Capítulo I

Castlevania, el castillo principal ubicado en la region de Transilvania. Cómo todo hogar de los vampiros, este castillo era oscuro y tenebroso. Grandes picos hubicados en el techo, espesa niebla rodeaba el castillo anulando casi por completo la visibilidad del castillo.

El último piso de este enorme castillo, era totalmente diferente a los demás, tenía colores rosados y amarillos, que sustituía al negro con rojo. Una inmensa iluminación a diferencia del resto del castillo.

Por aquella sala caminaba un joven apuesto de cabello rubio y ojos dorados. Su piel era pálida y su rostro tenía cero grasa de bebé. Una estatura de 180 centímetros y su musculatura delgada pero definida.

Aquel joven camino elegantemente hacia una habitación con puerta de madera caoba. Llevo su mano al manillar y abrió lentamente aquella puerta, en el interior de la habitación había un gran cristal transparente de celeste. En el interior del cristal había una niña de 6 años de edad, cabellos rubios similares a los de este joven y su piel parecida. Los ojos de esta joven estaban cerrados y su cuerpo parecía estar paralizado.

El joven colocó una mano sobre el cristal, se dirigió a un mini bar ubicado en una esquina de la habitación. Tomó una copa de la barra y una botella con sangre dentro. Lentamente comenzó a llenar la copa con el liquido rojo que estaba en el interior de la botella.

Tomo la copa con su mano derecha y se desplazó a la esquina más cerca del cristal. En ese lugar estaba una pequeña mesa con una silla frente a ella, un libro rojo oscuro se encontraba sobre la madera. El rubio colocó la copa sobre la mesa, se sentó en la silla y tomó el libro en sus manos.

"Humanos-Vampiros... lazos no detectados" leyó las letras que se encontraban sobre la portada del libro. El rubio sonrió y abrió el libro, comenzó a pasar las páginas hasta llegar a una donde tenía un marcador rojo. "Entonces fue en ese momento en que el Conde Drácule conoció el amor, la joven humana de nombre Heir le lanzó un flechazo justo en el corazón de este Conde y....."

El joven de cabellos dorados estuvo leyendo aquel libro durante horas. De vez en cuando tomaba un sorbo del líquido rojo depositado en la copa. A medida que leía, viejas imágenes del pasado entraban en su mente. Risas, niños corriendo, una hermosa mujer de cabello dorado sonriendo, a su lado un hombre alto y fornido con cabellos negros.

Su mundo de fantasía se esfumó al sentir varios toques suaves sobre la puerta. "Adelante" mustio delicadamente el joven. La puerta fue abierta mostrando a otro joven que aparentaba ser contemporáneo con él. Este joven tenía cabellos castaños, sus ojos eran de color esmeralda, su piel ligeramente bronceada, estaba entre los 177 a 180 centímetros de altura y un físico bastante notable. "¿Oh Génesis?" exclamó un poco sorprendido.

El joven rápidamente hizo una leve inclinación mientras colocaba una de sus manos sobre su pecho "Siento mucho haber interrumpido su hora de lectura, Lord Alucard" se disculpó educadamente el joven recién entrado.

El hombre de cabellera dorada asintió suavemente, cerró el libro no sin antes colocar el marcador sobre la página donde se había quedado. Dejo el libro sobre la mesa y tomo la copa con el poco de sangre que quedaba en ella, cruzo una de sus piernas sobre la otra y miro al joven.

"No te preocupes, solo le leía un poco a mi hermana, las obras del difunto Rudolf le encantaba" sonrió amargamente para quitarle un pequeño sorbo a la bebida roja. "¿Y a que te trae aquí en estos momentos?"

El castaño asintió y entró a la habitación. Cerro lentamente la puerta para evitar que entrometidos escucharan, a pasos cortos se acercó a donde estaba el rubio. "Mi Lord, últimamente se han esparcido varios rumores"

El rubio alzó una de sus cejas y miró intrigadamente al castaño "¿Rumores?... ¿Que tipo de rumores?" preguntó y volvió a tomar un sorbo del liquido rojo.

"Con el aumento de los cazadores, la mayoría de los no pura sangre, están comenzando a decir que los de La Nobleza, los usaríamos como carnada, para atraer a esos cazadores"

"Si, eh estado al tanto sobre el aumento de los cazadores, y más con la creación de Divene Silver," el rubio colocó la copa sobre la mesa y se puso de pie. Lentamente camino hacia el cristal que contenía el cuerpo de la niña rubia y lo observo "Pero lo de rumores, no tenía noción de ese tema"

"Así es Mi Lord... y con el esparcimiento de estos rumores, los no pura sangre comenzaron a atacar a bajos vampiros de La Nobleza" el rubio rápidamente giró su rostro y observo seriamente al castaño "Godbrand ha salido a una expedición hace apenas 5 horas, durante su trayecto dos grupos de no pura sangre, lo atacaron... la masacre que hizo Godbrand asustó a varios y corrieron... pienso que los ataques en la región de Transilvania cesen un poco"

El rubio suspiro pesadamente, dejó de observar a Génesis y se giró hacia el cristal nuevamente. "Entre el crecimiento masivo de los cazadores, las locuras de Godbrand, estos nuevos problemas que asedian mis terrenos y el sello que contiene el cuerpo y alma de mi hermana, me volveré loco"

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En un pequeño pueblo ubicado en las fronteras de la región de Maramures y Transilvania, caminaba un hombre alto, piel pálida, ojos azules, sus cabellos eran negros y largo, sobre su cabeza estaba un gran sombrero negro, sobre su cuerpo había una gabardina y en su espalda una espada que rondaba cerca de los dos metros de largo.

El hombre entró a un pequeño establo cerca de la salida del pueblo, habían varios caballos parados uno al lado del otro, cerca de ellos, estaba un anciano arreglando una vieja montura. El hombre camino lentamente hacia el anciano y se detuvo a su lado.

"¿Cuanto por la yegua negra?" preguntó de manera fría y cortante. El anciano levantó su rostro y miró directamente a los ojos azules e inexpresivos de este extraño hombre.