—Logan, llama al escuadrón especial, al gobierno Pounder, a quien mierda se necesite en este momento, solo llámalos —espeto, entrando a la habitación con la espada de cristal en la cinturilla de mi pantalón y tomando un arco junto con un estuche de varias flechas.
—¿De qué...?
—¡Logan, hay una maldita revolución en el Sector9 a punto de suceder! ¡Llama a quien quieras llamar!
—¡Dean, sector9 en pantalla! —exclama, dedicándome una mirada antes de comenzar a tomar armas igual que yo.
Todo es un completo caos, todo el mundo se mueve de un lado a otro. Escucho a Gwen hablar de un código y, lo raro es que, entre todo este lío, mi cabeza solo tiene presente la imagen y la voz de papá.
Doy gracias a Dios que el día de ayer me tome la libertad de investigar sobre aquel lugar, sobre el "Indicio" como dijo la Fixtpond. Es llamado el Sector9, y cuando puse un pie en mi casa, me di cuenta que probablemente el sitio, si bien no tiene historia, ahora sí iba a tener una.
Las sombras me hablaban, o trataban de hacerlo. No me cabía en la cabeza nada más que irme, y la única razón por la que hago esto es porque no puedo presentarme ante una multitud de Fitxponds por mi propia cuenta y con nada más que una espada, por más poderosa que sea.
Muchos tratan de llamar mi atención, de preguntarme cosas; sin embargo sigo aquí, actuando por inercia propia, como un robot.
Tomo el portal que abre Gwen.
En primera instancia mis botas tocan el césped. Me regaño mientras caminamos a paso rápido. Todo esto no hubiera pasado si le hubiera dado los recuerdos y la esencia a papá desde antes. Él habría podido defenderse y nada de lo que sucede ahora, ninguna angustia, ningún nudo en el estómago estaría ahora presente.
Mi vista se distorsiona, pierdo el equilibrio, pero mi estado de ánimo está completamente estancado como para pelear con el dolor de cabeza que me invade. No sé en qué momento caigo al suelo, con mis rodillas y manos en el césped para sostenerme. Trato de posar mi vista en el bosque que se extiende. Se ve oscuro y borroso a la vez, parpadeo en un intento de aligerar la emoción intensa que crece en mi pecho. Un enorme trueno, seguido de un rayo que hace temblar el suelo hace presencia, me estremezco.
—Blue... —la voz retumba como un eco en mi cabeza—. Blue...
Parpadeo, al observar dos sombras frente mío. Cierro mis ojos con fuerza.
Ahora no, por favor. Ahora no...
Hay algo que quema mi pecho, que hace que mis dedos piquen por hacer algo. Se trata de un no-sé-qué que quiere salir de mi y... Como si tuviera tantas cosas guardadas que ahora necesito dejarlo ir. Que ahora quiere explotar.
—Blue —el alma vuelve a mi cuerpo.
Expulso un suspiro, volviendo a ponerme en pie con ayuda de las dos personas que tengo al lado.
—Estoy bien —pero no sueno como si lo estuviera. Me zafo del agarre sin brusquedad—. Estoy bien, no pasa nada —vuelvo a caminar de nuevo.
—Deberías quedarte —sugiere Tyler tratando de seguirme el paso—. No te ves bien.
—Estoy bien —continuo, dando grandes zancadas.
—Insisto en que...
—¡HE DICHO QUE ESTOY BIEN TYLER! —exclamo, deteniéndome para fijar mi vista plenamente en él—. ¡TIENEN A MI PADRE ALLÁ, NO ME INTERESA SI ME FALTA UNA PUTA PIERNA, VOY A IR! —gruño, y otro rayo cae en un árbol no muy lejos de nosotros.
La vista se me vuelve a nublar, así que sacudo mi cabeza cerrando mis ojos de nuevo. De pronto, mientras camino, es como si viera sombras por todos lados. Esta vez solo soy yo quien las ve, lo sé porque nadie se ha detenido a verlas.
Y la cantidad de sombras que veo es impresionante.
Cuando llegamos la última persona que veo es a Young, pues mi atención va más allá de todos los Fitxponds, de la gran bruma oscura que representan, me encuentro con aquellos ojos azules de papá.
La bestia que rugía dentro de mi disminuye solo un poco, puesto que no voy a permanecer tranquila hasta que él se encuentre aquí a mi lado. La mirada que me dirige me hace saber que se siente feliz de ver que estoy bien, es una que me indica que ya lo sabe todo, absolutamente todo.
—Aquí tenemos a una simple pandilla. Díganme cómo esperan ustedes vencer a todo esto...
—Entrégame a mi padre, Young —gruño, planeo caminar en su dirección; sin embargo, me detengo en el momento que veo dos armas apuntadas en dirección a papá.