⋆★⋆ Cap. 1 ⋆★⋆

[Rue's POV]

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— Carajo, de acuerdo... —Dije para mis adentros mientras tiraba la bicicleta sobre el césped y me adentraba en mi casa. Mi madre, Leslie, vino hacia mí hecha una completa bola de furia.

— ¿Dónde estabas? —Me preguntó ella, claramente preocupada.

— Fui a comer. —Respondí a secas.

— ¿Cómo que fuiste a comer?

— ¿Qué? —Le di la espalda, comenzando a caminar en dirección a mi habitación.

— ¿Qué? No me des la espalda, no me dejes hablando sola. —Comenzó a seguirme—. ¿Sabes algo, Rue? No confío en ti.

La discusión se repetía constantemente y ella siempre me repetía lo mismo "Te haré una prueba de drogas". Bien, hay formas de burlar una prueba de drogas. La primera es simple -dejar de usar drogas-, pero si estás enganchada y eres un puto desastre... Opción uno: NIACINA, es una vitamina B que disuelve la grasa y los químicos, o algo así.

No lo recomiendo.

Opción dos: Orina sintética... Si, no lo creo.

Opción tres: Que un amigo que no consuma orine por ti.

El único problema es, que las pruebas que venden al público, vienen con un sensor que detecta la temperatura de tu orina. Y si tus padres te están mirando, no puedes hacer este truco. Así que debe ser fresca.

Golpeé la puerta, sabiendo que ella me ayudaría.

— ¡Hola, Rue! —Dijo Lexi al verme.

— Necesito un favor... —Le dije, apurada.

— ¿Qué? —Me preguntó mientras me miraba con el ceño fruncido, yo me acerqué a su oído, contándole la situación— ¿Es en serio? —Me miró decepcionada,, pero suspiró.

— Gracias. —Le dije, mientras pasaba a su casa.

— Hola, Rue. —Escuché la voz de su madre, la cual me hablaba desde la mesa de la sala— ¿Qué tal la rehabilitación?

En aquella mesa no estaba ella sola, también se encontraba la chica nueva de la ciudad, Claire. Sus ojos se posaron en mí, inspeccionando mi figura, curiosa, de pies a cabeza.

— Estuvo bien, estuvo bastante... Bien. —Le respondí, intentando no sonar seca ni cortante.

— Me alegro.

La madre de Lexi me estuvo hablando durante unos segundos más, hasta que ella apareció con lo que le había pedido. Saludé a todas cordialmente y me largué de allí, no me gustaban las interrogaciones.

Lexi y yo nos conocemos desde preescolar. Y en cierta forma es mi mejor amiga, aunque de cierta forma nos hemos distanciado y ya no tenemos mucho en común.

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De todos modos, no fui a casa de Lexi. Mentí.

Iba caminando a la fiesta de McKay, ya que no ando en bici cuando bebo, demasiadas caídas que no me gustaría recordar.

— ¡Oye, Cásper! —Escuché que gritaron a mis espaldas, al darme vuelta reconocí el coche de Maddy Perez, una de las típicas chicas populares de la escuela con la cual, sorprendentemente, me llevaba bien y conocía—. ¿Te llevamos?

Me acerqué a ellas, apoyándome sobre la ventanilla.

— Gracias, chicas. —Respondí asintiendo, subiendo en los asientos traseros del coche.

Dentro del coche se encontraban Maddy, manejando, Kat, de copiloto, BB y Claire en los asientos traseros. Miré a la chica nueva con cierta curiosidad, al igual que ella había hecho conmigo unos días antes.

— Hola. —Claire me saludó, con una sonrisa que no decía mucho sobre ella.

— ¡Hola! —Respondí con una sonrisa igual o más amable que la suya.

Agradecía internamente que no me estuviera juzgando con la mirada. Mirándome de pies a cabeza como si hubiera venido desparramada. Sus amigas comenzaron a charlar entre ellas, de temas triviales que ni siquiera recuerdo.

— Rue, ¿Cierto? —Me preguntó, su tono sonaba con cierto desdén de curiosidad.

— Así es. Me llamo Rue. —Añadí como presentación innecesaria.

Había visto a la chica nueva algunas veces por la tienda de Fezco, pero jamás habíamos hablado más de dos palabras hasta ahora. No me podía llamar la atención en específico, pero era rara, tenía un aura diferente, no se me hacía una más del montón.

— ¿Y tú? ¿De dónde eres? —Cuestioné.

— Supongo que ya lo sabrás, soy Claire. Y vengo de Manhattan, pequeños cambios en los trabajos de mis padres nos hicieron mudarnos a este lugar. —Ella rió levemente, tenía una alegría contagiosa. Me inspeccionó unos segundos, sus ojos eran extrañamente hipnotizantes.

Mierda que Fezco estaba en lo cierto, parecía una princesa.

— Es un gran colegio, te acostumbras rápido. —Dije.

Claro, era una mentira.

El coche se detuvo en la casa de McKay y bajamos todas las chicas. Había demasiado ruido, demasiada gente y demasiado alcohol por todas partes. No faltaba la gente vomitando en alguna esquina y en la piscina, gente no nadando precisamente.

Me metí por el tumulto de gente, las luces estaban muy bajas y luces de colores iluminaban momentáneamente el lugar. Me acerqué a la mesa de bebidas, agarré una de las botellas y la destapé, dándole un trago largo y dejándola nuevamente en la mesa.

Sentí cómo empujaba hacia delante y giré abruptamente, encontrándome a Maddy. En sus manos había un par de latas recién abiertas de cerveza.

— ¡Rue! —Exclamó ella, alzando la voz para que pudiese escucharla por encima del bullicio— Oye, escucha. —Me agarró del brazo, llevando su boca cerca de mi oído, de modo que solo yo la pudiese escuchar.

— ¿Qué pasa? —Cuestioné, dándole otro trago a la botella de vodka que tenía entre las manos.

— ¿Puedes hacerle un poco de compañía a Claire? Nos hemos olvidado algo en mi casa y no iremos todas juntas, BB ya ha desaparecido por ahí y Kat me va a acompañar. —Dijo ella en un tono preocupado, su mirada fija en la chica, la cual llevaba una botella de agua en sus manos.