Blood

Capítulo 10

RECUERDEN COMENTAR QUÉ LES PARECE LA OBRA Y DEJAR SU ME GUSTA SI ES DE SU AGRADO (:

 

 

Empiezo a bajar por las escaleras hasta llegar al primer bloque de habitaciones. Miro el cielo, está muy estrellado y brillante, pero lo que más destaca en él es la luna; radiante y brillante como siempre.

 

Me aseguro de que no haya nadie a mi alrededor, al comprobarlo me adentro en la profunda oscuridad del bosque, dando pasos lentos para no espantar ninguna presa; no quería que mi esfuerzo de hoy fuera en vano. 

 

Comienzo a caminar por cada sector del bosque, el olor a sangre era muy potente, aunque era superado por otro, por un olor putrefacto, como si hubiera un cuerpo en descomposición. El olor era tan potente que me empecé a sentir mareado hasta el punto de caerme de rodillas al suelo, poco a poco me fui desvaneciendo hasta sumirme en la profunda oscuridad de la noche.

 

El ruido provocado por las aves me hace despertar, levanto mi rostro del suelo y veo que el cielo está más claro y el sol está muy potente, ya es de día. Observo mi alrededor y me confundo al ver que estoy en el bosque, trato de recordar por qué estoy aquí, hasta que mi mente recuerda todo.

 

Miro mis manos y me emociono al ver que no contienen sangre, por lo menos era buena noticia, no había cometido ninguna atrocidad en la noche. Es extraño, recuerdo que ayer a las siete de la noche tomé mi medicamento, no entendía por qué me había pasado esto.

 

En ese momento recordé algo muy importante, ¡el examen de admisión!

 

Revisé mi reloj y vi que eran las 6:55 de la mañana, prácticamente tenía cinco minutos para llegar al aula. Salí del bosque y corrí rápidamente atravesando toda la universidad, los pasillos se encontraban vacíos, todos los estudiantes debían encontrarse en las respectivas aulas para hacer el examen.

 

Primero fui a la dirección y revisé la lista que había en el pizarrón para verificar el número de aula en la que debía realizar el examen. Me apresuré para llegar a tiempo, sabía que si llegaba más tarde no me dejarían entrar. El llegar tarde es una falta de ética gravísima en una institución como ésta.

 

Entré al aula y al mismo tiempo que puse mi pie sobre el piso rojizo del salón, la aguja del gran reloj indicó que eran las siete en punto. Ni un minuto más, ni un minuto menos. Ya todos se encontraban sentados en sus respectivos lugares, así que yo busqué el mío.

 

—Justo a tiempo muchacho —dijo el profesor encargado de cuidar el examen mientras miraba su reloj de mano.

 

—¿Dónde estabas? —susurró Dressler.

 

No le respondí ya que se encontraba algo lejos de donde yo me senté. Vi que los demás estudiantes me miraban extrañados y se susurraban cosas al oído, hacían el gesto extraño y tapaban sus narices.

 

—¿Qué pasa Keyland? ¿Por qué estás todo sucio? —dijo suavemente a mis espaldas Ámbar, ella se encontraba sentada detrás de mí.

 

Miré mi camisa y estaba manchada completamente de lodo, rasqué mi cabello y de él salieron algunas hojas y hormigas, ya entendía el porqué todos me miraban de esa manera.

 

—Muy buenos días alumnos, yo soy Mark Dössel, profesor del laboratorio de química. Soy el encargado de impartirles este examen el día hoy, les deseo buena suerte.

 

—A nadie le importa eso profesor, sólo entréguenos el examen de una buena vez que ya estoy hastiada de ese olor tan hediondo que suelta alguien por aquí —habló despectiva una chica, era delgada, alta y su cabello era lacio y rubio.

 

—Tranquilícese señorita —respondió el profesor con una voz muy tranquila.

 

Desde ya me cae mal el profesor, se ve muy pasivo y tonto, a leguas se nota que se deja manipular de los estudiantes, aunque yo también podía sacar provecho de ello. Supe que esa indirecta que lanzó la chica sin duda era para mí, así que no me iba a quedar callado.

 

—A ti qué te importa si huelo mal o no, ese no es tu problema —espeté, aunque fui interrumpido por el profesor.

 

—A ver muchachos, hagan silencio. Hay que tener armonía y paz —volvió a hablar de manera pacífica.

 

A como pude me contuve y esperé a que el profesor repartiera el examen. Logré resolverlo muy rápido, estaba más fácil de lo que esperaba. Cuando terminé, antes de entregarlo, miré a mi alrededor para ver a los demás estudiantes, todos se encontraban muy concentrados en el examen, lo que me sorprendió aún más que yo lo haya sentido tan fácil.

 

Estaba por levantarme a entregarle el examen al profesor, pero vi que la chica de hace unos minutos se encontraba desesperada, movía sus piernas de izquierda a derecha y se llevaba las manos a la cabeza constantemente. No soy de las personas que les gusta humillar o sentirse mejor que los demás, pero decidí que este era un buen momento para hacerlo.



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En el texto hay: vampiros, muertes, sangre

Editado: 16.11.2019

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