Capítulo 33

Al ver que no le doy respuesta alguna, Richard dirige su mirada hacia el sector donde yo miro.

—¿Qué es eso? —le pregunto luego de unos segundos mientras le dirijo la mirada. De su frente caen algunas gotas de sudor, mientras que su rostro se torna más pálido de lo normal.

—¿Vino por el trapo de piso cierto? —Sonríe. Le da un giro totalmente distinto a la conversación, lo cual me resulta sospechoso.

Me entrega el trapo de piso, sus manos tiemblan, y él se da cuento de que yo lo he notado, así que me acompaña de inmediato a la salida. Trato de calmarme y mantenerme tranquilo, no debo dejar que la desesperación me gane. Salgo de allí e intento irme rápido, pero su voz me detiene.

—¡Espere! —grita mientras abre la puerta de su cabaña—. No quiero que se haya asustado, esas manchas en mi cama son de las rosas. Ya sabe que me gustan mucho, en especial las rojas, esas se las doy a las personas más especiales. —En sus labios se esboza una sonrisa—. Esas manchas en la cobija son de ellas, estuve recortándoles las espinas en la cama y aún no he cambiado la sábana.

—Tranquilo señor Gärtner, no tiene que darme explicaciones.

—Dígale a mi hijo que pronto me encontraré con él, nos vemos. —Empieza a cerrar la puerta de su cabaña, pero se detiene y vuelve a hablar—. Ah, lo olvidaba. Recuerde de que pueden volver a la piscina cuando lo deseen, ustedes siempre serán bienvenidos. Pueden venir todos, incluidas las amigas de mi hijo, ellas están más que invitadas.

—No se preocupe señor, yo le digo.

Por fin cierra la puerta de su cabaña. Doy un suspiro aliviado, tenía mucho tiempo de no sentirme tan asustado como hace unos minutos. Trato de olvidar por completo lo sucedido, debo enfocarme en el asesinato y saber qué ha pasado realmente, ya tendré tiempo para analizar lo ocurrido con el padre de Dressler.

Comienzo a caminar de regreso al laboratorio, lo hago a pasos rápidos para alejarme de aquí cuanto antes. Mi mente no puede dejar de pensar en el asesinato ocurrido. El lugar en el cual encontraron el cuerpo es exactamente el mismo en el que yo estuve ayer por la noche, y lo extraño es que no pude ver nada, aunque sí pude oler. Es extraña la manera en la que ha muerto, ya que, según Sarah, el cuerpo se encontraba demacrado, maltratado, y en su pecho no estaba el órgano tan esencial para mantener el cuerpo con vida; el corazón.

Eso me hace recordar con tristeza a mis padres, de esa misma manera cruel fue como ellos partieron de este mundos, les arrancaron el corazón de sus cuerpos, los torturaron hasta la muerte. Enseguida a mi cerebro se vienen miles de teorías pensando en posibilidades. Puede ser que el asesino sea el mismo de mis padres, la forma de muerte me hace pensarlo, y aunque suene tonto, me parece perfecto. Es precisamente lo que he estado buscando desde que llegué a esta universidad, y por fin se ha hecho notar, ha dado indicios de su presencia. 

Aunque para los demás esto sea una completa tragedia y estén aterrados con lo sucedido, para mí es lo mejor que ha podido ocurrir. He venido a este lugar para reclamar venganza y la voy a cumplir. No dejaré impune la muerte de mis padres, sea quien sea su asesino, deberá pagar por arruinarme la vida, y lo pagará con sangre.

Decidido a poder investigar y saber más sobre lo ocurrido, desvío mi camino y me dirijo hacia el bosque, camuflándome con cuidado entre las plantas para evitar ser visto. Debo ver o escuchar algo que me oriente sobre la situación del asesinato. Atravieso gran parte del bosque y me coloco detrás de un árbol para observar la escena. El lugar del asesinato, en el cual hace tan sólo unos minutos estábamos reunidos para tomar la fotografía anual, ahora se encuentra totalmente ocupado por investigadores y policías, los cuales han impedido el paso con una cinta amarilla.

El cuerpo se encuentra tapado con una sábana blanca, pero eso no impide que el fuerte olor a descomposición predomine en el ambiente. Los investigadores permanecen caminando por el sector, recolectando pistas y tomando fotografías a la escena que puedan servir para el descubrimiento del culpable.

Luego de permanecer unos minutos allí, no visualizo a la directora, solamente los profesionales se localizan en el la escena, pero de repente aparece ella junto a la bibliotecaria Grace. Ambas se alejan de la zona del asesinato y se acercan a un lugar donde puedan estar solas, en las profundidades del bosque, pero no saben que yo también estoy aquí. Me escondo lo más que puedo detrás del frondoso árbol, si llegan a descubrirme usurpando aquí estaré en graves problemas, más problemas en los que ya estoy con el profesor de química, ya que si Grace está aquí él ya tuvo que haber regresado al laboratorio, pero no puedo irme del bosque, no todavía. Debo escuchar lo que la directora hablará con Grace.

—¡Dios mío, qué está pasando señora directora! —le pregunta Grace muy nerviosa entre susurros a la directora.