueño. No hagas drama. —Keren habla con indiferencia.
—Lo mejor será que se vayan —digo mientras me pongo de pie y les abro la puerta.
—¡No quiero irme todavía! —Dressler habla con los ojos cerrados, aferrándose a las paredes de la habitación.
—Keyland, Dressler aún está muy alterado. —Ámbar me pide con su mirada que tenga compasión por él—. Deberíamos esperar un poco.
—¿Y por qué te quieres quedar solo? —Keren me observa de pies a cabeza con una sonrisa maliciosa—. Si quieres yo puedo acompañarte para que no estés tan solito —pronuncia pícaramente mientras muerde su labio inferior.
—Creo que Dressler ya comprendió que sólo fue una pesadilla, y que por lo tanto no fue real, ¿verdad Dressler? —le pregunta Ámbar dándole un suave codazo.
—Eh... sí, creo que tienes razón. —Dressler habla confundido mientras rasca su cabeza.
—Yo ya me largo. No voy a estar en un lugar donde no me quieren presente —dice Luck mientras se pone de pie y se encamina a la salida.
—Pues entonces deberás irte de de la universidad también —le dice Keren y luego suelta una risa. Dressler también lo hace.
Luck los mira furioso y Ámbar seria.
—¿Por qué mejor no te callas? —Luck mira amenazante a Keren, así que ella se pone de pie y lo encara.
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Editado: 16.11.2019