Blue Diamond #1 ( Saga Luz y Oscuridad: El Surgimiento)

38. Tortura cercana al infierno...

 

 

Toso consecuentemente, como si algo me impidiera respirar. Reaccionó colocando una mano en mi pecho al tiempo que me posiciono de rodillas. Parpadeo hasta acostumbrarme a la oscuridad que me envuelve; entonces, un jadeo ahogado, casi aterrorizado se me escapa.

Cientos de esqueletos, cráneos, brazos, rodillas, de lo que sea que sean me rodean. Controlo mi respiración pero el olor nauseabundo me marea fuertemente.

Trato de levantarme, no hay sangre en mi vestido, el mismo vestido que llevaba en esa época.

Ellos...

Giro ni cabeza de lado a lado en un intento de reconocer el lugar en el que me encuentro. Mi pulso se dispara porque no sé lo que sucede, no sé dónde estoy, todo está completamente negro a excepción de la marea de huesos debajo de mi.

Caigo. Logro colocar mis manos en el suelo de tal modo que me evito un terrible golpe. Trato de moverme pero algo sostiene mi pie, alguien. Comienzan a arrastrarme poco a poco, a pesar de mis gruñidos e intentos de sujetarme de algo siguen jalándome.

¿Qué es?

Desisto por unos momentos, bajando mi vista a mi pie.

Cuánto me arrepiento.

Miedo se dispara por todo lado. Mi corazón late fuerte contra mi pecho, mis vellos se erizan y un ardor quema en mi garganta. Nunca, ni siquiera cuando vi por primera vez a las sombras me ha dado un miedo como éste. Me desespera, la angustia se acumula y las lágrimas se instalan en mis ojos porque no me gusta lo que veo.

No es uno, no es dos; rostros enojados con piel muerta me arrastran de a poco. Está el rostro de papá, el rostro de mi madre, de Sara, de Christopher, de Holly, de otras personas, de él...

Cierro mis ojos en un intento de agarrarme desesperadamente de algo.

Sé que he hecho mucho daño en el tiempo que llevo de vida, me merezco lo que está pasando y más; sin embargo, tengo de en que puedo lograr algo bueno y diferente.

Trato de sostenerme de lo que sea, pero mi espíritu se va a la basura cuando soy absorbida por algo.

Una vez más estoy cayendo.

Al principio es un grito, luego dos. Lo próximo que sé es que me revuelvo en mi miseria. Cientos gritos llamando mi nombre, desesperados, mezclados con miedo, con odio y tristeza. Cubro mis oídos en un intento de aminorarlos pero se intensifican. Grito, el dolor es intenso.

No lo soporto.

No lo puedo soportar más.

Sigo revolviéndome, sigo cayendo.

Los rostros vuelven a aparecer desde la parte de arriba. Cada uno de ellos trata de cogerme, extienden sus brazos. Sus bocas abiertas gritando. Sus ojos sin vida. Cierro mis ojos y luego un chapuzón.

Sí, la caída terminó, pero ahora me ahogo. Me sofoco. No puedo respirar, me revuelvo en el agua. En el líquido en el que me encuentro y grito. Grito fuerte y claro aunque nadie me va a escuchar. Algo brilla, acercándose poco a poco. Mi vista se desvanece, el aire desparece de mis pulmones. El último pensamiento que tengo es que pude haber hecho mucho más.

.........................

Vuelvo a despertar. Todo mi cuerpo tiembla y me cuestiono si está es una especie de tortura cercana al infierno. Me levanto, pero ya no hay huesos a mi alrededor. Estoy desorientada.

Es césped, césped verde y completamente hermoso, más hermoso que el de los Pounders incluso.

Muerdo mi labio inferior mientras observo mi alrededor, todo esto luce como un paraíso. Los árboles, los animales, las flores. Giro sobre mi propio eje y la veo. Ahí está, la espada de cristal.

Suspendida por una luces que destellan desde el espléndido sol que brilla en medio de lo que aparece una cascada. Está hecha de metal reluciente, cada trazo con rosas en ella parece hecho por ángeles. Su escarapela es dorada, con un diamante color azul en ella, del color más reluciente que he visto. Es hermosa y tentativa, no es como cualquier objeto que haya visto antes. Es... Mágico, me atrae, me seduce, me llama.

Mis pies comienzan a moverse, atraviesan el agua olvidándose del ahogo que sufrí hace un tiempo como si no hubiera sido nada. Reclamo mis labios, colocándome en frente de la espada. Estoy a punto de tomarla, hacerla mía, cuando despierto. Los recuerdos se apoderan de mi mente, uno más doloroso que otro.

Hice muchas cosas malas en el pasado. Tengo diecisiete años pero eso no quiere decir que nunca haya cometido errores. Todos han sido graves, en algunos lastimo a personas que no se lo merecen. A él, a otros... Toda yo siente el dolor, y aún así, la espada me llama.
Sigue haciéndolo, sigue queriendo que la tomé pero no puedo.



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En el texto hay: peligro, accion, amor

Editado: 02.07.2019

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