| Capítulo 16 | Mala sensación.

👭🏽✨ LINDSAY ✨👭🏽

Regresé anoche de Francia y, siento que ya extraño a mi madre y mi hermana. Estar con ellas me hace mucho más sencillas las cosas.

Me hizo bien hablar con Sol y decirle lo que pasó con Dylan. No me gusta tener secretos con mi hermana. También he pensado mucho en todo lo que Beth y Nick me han dicho, por eso decidí que mañana voy a hablar con Dylan.

Los días lluviosos seguían sin cesar. No es que me queje, claro que no; los amo. Creo que la mejor parte es pasar todo el día en cama leyendo un libro, viendo alguna película o simplemente durmiendo. En días como estos, se suspenden todas las clases o actividades que tengamos al aire libre. No quiere decir que nos den la libertad de hacer lo que queramos, porque no... No es así. Pasamos todo el día en el auditorio escuchando los discursos sin sentido del director. Pero no todo es tan malo como parece, también preparan chocolate caliente y galletas. Lo único bueno de hoy, es que era el último día de examen, y por eso tuvimos todo el día libre.

Esta noche es la pijamada en casa de Maddison. Al principio tenía pensando ir solo si Beth me acompañaba, pero ahora no quiero que ella lo tome como un desplante si no voy.

—Yo te hacía lista para ir a la pijamada —dijo al verme echada en la cama.

—No quiero ir sola —me incorporé en la cama. Ella negó con un movimiento de cabeza y se sentó a mi lado.

—Te quiero mucho, Linsy —confesó—. Pero sigo firme en que no voy a ir. No creo en la buena fe de Maddison.

—Beth —suspiré cansada. ¿Por qué tiene que ser así?

—¡Bien! —soltó un bufido—. Ya no voy a decir cosas feas de tu nueva amiga.

—No seas tan dura con ella.

—En serio no te entiendo.

—¿Sabes qué? —salí de la cama a toda prisa—. Si voy a ir. Te voy a demostrar que estás equivocada y que Maddison solo quiere hacer las cosas bien.

—Tú sabrás lo que haces.

Busqué entre mis pijamas una que fuera adecuada para esta noche.

Me queda claro que el sentido de una pijamada es divertirse toda la noche y amanecer juntas al día siguiente, pero yo no siento que me quiera quedar a dormir en su casa. Puedo quedarme a ver una película y disfrutar un par de horas antes de regresar al colegio.

Acabé de vestirme, y guardé algunos de mis juegos de mesa dentro de la mochila. De camino puedo comprar palomitas y otras cosas. No puedo llegar con las manos vacías.

—¿Te gusta?

—Da igual —dijo de mala gana—. Total, estás haciendo lo que quieres.

—No quiero que te enojes conmigo, Beth.

—No estoy molesta, Linsy —trató de sonreír—. Ve y diviértete.

—Te veo al rato.

Maddison me había enviado su ubicación hace un rato. Según lo que me dijo, ella y sus amigas se fueron antes porque querían tener todo listo para recibir al resto de chicas.

Cuando llegué a la entrada del colegio, el guarda me pidió mi nombre. Revisó en su tableta y me dejó salir al ver que tenía el permiso de mi madre.

Ojalá y esta noche sea el comienzo de una nueva amistad. Ya no quiero caminar con miedo por los pasillos del colegio, preguntándome en qué momento me van a volver a agredir.

La casa de Maddison no estaba tan lejos del colegio. Por suerte había una tienda de camino. En menos de veinte minutos, llegué a la ubicación que me había enviado.

Podía escuchar música y algo de ruido. Lo que me hacía saber que ya habían llegado algunas chicas.

—Bien... Ya estás aquí, Linsy —suspiré—. ¿Qué podría salir mal? —toqué el timbre. Tuve que esperar unos segundos hasta que por fin abrieron la puerta.

—Miren quién llegó —dijo burlona—. El bicho feo del colegio —rió. Tomó mi brazo con fuerza y me hizo entrar a la casa. Miré a todos los que estaban a mi alrededor y, caí en cuenta de que no se trataba de una pijamada, era una fiesta en la que yo resulté ser el objeto de burla. Todos estaban riendo.

—P…pensé que e...en... —era incapaz de hablar debido al nudo que se había formado en mi garganta—. Pensé que en serio querías ser mi amiga.

—¿Tu amiga? —estalló en carcajadas—. No me jodas.

—D…debería de irme.

—¿Por qué tan rápido, bicho? —Jackson se puso frente a la puerta impidiendo que pueda salir—. ¿Pensabas que podrías tener esa actitud de chica ruda y que nosotros no haríamos nada al respecto?

—De seguro pensó que nos había intimidado —Caleb me tomó del cabello y lo haló con fuerza—. ¿Sabían que es la puta de mi hermano?

—¡Eso no es cierto!

—¿Ah no? —rió—. ¿Entonces qué es esto? —sin soltar mi cabello, me llevó a rastras frente a la televisión, donde se reprodujo un vídeo de Dylan y yo teniendo sexo—. Y acabamos de compartir tu video porno con todo el colegio.