Blood Rites (the grey Wolves #2 )

Capitulo 2 Frederick II

Atreves de dos líneas estatales, en Denver, Colorado, Frederick Jacobs paseaba por el piso de su oficina. El Alfa de la manada de Denver estaba hojeando fotos que Jacob, su Beta, había tomado de la hija que ni siquiera sabía que existía hasta hace poco. Le llamo la atención el hecho de que la vida tal como la conocía había cambiado irrevocablemente. El rumor había corrido rápido en el mundo Canis Lupis, que Poseidón, uno de los Alfas más fuertes de los Lobos Grises se encontraba en los Estados Unidos, y no solo en los Estados Unidos, sino específicamente en Codspring, Texas. Coldspring que resultaba ser la ciudad donde vivía Atenea Chase, la mujer con la que se hubiera casado si no fuera sido un lobo que solo puede tener una compañera, la que la naturaleza escogió para él.

No es que Frederick no amara a su compañera más allá de las palabras, pero Atenea había sido su primer amor. La pérdida se había desvanecido con los años, pero los recuerdos todavía estaban allí, empacados en los recóventos de su mente acumulando polvo. Hasta ahora.

Tan pronto como el había oído que el Alfa Poseidón se encontraba allí, el había enviado a Jacob a averiguar lo que le había hecho viajar tan lejos de casa. Frederick había estado en shock cuando Jacob lo llamo para decirle que Atenea tenía una hija, y que ella tenía diecisiete años. Habían pasado diecisiete años desde la última vez que Frederick había puesto los ojos en Atenea Chase. Diecisiete años desde que había encontrado a su pareja y empacado las maletas dejándole a Atenea solo una nota de despedida. Fue una salida muy cobarde, pero no había sabido cómo enfrentarla sabiendo que iba a desgarrarle a ambos sus corazones. Le había dicho a Atenea que el día en el cual él no tendría más remedio que irse podría llegar. Eso no lo había hecho más fácil. La prueba irrevocable, sin embargo, estaba en las fotos. La hija de Atenea era la viva imagen de sí mismo.

Frederick no era un Hombre grande, midiendo un metro sesenta centímetros, y 86 Kilos. Era de hombros anchos, como la mayoría de los Canis Lupis, solo viéndose reforzado por una estrecha cintura y las camisetas de ajuste exacto que a menudo prefería.

Con el cabello rubio miel con ondas muy sutiles en él, los mismos ojos grises tormentosos que la chica en las fotos, no podría negarla más que negar su reflejo en el espejo. Su rostro era más angular que el de la chica, quien Jacob le había dicho se llamaba Annabeth, cuyo rostro era más suave y redondo.

Vio trazos de Atenea aquí y allá. Annabeth tenía la sonrisa pícara de su madre, y aunque el color de sus ojos igualaba al suyo, ellos contenían el humor que tantas veces había visto en Atenea. Como su madre era sorprendentemente bella. Pensó un momento en el hecho que Atenea había llamado a su hija como la abuela de Frederick. Aunque Atenea nunca había conocido a su abuela, él le había hablado de ella a menudo, compartiendo con Atenea el impacto que había tenido en su crecimiento. No podía tomar el crédito por su ingenio rápido y con frecuencia lengua malvada, era todo de la abuela Annabeth.

Tu hija está por ser ligada al hijo de Poseidón le dijo Jacob, sacándolo de su breve paseo por el carril de su memoria. La seca indiferencia en la voz de su Beta no revelo si le importaba de un modo u otro. Frederick se volvió hacia él, queriendo confirmar que su lenguaje corporal hacia juego con su palabras. Jacob se veía tan serio y severo como siempre. Con un metro ochenta y seis centímetros, y 113 kilos de musculo, Jacob era un ser intimidante. Él tenía el pecho ancho, una cintura estrecha y era evidente por sus uniformes negros ceñidos que tenía piernas musculosas. Su cabello castaño oscuro lo llevaba más largo que la mayoría de los lobos de Frederick, casi tocando sus hombros, pero la mayor parte del tiempo lo tenía recogido. Tenía los pómulos altos, la nariz ligeramente torcida por haber sido rota tantas veces en su larga vida, y Frederick habia escuchado a más de una mujer decir que los labios de Jacob estaban hechos para el pecado, lo que sea que eso significara.

Ella todavía es menor de edad ¿Cómo podría Poseidón siquiera considerar ser compañeros? pensó Frederick en voz alta.

Percy, el hijo del Alfa, tuvo que competir en un desafío contra otro Alfa que estaba tratando de reclamar a Annie. Tal vez es la forma que tiene Poseidón de detener a su hijo de estar luchando contra otros que quieran reclamar a tu hija ofreció Jacob.

Frederick pensó en eso. Tendría sentido, ya que si Percy era el verdadero compañero de Annabeth, entonces el caminaría por el Tártaro para detener a otro de reclamarla.

Tengo que admitir que es impresionante Perseo, siendo tan joven como es, fuera capaz de derrotar a un Alfa tan fuerte reconoció Frederick.

Él tenía el beneficio del concejo de su Alfa, seguro tuvo un impacto en su victoria respondió Jacob con su tono indiferente de costumbre.

Aun así, la idea de que su niña tenga un compañero a los 17 erizaba su pelaje de manera equivocada. A pesar de que en realidad no tenía derecho de decir lo que podía o no hacer, ella ni siquiera sabía quién era el. Tal vez, decidió, lo mejor por ahora es observar desde la distancia.

Jacob, quiero que regreses a Coldspring y mantengas un ojo en mi hija. No te des a conocer, solo observa desde la distancia e infórmame. Te dejare saber si y cuando iré en persona. Por ahora voy esperar le Frederick a su Beta.

Se hará como tú has dicho, Alfa le respondió Jacob de manera formal.

Frederick dispenso a Jacob para partir, dejándolo solo en su estudio con sus pensamientos. El había estado manteniendo esos pensamientos bloqueados de su compañera. No sabía cómo iba responder a la noticia de que tenía una hija con otra mujer. No, por el momento mantendría este secreto un poco más.

Jacob estaba sentado fuera de la casa de Atenea Chase cuando esta salía de la calzada. Apenas había regresado a la ciudad para verlas partir a la ceremonia de unión de Annabeth. Por suerte, había puesto en marcha su plan antes de haber informado a su Alfa. Había sido tan fácil obtener información de la manada de Coldspring, considerando que no había ninguno más dominante que él. Luego solo hizo algo de espionaje fuera de la ventana de Annabeth para obtener la información que necesitaba de su agenda y un cronograma de la ceremonia de unión. Odiaba ser insubordinado, por lo general se enorgullecía por su fiel obediencia a su Alfa, pero en esta situación no creía que su Alfa estuviera tomando las medidas necesarias para proteger a su cachorra. Jacob había decidido que era su deber intervenir, ya que estaba interesado emocionalmente en Annabeth.



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En el texto hay: hombres lobo, sangre, ritos

Editado: 17.06.2020

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