Blood

Capítulo 7

—Sí, ella es... —tragué saliva— bueno, fue mi madre.

 

—¿De verdad? —empezó a buscar unos documentos— qué interesante.

 

Me mostró una foto, se veía algo antigua. En ella se apreciaban varios estudiantes juntos en un bosque, parecía ser el de la Universidad. En una esquina pude localizar a un mujer alta, delgada y un largo y rizado cabello, era idéntica a mi madre.

 

—¿Qué es esto? —pregunté.

 

—Es una foto de la generación de 1995 de la Universidad Medical Mörder.

 

—¿Ésta es mi madre? —pregunté señalándola.

 

—Así es, esa es la famosa Elizabeth —pude ver que miraba a mi madre con odio.

 

Estaba por decirle que por qué miraba así a mi madre, pero entró a la dirección la guía Judith.

 

—Disculpe directora Teressa, la buscan —Judith se notaba algo preocupada—. Es urgente.

 

—En un momento voy —le respondió a Judith—. Te has salvado de ésta, a la próxima no te la perdono. Recuerda que esta falta ya es la segunda, la primero fue en la biblioteca, que entraste sin permiso —se levantó de su sillón.

 

—Tranquila señora, no volverá a pasar.

 

—Eso espero, nos vemos, Blood —la noté algo sarcástica, como si se estuviera burlando de mi apellido.

 

Fue algo extraño, no entendía el por qué mi madre aparecía en esta Universidad como estudiante. Desconocía que ella hubiera estudiado aquí, y mucho menos que fue doctora. 

 

Salgo de ahí y me dirijo hacia la biblioteca, quiero buscar el libro que tengo tantas ganas de leer, sobre vampiros. Además también ocupo algunos para estudiar, definitivamente tengo que aprobar el examen, no puedo marcharme de aquí sin resolver mis dudas. Más ahora que descubrí lo de mi madre, sabía que algo aquí no cuadraba.

 

La mañana estaba muy soleada, por lo que me puse mi abrigo negro para taparme un poco del sol. Camino hacia la biblioteca y todos se me quedaban viendo nuevamente, aunque creo que esta vez es por el abrigo, hace un calor insoportable y yo llevo puesta una prenda para protegerme del frío.

 

Entro a la biblioteca y noto que está bastante llena, todas las mesas y sillas están ocupadas. Es un lugar muy grande y alto, las paredes y casi todos los objetos que posee son color marrón, aunque variando de intensidad y tonos, a excepción del piso, que su combinación de colores es similar a una tabla de ajedrez. A los costados posee angostas pero altas ventanas de vidrio, y como detalle principal un candelabro que ilumina y destaca la zona de lectura.

 

Me voy directo hacia la bibliotecaria a preguntarle por el libro que necesito. Tendría que ser amable si quería que me atendieran, era algo que mis padres me inculcaron desde pequeño, aunque poco a poco lo he ido perdiendo.

 

—Buenos días, disculpe, ocupo ayuda con un libro —le pedí amablemente.

 

—Claro muchacho, ¿cuál libro necesitas? —respondió mientras acomodaba libros en los estantes.

 

Se veía una mujer muy amable, algo mayor, tez blanca, su pelo era corto y tenía bastantes canas, un poco rellena y unos ojos verdes que trasmitían una mirada angelical y de paz.

 

—Es sobre vampiros, se llama El Origen de los Vampiros.

 

—Me miró como si se hubiera asustado— Lo siento muchacho, eso no puede ser posible —me apartó la mirada y se alejó, la noté algo nerviosa.

 

—Por favor, es muy importante para mí —le pedí muy amable de nuevo.

 

—Me miró fijamente dudosa— Está bien, sígueme.

 

Me llevó hacia un camino oscuro que estaba al fondo de la biblioteca, al final había una puerta rústica color café oscuro. Abrió la puerta y entramos, al abrirla soltó un fuerte aroma a polvo y libros. El lugar era una especie de bodega que contenía miles de libros, estaba algo sucia y parecía abandonada.

 

—Discúlpeme si actué algo extraña con usted joven, es que por lo general nadie pregunta por este tipo de libros —habló la bibliotecaria.

 

—No pasa nada—me limité a responder.

 

—Mira muchacho, me caes bien. Te ves muy tranquilo y respetuoso; por eso te dejé pasar. La mayoría de personas que pasan por esta universidad son muy arrogantes, los llamados niños de papi y mami.

 

—Vaya, este lugar es muy grande —expresé mientras miraba todo el lugar.

 

—No debes decirle nada a nadie sobre este lugar, por alguna extraña razón estos libros están prohibidos por la directora Teressa desde hace muchos años. Si alguien se llega a enterar de que te traje aquí, significaría mi despido —agarró un libro— toma, creo que éste es el que necesitas.



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En el texto hay: vampiros, muertes, sangre

Editado: 16.11.2019

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