La luz del sol se asomaba por el gran ventanal, dando inicio a un nuevo día. El constante golpeteo en el piso le hizo percatarse de la luz que comenzaba a molestar a sus ojos. El silencio en la habitación de Minerva fue interrumpido por el sonar de la blanca puerta siendo abierta de forma brusca, de ella aparecieron tres niños corriendo hacia la cama de su progenitora.
Sin previo aviso, los tres pequeños saltaron con dirección hacia la cama, lo cual, fue suficiente para despertar a la mujer de largos y ondulados cabellos negros. La falta de aire la hizo reaccionar ante el ataque de sus pequeños.
-- ¿Qué estan haciendo tan temprano por la mañana, niños? - cuestiono de forma peresoza mientras acariciaba de forma suave el cabello de la pequeña a su lado derecho.
-- Es que estamos emocionados - respondio el pequeño de cabello castaño llamado Kai - puesto que iremos al acuario, y ahora podremos ir con los tíos y los primos - la inocencia con la cual el niño sonrío a su madre fue más que suficiente para enternecer a la mujer.
-- Antes de ir al acuario primero deben de desayunar, bañarse, y arreglarse - les indico de forma amable y calmada - además, debo hablar con sus tíos antes - declaro para tomar al trío y llevarlos hasta uno de los baños.
El desayuno paso de forma calmada, en un ambiente ameno y casi familiar, pasado este momento, los niños salieron al jardin para jugar con los lobos; mientras que los tres adultos se encontraban en el despacho de Minerva. El escritorio se encontraba justo frenta a la puerta, contaba con un estilo moderno (refiriendose a los años entre 2018 en adelante) los asientos eran un par de sillones que se veian bastante comodos, hechos de aparente piel, sin embargo, era sintetica. El escritorio era de un mineral llamado cuarzo amatista, era bastante lindo y destacaba entre el fondo blanco. Además aquellos muebles tambien se encontraban algunos libreros hechos con madera, lo cual es un material un tanto raro en este tiempo, por lo tanto, se intenta conservar.
Micheal y Meredit se encontraban un poco tensos por el ambiente que de pronto se había instalado en el lugar. Minerva simplemente se mantenia de pie, buscando documentos entre los libreros, hasta que finalmente los encontro.
Sus delgados dedos acariciaron las páginas de aquella carpeta. Paso su campo de visión de la carpeta hacia sus invitados de turno y suspiro.
-- Entiendo que es su trabajo - comenzo a hablar de forma calmada - Después de todo, ambos son agentes del FBI y brujos - lo último lo dijo mirando a Micheal - Por lo menos eso fue lo que me dijiste, Meredit. Estaré complacida de ayudarte prima, sin embargo, dejaré algunas cosas claras - hizo una pequeña pausa mientras tomaba asiento, y colocaba una de sus manos bajo su mentón - Primero, no quiero que mis hijos se vean involucrado en este asunto - aclaro, acomodandose mejor en su comodo asiento de cuero - Segundo, mi colaboración será anonima, absolutamente nadie debe saber de ello, ¿entendido? Como último, no cuestionaran la procedencia de la información, simplemente la tomarán y la usarán a su conveniencia - ante esto, las dos personas frente a ella realizanron un movimiento de cabeza positivo, dando a entender que lo habían entendido, y aceptado.
-- Con esto claro, Minerva, por favor, dinos que has obtenido - hablo la mujer de piel morena.
-- De acuerdo -
Su asiento hizo un leve sonido en el momento que el peso de su cuerpo estuvo ausente, entre sus manos una curiosa memoria de almacenamiento se balanceba de un lado a otro, como si pensará el entregarla o no. Al final, simplemente la conecto a una de las ranuras en el escritorio amatista, esperando a que la imagen se proyectará.
-- Bien - comenzo una vez que la imagen tomo lugar en la oficina - Por lo que me has dicho acerca de las victimas, he tratado de encontrar una racionalidad, alguna compatibilidad con los ataques de los diferentes lugares. Sin embargo, la unica coincidencia, es la forma en la que fueron asesinados - suspiro antes de pasar a las imagenes de los cadaveres - También, note algo minímo, que aparentemente el departamento del FBI, no lo hizo. Todos, ansolutamente todos eran de sangre tipo A, sin importar si son mujeres u hombres, brujas, licantropos, hibrídos, etc.
-- Ya veo, ¿alguna otra novedad? - cuestiono mirando las imagenes de distintas criaturas que aparecían, así como su linea sanguinea.
-- Lo siento, pero hasta ahora esa es la unica información que he conseguido - dijo con su vista fija en la memoria aun insertada en la ranura del escritorio.
Tomo aire, y jalo la memoria, haciendo que las imagenes desaparecienran de su vista. Con un rostro totalmente serio se lo entrego a su familiar, siendo recibido por esta.
-- Tan solo recuerda mis peticiones, Meredit - el color de avellana de sus ojos paso a ser un color vino, sin embargo, solo duro un segundo, fue tan imperceptible, que solo la mujer de cabellos rizados lo supo. - Después de todo, yo solo soy la dueña de una empresa tecnólogica, no tengo nada que ver con asuntos oficiales.
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Decidieron aparecer en las oficinas del FBI, tal y como se les indico. Sus pequeños retoños fueron a un pequeño viaje al acuario junto a Minerva, esto para mantenerlos distraídos.
En cuanto estuvieron frente a la oficina principal de aquel edificio suspiraron, no sabían con exactitud lo que les esperaba, después de todo, no sabían si los casos eran hechos por la misma persona u organización. Sin embargo, sería demasiada coincidencia que en todos los continentes tuvieran casos parecidos.
Golpearon de forma leve la puerta de caoba, una gruesa pero susurrante voz les indico el pase. La oficina era completamente oscura, contaba con unas gruesas cortinas que no permitían el pase de la luz solar. Todo era tan silencioso, lo unico que resaltaba en la habitación eran un par de asientos blancos.