Blood Rites (the grey Wolves #2 )

Capítulo 13 Jacob XIII

De pie frente a la ventana la habitación del hotel que Clovis había reservado para ellos, Frederick termino la llamada que acababa de recibir de Atenea y se volvió a sus lobos.

Voy a conocer a Annie mañana por la mañana a las 10: 00 am. Todos ustedes me acompañaran al hospital, pero solo Jacob y yo iremos al piso en el que esta, y solo yo voy a entrar en su habitación. Justo ahora insisten en que Percy se quede con ella mientras le hablo, lo cual supongo que entiendo. Ella no me conoce, yo sería cauteloso también. Dijo Frederick

Todo va a ir bien, Alfa le dijo Jacob con una inusual muestra de emoción.

Frederick asintió una vez en reconocimiento a las palabras de su Beta. Había una pequeña parte de él que sentía que algo estaba mal con Jacob pero se lo quitó de encima. Jacob era su lobo más fiel y nunca había dado a Frederick una razón para dudar de su confianza.

Voy a dar por terminada la noche. Tenemos que salir de aquí a las 9: 15 de la mañana así que asegúrate de que todos estén listos instruyo Frederick a Jacob.

Como tú digas, Alfa respondió Jacob. Observo a su Alfa caminar hacia la habitación en que se quedaba hasta que la puerta se cerró detrás de él. Jacob les dijo a los otros lobos que iba a buscar algo de beber, ellos no lo cuestionaron. ¿Por qué lo harían? Era el segundo del Alfa.

En realidad necesitaba finalizar su plan. Iba a tener que asegurarse de que Annabeth no estuviera consciente cuando el la secuestrara por que iba a ser capaz de alertar al cachorro que estaba tratando de reclamarla. Para su sorpresa, cuando se puso en contacto con la manada de Coldspring y olfateo alrededor para descubrir a los miembros que eran todavía leales a su Alfa muerto, había descubierto que el médico que trataba a Annabeth era la hermana de Bryce Lawrence. Y no habría supuesto que la querida y vieja médica fuera tan explícita sobre su ira a Poseidón y su cachorro, tan molesta, de hecho, que ella ofreció su ayuda. Las cosas no podían ir mejor. La doctora Diana Lawrence iba a entrar y comprobar a Annabeth durante su turno de guardia y darles a ella y a Thalia una dosis extra de morfina. También asumió que la tercera chica, Piper, creyó recordar que la llamaban así, estaría en la habitación. La única manera de mantenerla noqueada sin el uso de químicos seria el uso de un punto de presión en su cuello para dejarla inconsciente. Ella se despertaría con un dolor de cabeza terrible, pero era mejor que tener que hacerle daño para conservarla sometida.

A continuación, tenía que conseguir un transporte y un lugar donde llevarla. Eso era lo que iba a hacer esta noche. Una vez más la manada de Coldspring estuvo dispuesta a solucionar esto para el también, y gracias a unos lobos descontentos que estaban molestos por la muerte de su Alfa, le habían ofrecido su ayuda. Uno de los lobos, no sabía su nombre, no quería saber los nombres, le iba a dar un auto y una vez más la doctora Lawrence se acercó y le facilito el uso de su cabaña de esquí en Colorado.

Pensó que iba a funcionar bien porque suponía que una vez supieran lo que había ocurrido nunca pensarían que la llevaría de regreso a su estado natal. La parte difícil iba a ser mantener a Annabeth sin saber dónde estaban para que no pudiera enviar a Percy ninguna pista. Hasta que él no se hubiera unido con ella y hecho los Ritos de Sangre tendría esa conexión mental con Percy.

El lobo que le prestaría el auto iba a reunirse con él en la parte trasera del hotel para darle las llaves. Había estacionado el auto en el puesto de estacionamiento del hospital más cercano a la sala de emergencias. El plan para llegar a Annabeth era simple. La doctora Lawrence la transportaría en una camilla hasta una puerta lateral que los médicos utilizan justo al lado de la sala de emergencias. Ya que siempre había conmoción por la noche en la sala de emergencias, nadie se daría cuenta de un medico rodando una camilla fuera del lugar. Jacob tendría el auto listo y ella la deslizaría en el interior. Si las cosas seguían como estaban, estaría de camino a Colorado acompañado de su compañera en cuestión de horas. Sonrió para sí, bastante impresionado por su habilidad para planear todo eso por su cuenta.

Salió por la puerta de atrás del hotel, y fiel a su palabra, el lobo esperaba con las llaves.

Es una Ford Escape color canela, para que no llame la atención. Me estacione justo donde dijiste que lo hiciera le dijo a Jacob.

Gracias, agradezco toda tu ayuda la voz de Jacob estaba llana de sinceridad, él estaba realmente agradecido. Sin la ayuda de la manada de Coldspring este esfuerzo habría sido mucho más difícil.

Estamos muy contentos de que el mestizo rumano no va a conseguir quedarse con la compañera elegida para nuestro Alfa. Queremos que el sufra por quitarnos a nuestro Alfa la voz del lobo derramaba malicia.

Jacob no quería entretenerse más aquí, por lo que agradeció al lobo otra vez y luego se dirigió a su habitación.

Al entrar en la habitación, vio que los otro se habían retirado ya. El decidió tomar una ducha rápida ya que no suponía que consiguiera otra por un par de días.

Mientras se acostaba en su cama, las sabanas frescas del hotel picaron contra su piel, no podía estar cómodo. Tenía la sensación de que no tenía nada que ver con las sabanas provocándole comezón y más que ver con su consciencia. Cerró la puerta firmemente en su mente, sin atreverse a examinar el punto negro que esta elección ponía en su alma. Su lobo aprobaba lo que el hombre estaba haciendo, y eso era suficiente. Ambos sabían que Annabeth estaría mejor con un compañero que pudiera protegerla, uno con experiencia.

Jacob cerro los ojos, tratando un vez mas de conciliar el sueño, pero lo eludió por muchas horas en la noche.

Frederick se despertó con el sonido de la alarma de su teléfono desvaneciéndose. Se acercó a la mesilla de noche y lo recogió para apagarlo. El respiro profundo, se sentó y se pasó una mano por la cara, tratando de despojar el sueño de su cerebro. Poniéndose de pie, se estiro y sonrió. Hoy se reuniría con su hija por primera vez. Estaba muy aterrado, pero estaba muy feliz también. Se dio una ducha rápida, se afeito y se vistió con unos Levis sencillos, una camisa negra y botas negras. Cuando salió de su habitación, vio que toda su manada estaba vestida y lista para irse.



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En el texto hay: hombres lobo, sangre, ritos

Editado: 17.06.2020

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