Blue Eyes · Ashtray O'neill. ·˚ //publicando - Completa// ✧

⋆★⋆ Cap. 8 ⋆★⋆

[Claire's POV]

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Abrí los ojos perezosamente y miré a mi alrededor, no me gustaba la idea de encontrarme en mi habitación. La luz del sol se colaba a través de la ventana, creando una agradable sensación. Mi cuerpo aún seguía medio adormilado y perezoso, me sentía más tranquila y relajada de lo normal. Estiré un poco mi cuerpo antes de incorporarme y sentarme en la cama, bostezando un poco.

Mi mente estaba un poco nublada y no tenía muchas ganas de levantarme todavía. Era temprano en la mañana y todo parecía en calma. Me froté los ojos y miré mi teléfono en la mesita de noche. Lo tomé, revisando todas sus notificaciones.

Lexi me había dejado varios mensajes, la mayoría pidiendo hablar sobre la noche anterior y Ashtray.

El teléfono volvió a la mesita de noche, y yo seguía sentada en un lugar privilegiado, las sábanas que cubrían mi cuerpo hacían un pequeño contacto con mi cuello. Recordaba todo lo que había sucedido la noche anterior, incluso recordaba las sensaciones en mi cuerpo. Cerré los ojos, intentando mantener esos recuerdos en mi mente, sintiéndolos una y otra vez.

La sonrisa apareció sola en mi rostro. No era la primera vez que me sentía enamorada de alguien, pero sí era la primera en la que se sentía demasiado especial y extraño a la vez.

Me sentía tan bien al recordar ese cosquilleo que recorrió mi cuerpo y los sentimientos que invadieron mi mente, quería más cosas de él, quería más momentos de ese contacto y esa cercanía. Me levanté de la cama y abrí las persianas, dejando que la luz me acariciase la cara.

Cuando bajé a desayunar mi mamá ya se encontraba allí, me miró con una expresión algo extraña. A su lado, había una taza de café recién hecho y unas tostadas cubiertas con queso crema. Supuse que eran para mí.

— Buen día, mamá. —Saludé.

Volteo hacia mi dirección, como si me estuviera esperando, se veía algo cansada. Su expresión al verme cambió, pero seguía mostrando sorpresa.

— Buenos días, cariño... —Sonrió tenuemente y siguió con su café.

— ¿Pasó algo? —Pregunté, frunciendo un poco el ceño y dando un mordisco a la tostada.

Me observó unos momentos, y soltó un suspiro antes de responder. Su tono era algo inseguro.

— Te veo más... feliz, menos deprimida.

— Oh, eso. Lo sé. —Hice una mueca, asintiendo.

Su mirada se volvió a centrar en mí, y por unos momentos se quedó pensativa.

— ¿Hay algún chico? —preguntó, con cautela en su tono.

Me ahogué con la tostada, tosiendo levemente y tapando mi boca con mi brazo.

Su expresión cambió y soltó una risita al escuchar mi tos, levantándose para agarrar un vaso de agua y ofrecerme. Yo seguía tosiendo un poco, pero al tragar el agua me calmé un poco.

— ¿Cómo es que...?

Su sonrisa se quedó estática en su rostro, como si hubiera adivinado algo demasiado obvio, incluso para mí. El agua seguía a mi lado, pero me negaba a seguir bebiendo, pues todavía sentía que podría volver a ahogarme. Me quedé un momento mirando el vaso mientras sentía esa extraña tensión en la cocina, no podía evitar sentir un nudo en el estómago.

— ¿Cómo se llama? —preguntó sin rodeos.

— Mamá...

— ¿Se llama mamá? —Frunció el ceño, sabía que ella quería la respuesta. Suspiré.

— Ashtray.

— Ashtray... —Repitió—. ¿Es lindo?

— Sí, lo es.

— ¿Es bueno? —La miré algo dudosa, pero al final asentí.

— Sí, lo es. No quiero interrogatorios ahora, acabo de levantarme. —Supliqué, ella asintió.

— Está bien, pero quiero conocerlo. Quiero conocer al chico que está haciendo feliz a mi hija.

— ¿No es un poco pronto? —Le pregunté y ella negó con la cabeza.

— Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde, hija. Así que tú solo avisa y tráelo a casa. —Yo asentí, terminando de desayunar.

Terminé los últimos tragos de agua que quedaban en el vaso, y mi mamá volvió a su posición en la mesa. Su sonrisa seguía intacta en su rostro, y notaba como una parte de ella estaba feliz de volver a verme así, alegre y un poco más radiante que de costumbre.

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Me encontraba en casa de Lexi, yo estaba recostada sobre la parte de los pies de la cama, sobre el cobertor, mientras que ella estaba sentada contra el respaldo, mirándome intrigada. Me miraba de pies a cabeza, con una sonrisa pícara en la boca. Levantó una ceja e inclinó un poco la cabeza, con una sonrisa burlona.

— ¿Ashtray? —Respondí sin más. Mi amiga soltó una risa entre dientes, sabía que algo bueno estaba pasando y que el chisme era demasiado bueno como para dejarlo escapar—. ¿Qué quieres saber? —Pregunté, entrecerrando los ojos.

Su sonrisa nunca dejaba de reflejarse en su rostro y soltó una carcajada. Se sentó más derecha y cruzó las piernas, preparándose para acribillarme a preguntas.

— Todo, cuenta todo o te juro que te ahorco.

— Eres incapaz de ahorcarme. —Bromeé, soltando un suspiro—. Bueno... Fue todo demasiado romántico. —Miré hacia el techo con una sonrisa boba en el rostro. Soltó una risa suave, como si estuviera disfrutando cada momento de sus preguntas.

— ¿Beso incluído o algo más? —Pidió con una mirada traviesa.

— Sólo besos, no quiero apresurarme a más... —Le respondí. Su expresión cambió un poco a sorpresa y sus ojos abriéndose un poco más.

— ¿No le has permitido nada más?

La miré con los ojos entrecerrados. Soltó una risilla, aguantándose las ganas de hacer otra pregunta y luego me observó divertida por mi gesto.




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