—¿Holl, estás segura de que quieres venir?
Asiente.
—Puedes decirle a Liam que ese tipo de lugar no es de tu gusto, él no se molestará.
Sus mejillas adquieren un rojo tomate demasiado profundo.
—Yo no estoy invitada por Liam, quiero ir por mí misma. El día de ayer cuando fuimos a Rayo Nocturno fue increíble —comenta, tratando de lucir normal y típico de Holl, fallando en el intento.
—El Rayo Nocturno del mundo Pounder es diferente. Parecía como estar en New York, Las Vegas, París, Shanghái y otros sitios mejorado hasta el punto en que el turista queda con la mandíbula abajo, este es.... cómo decirlo, es como un Rayo Nocturno después de la droga.
—¡Blue!
—Si tantas ganas tienes de ver a Liam deberías preguntarle si quiere ir a comer un helado en Oregón, no tienes que ir a oler el humo de las motos.
—Quiero ir Blue, no me voy a retirar —chilla en un tono agudo con sus mejillas aun más rojas.
Me encojo de hombros. Le paso el casco para que se lo ponga mientras se sienta en la parte de atrás. Le dedico una última mirada a papá que parece decirme cuídense desde la ventana.
Me encargo de guiñarle un ojo antes de arrancar.
El día de ayer Holl, Sara y yo fuimos junto con Gwen a Rayo Nocturno de arriba, como dije antes, es como estar en un sitio fascinante; grandes edificios con enormes pantallas haciendo publicidad, tiendas de pociones que en las afueras hacen demostraciones, algunas que otras peleas para escoger a un ganador, locales llamativos tanto de armas como de ropa, un sinfín de sitios para comer y tienen un lugar específico para carreras. Te hace querer entrar a cada uno de los lugares de la zona, es como el Callejón Diagon versión mejorada, y eso que yo pensé que nada, nunca jamás podría mejorar algo como ello; de hecho, ahora entiendo cómo es que en mi cuenta se alojan millones en un solo un día.
Acelero, escuchando una maldición por parte Holly que me hace reír. A medida que la multitud se hace presente bajo la velocidad hasta aparcar al lado del auto de Dylan y Tyler. Poseo una copia de las llaves del primero por lo que abro la cajuela e introduzco los cascos dentro.
Pronto comenzamos a adentrarnos en pleno Rayo Nocturno. Adolescentes conversando, bebiendo cervezas, algunos bailando, otros haciendo fila para entrar a antros, discos o bares... En fin, los jóvenes de Heshville se desahogan aquí. Hay pocos mayores de edad, la mayoría encargados de los negocios.
Saludo a Gwen en su puesto de tatuajes desde lejos, la peli azul me responde con una sonrisa.
—¿Qué hora es Holl?
—Casi diez.
—Liam debe estar esperando a Christopher y Rowan en la pista de carreras.
Una gruñido sale de ella al mismo tiempo que se coloca en frente mío con los brazos cruzados y las mejillas a mil. Muerdo mi labio inferior para no reír. La esquivo, al poco tiempo su voz vuelve a ser audible.
—Debes dejar de molestarme porque... ¡Porque yo no digo nada de lo que sucede entre tú y Reynolds!
Mis cejas se alzan al cielo.
—¿Qué?
Da continuas zancadas hasta estar enfrente de mí.
—Blue Diamond, eres muy buena ocultando tus sentimientos, pero por obra y gracia del Espíritu Santo esta vez es como si no pudieras lograrlo.
—Yo no...
—Puedes decir lo que quieras Blue, pero el mosco te ha picado y por más que lo intentes ni tu ni Christopher pueden evitar no hacerlo notar —coloca sus brazos en forma de jarra levantando su mentón—. Así que, comienza a tener más respeto conmigo porque lo que sea que tu y él tengan entre ustedes dos, ya sea algo sentimental o sexual, o las dos, se nota a kilómetros, cientos y cientos de kilómetros.
Por unos segundos nos quedamos en silencio. Logro recomponer con habilidad mi expresión a una de burla.
—¿Atracción sexual? ¿Holl, cómo es posible que no me dijeras que querías follar con Liam?
Su boca se abre en una enorme "O".
—¿Qué? ¿Holly quiere follar con Liam? —cuestiona Sara, con una sonrisa perversa en sus labios. Holly no luce roja, luce extremadamente blanca.
—Parece que sus hormonas no pueden más, o tener sexo, o tener sexo.
—¿Quién quiere tener sexo con quién? —interviene Tyler, a su lado se encuentra Dylan con una cerveza en mano.