Las heridas de Annabeth mostraron una gran mejoría en la semana siguiente, pero Percy todavía continuaba paseándose por la sala de espera como la había hecho desde el día del accidente. Estaba empezando a sentirse como un león enjaulado listo para saltar sobre una presa fácil. Pudo notar como todo el mundo estaba sintiendo su nerviosismo, ya que todos parecían estar evitándolo como la peste. No podía evitarlo, había pasado una semana desde el accidente y aun ni Thalia ni Annabeth habían despertado. Ambas estaban pasando por desbridamientos diarios y aunque parecía que el cuerpo de Annabeth estaba sanando un poco más rápido que el de un humano, no era lo suficientemente rápido para Percy.
Se sentía impotente. Su lobo estaba inquieto y deseaba estar cerca de su compañera. Odiaba no poder estar a su lado, protegiéndola mientras ella estaba en un estado tan vulnerable, pero no había nada que hacer al respecto. Trato continuamente de llagar hasta ella a través de su vínculo, pero lo único que consiguió fue oscuridad y silencio.
El oscuro silencio ocupo el espacio que la voz de su Luna una vez lleno, pero paso la segunda semana tratando de sacarla desde el lugar enigmático en que ella residía. Su concentración se vio interrumpida cuando Luke dijo:
Me gustaría que hubiera algo que pudiera matar dijo Luke, mientras estaban sentados en la sala de espera familiar de la unidad de quemados, las mismas sillas en las que ambos habían establecido su residencia en las últimas dos semanas.
Yo podría ir a matar algo justo ahora mismo coincidió Percy.
Percy estuvo gratamente sorprendido al descubrir que él y Luke, a pesar de la enorme diferencia de edad de 107 años, se llevaban muy bien. Hasta ahora Luke siempre había sido solo el Beta de su padre para él, un poderoso lobo, y cuando era más joven un poco aterrador. Pero a medida que pasaron las dos últimas agonizantes semanas esperando en el hospital, habían estado a veces solo en la compañía del otro y así habían empezado a llegar a conocerse.
Se alegró por la compañía de Luke, de lo contrario podría haber derribado ya la puerta de donde Annabeth estaba demasiado quieta para su propio gusto. No estaba seguro de cuanta más espera podía soportar antes de que el exigiera que se le permitiera esta con Annabeth todo el tiempo.
Se estaba haciendo más y más difícil convencer a su lobo de ser paciente.
Dos semanas más pasaron y Percy marco el aniversario de cuatro semanas del accidente en el calendario colocado en la cabecera de Annabeth, rezando para que la fuerza de la luna llena de esa noche regresara a su Luna al lugar que le correspondía a su lado. Agradecidamente estaba de pie junto a la cama de Annabeth durante una de las limitadas visitas permitidas y no podía apartar los ojos de ella.
Era increíble lo mucho que se había curado en el último mes. Su piel estaba en carne viva y rosa donde las quemaduras habían estado pero se podía ver que la nueva piel estaba entretejiéndose junto rápidamente. La doctora Lawrence le había dicho que su pierna estaba curada completamente. Ella había tenido que revisar a través de los registros médicos de Annabeth para alterar algunos de los últimos descubrimientos, porque no había manera de que pudiera justificar que la pierna rota de una persona se pudiera curar completamente en cuatro semanas. También le había dicho que no estaban fuera de peligro con respecto a la sangre humana que había recibido.
Annabeth había estado teniendo una fiebre constante durante las últimas tres semanas y la doctora Lawrence también dijo que su conteo de glóbulos blancos era elevado, lo que significa que su cuerpo estaba luchando contra una infección. Ya sea que la infección fuera de las quemaduras, o tenía algo que ver con la sangre, no lo sabía. Así que el continuo esperando, y esperando un poco más.
Antes de irse, se inclinó y la beso en la frente, y como hacia todos los días le susurro su nombre a través de su vínculo. "Annabeth, vuelve a mí". Anhelaba ver sus ojos grises mirando fijamente los de él.
Y por fin alguien escucho sus suplicas.
"¿Percy?" Dijo Annabeth
Percy se acercó más, como si la proximidad ayudara con su vínculo mental.
"Estoy aquí, Luna ¿Puedes abrir los ojos para mí?" le pregunto, desesperado por traerla de vuelta a este mundo.
Ella no le respondió, y él pensó que tal vez se había escapado otra vez, pero de repente estaba mirando dentro de una tormenta gris. El aliento escapo de sus pulmones cuando vio la luz volver despacio a ellos.
Percy no se dio cuenta que había derramado una sola lágrima hasta que ella le susurro con voz ronca y seca:
No llores hombre lobo, no pensaste que podías desacerté de mi tan fácilmente ¿verdad? Dijo Annabeth
A penas pudo contener el alivio que sintió al escucharla hablar, al verla despierta.
Quiero abrazarte, Luna, pero no sé dónde tocarte sin causarte dolor le confeso, ese era su deseo más profundo en ese momento.
Estoy tan drogada que no puedo sentir nada en este momento, así que recuéstate sobre mí le dijo con una débil sonrisa.
Percy se inclinó hacia adelante con tanta suavidad como pudo y coloco un brazo alrededor de su cintura. Apoyo la cabeza en su hombro, poniendo efectivamente sus labios justo contra la curva de su cuello, en sus hombros. La beso con tanta suavidad como pudo y sintió a su lobo retumbar de alegría.
Te extrañe le dijo Annabeth con voz tensa.
Metí la pata, Annabeth. Te deje sin protección, podría haberte perdido. Es inexcusable ¿Cómo puedes siquiera quererme cerca de ti? Dijo Percy
Percy, esto no es tu culpa. No vayas todo Alfa conmigo en este momento.Te necesito más que nunca le dijo sin vergüenza de su propia dependencia de él.
Estoy aquí, y no voy a ir a ninguna parte. Dijo Percy