⋆★⋆ Cap. 4 ⋆★⋆

[Fezco's POV]

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Otra vez aquí estoy, metido en una maldita fiesta, sentando en el sofá y prendiendo un porro.

Observé a mi alrededor, la mayoría bailando, tomando, fumando o besándose. Le di una larga calada al porro, llenando mi boca y mis pulmones del humo, hasta que sentí como el otro costado del sofá se hundía, giré mi cabeza y me encontré con la amiga castaña de Rue.

— Oye, ¿Me repites tu nombre? —Le pregunté, apoyando mi brazo en el respaldo del sofá. Ella me miró, acomodándose un poco.

— Lexi.

— Lexi. —Repetí—. Me gusta, es un lindo nombre.

— Gracias. —Me respondió, yo le di otra calada al porro.

Nos quedamos unos momentos en silencio, pero esta vez no era incómodo, era un silencio agradable, con ella sentada a mi lado, con nuestros brazos a unos pocos milímetros de distancia, pero solo el humo del porro que me envolvía podía sentirse.

Me acomodé un poco en el sofá, todavía con el porro en la boca, soltando un poco de humo nuevamente. No podía dejar de mirarla, ella estaba más que llamativa esa noche. Jules se acercó, sentándose momentáneamente al costado de Lexi.

— Hola, ¿Han visto a Rue?

Me sacó del trance en el que me encontraba antes, volviendo a enfocarme en la presencia de las chicas. Me di vuelta hacía ellas, aún con el porro en los labios, y sacudiendo un poco la cabeza.

— No. —Respondió Lexi, mirándola.

Jules soltó un suspiro de frustración, estaba claro que no sabía dónde estaba la chica. Yo le di una calada más al porro, y lo puse encima del cenicero.

— Oye, Feliz Año Nuevo, Joel. —Le dije a la rubia.

— Soy Jules. —Ella rió.

— Vamos, sé tu nombre, Joel. —Volví a repetir, ella volvió a reír, divertida.

— ¿Has visto a Rue?

— Sí, anda por ahí. —Dije, señalando una zona de la casa.

— ¿En serio? —preguntó Lexi, frunciendo un poco el ceño. Jules se levantó y se fue, buscando a Rue.

— ¿Y pasaste bien la Navidad o eres judía? —Pregunté, acercándome ligeramente a Lexi.

El contacto de nuestros brazos hizo que mi piel se erice, pero me mantuve tranquilo, dando otra calada al porro que seguía en el cenicero.

— Sí, bueno, mi mamá es judía, pero dice que si los cristianos pudieron robar la Navidad a los paganos, los judíos también.

— ¿Dices que los cristianos robaron la Navidad?

Ambos estuvimos hablando durante un largo rato. Las carcajadas salían espontáneamente de mis labios, la conversación no era nada seria, solo cosas divertidas. Los dos estábamos bastante relajados, hasta que sentí un pequeño bote a mi lado. Me detuve de reír, y volví a fumar el resto del porro.

El efecto del porro ya estaba en mi sistema, y sentía un pequeño efecto de tranquilidad y euforia. Observé a Lexi, su sonrisa y las pequeñas risas que soltaba me atrapaban, la miraba sin quitarle la mirada de encima.

Me recosté un poco en el sofá, quedando más cerca de ella. No podía dejar de mirarla, sus labios y sonrisa me atrapaban, sentía la necesidad de tocar su mejilla, o acariciar su cuello, pero me mantuve a mí mismo en control.

— Oye... —Comencé a decir, en un tono algo bajo.

— ¿Sí? —Frunció un poco el ceño, y mi tono también fue más bajo que antes. Me acerqué más un poco, aún con el brazo izquierdo apoyado en el respaldo del sofá.

— ¿Sabes algo sobre Claire? ¿Ella vino? —Le pregunté a Lexi, sabía que ella era una de sus amigas más cercanas y la princesita seguía preocupándome. Se mordió el labio, y puso una expresión pensativa, antes de asentir.

— Sí, vi que entró y luego salió, debe de estar por el patio trasero.

— ¿Seguía igual? —Pregunté, con mi tono un poco preocupado, aunque intentaba disimularlo.

— Bastante aislada, no habló con nadie, casi no comió y se veía pálida. —Respondió Lexi, con un tono preocupado también.

— Mierda...

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[Claire's POV]

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Me encontraba sentada cerca de la piscina, el poco aire que corría por la casa me había sofocado. El silencio reinaba mientras me sentaba frente a la piscina y apoyaba mis pies en el agua, la cual estaba fría y oscura.

La música y las conversaciones salían de la casa como un murmullo, pero aquí afuera se sentía la tranquilidad y silencio. Estaba perdida en mis pensamientos, con mis ojos aún observando el agua, cuando sentí un pequeño ruido a mis espaldas, pero no presté atención en ese momento, aunque sabía lo que se vendría.

— No sé por qué, pero supuse que estarías aquí. —Escuché una voz profunda, pero suave. Reconocí al dueño de la voz, y no era otro más que Ashtray—. Hola princesita.

— Hola, enano gruñón. —Respondí, mi tono sonaba más apagado que antes.

Escuché su suspiro, y como unos pasos se acercaban hacía mí, para sentarse a mi lado, se sentó de piernas cruzadas, con sus codos apoyados sobre sus rodillas. Sentía su presencia cerca, sin mirar hacia él, siguieron unos momentos de silencio. Podía notar que él me observaba, sentía su mirada fija en mí, pero yo no dejaba de mirar hacia adelante. Suspiró nuevamente, antes de hablar.

— ¿Estás bien? —Preguntó con calma, su tono dejaba ver algo de preocupación en él, cosa que era bastante rara, ya que Ash no era del tipo de preocuparse tanto por gente como yo.

No respondí, simplemente negué con la cabeza.

Estábamos prácticamente codo a codo, sentí como mi cuerpo estaba muy alerta debido a su presencia. Me sentía un poco nerviosa con él tan cerca, sabía que debía alejarme, pero no lo hice. Le di un sorbo a mi vaso, intentando no enfocarme en él.