Prólogo

 Aviso: esta obra está siendo publicada en Wattpad. Actualmente cuenta con 28k visitas y 60 capítulos, pero he decidido también traerla a esta plataforma. ¡Que la disfruten!

 La noche era fría y oscura, el viento soplaba suavemente provocando el movimiento de cada una de las hojas que conformaban los interminables árboles del bosque, el cielo se encontraba lleno de nubes, que avisaban que se aproximaba una tormenta. Todos en la ciudad se encontraban festejando y disfrutando de ese día, el día que había elegido para obtener lo que había deseado por tanto tiempo y que esta noche por fin iba a conseguir. Caminó entre las calles camuflándose entre las personas que llevaban sus trajes del día de las brujas, aunque el suyo era el que más destacaba, por ser real. 

   Al llegar a su destino, primero se percató de que no hubiese nadie mirando, luego ingresó al lugar en el cual iba a disfrutar de hacer lo que quisiera con sus presas favoritas. Entró sigilosamente dando suaves pasos, no quería que su plan se arruinara. Miró el reloj que se encontraba en la pared y se percató que le quedaba poco tiempo para que fuera la medianoche, por lo que decidió que era hora de comenzar con la diversión. Subió las escaleras dando pasos más decididos, al llegar a la habitación giró suavemente la perilla de la puerta, ahí estaban sus víctimas, apunto de ser devoradas.

   Tapó con cinta la boca de ambos y ató sus manos y pies. Los llevó arrastrados hasta la sala de estar, el lugar que había elegido para que sus vidas terminaran de una vez por todas. Quiso iniciar con ella, con Elizabeth Blood. Quería ver sufrir a James  Blood, que él viera como su esposa era asesinada frente a sus ojos y sin la posibilidad de actuar en defensa de su amada. Con sus propias manos, rompió la ropa que la mujer traía puesta con sus filosas garras. Acercó sus afilados dientes a su torso y poco a poco fue desgarrando la suave y blanca piel de aquella mujer, estaba disfrutando de lo que hacía. Cuando había devorado la piel lo suficiente, por fin tenía su premio, un premio por el que había estado esperando tanto tiempo. Tomó el corazón de Elizabeth y se lo devoró en un segundo.

Había llegado el turno de James, quería obtener el premio que más deseaba de todos. Le aplicó el mismo procedimiento que a su ya difunta esposa y poco a poco fue mordiendo cada parte de su cuerpo hasta llegar al postre. Tan rojo como una manzana, así se encontraba el preciado corazón que había estado deseando por tanto tiempo, el que le daría más poder. Disfrutó cada momento de lo que hizo, había esperando mucho tiempo este momento y por fin había llegado, ver como sus dos presas cerraban sus ojos para no volver a abrirlos nunca más. Miró el reloj y se percató que su plan había quedado perfecto, la medianoche aún no llegaba, pero estaba cerca. Subió hacia la segunda habitación de la casa, pudo observar que en ella se encontraba un joven, él no se había percatado de nada de lo que acababa de suceder. Pensó en hacerle lo mismo que a sus padres, pero quiso ponerlo a prueba, para ver si llegaba a hacer lo que ninguno de sus padres pudo.

Salió de esa casa con su objetivo ya cumplido, pero con uno nuevo por comenzar.