Boarding School

| Capítulo 25 | Molestia.

👭🏽✨ SOLANGE ✨👭🏽

 

¿Por qué hace eso? ¿Por qué siempre se va dejándome con la palabra en la boca? Y para colmo, tiene la maldita costumbre de mandarme a clases. A mí me tiene sin cuidado si estoy fuera de la clase o no, yo no estoy aquí para ser una alumna ejemplar. Además, ¿cuál es su problema? Es solo un profesor más como cualquier otro. No debería de sentir que tiene la autoridad de dar órdenes y sentirse el dueño del colegio.


Sin importar la orden que me dio, lo seguí hasta llegar a su salón.

 

 

—Por Dios —suspiró frustrado—. Creí haberte enviado a clases, Solange —habló en un tono autoritario—. Y no lo voy a volver a repetir.

—Y yo creí haberte dicho que no quería seguir en esa estúpida clase —dije desafiante. Él cubrió su rostro con ambas manos y volvió a suspirar.

—No sé cómo eran las cosas en tu antiguo colegio, pero aquí no vas a venir a hacer lo que quieras.

—No es hacer lo que yo quiera —aclaré—. Es el hecho de que cada vez que intento hablar contigo, tú siempre evades el tema.

—No te preocupes, voy a hablar con el director para que puedas cambiar de profesor —declaró, cambiando de tema.

—¿De qué hablas? —inquirí confundida.

—Dijiste que no quieres estar en la clase de educación física, ¿no? —me quedé mirándolo mal—. ¿Qué?

—No es de eso que quiero hablar contigo... Pero, ¿cómo estás seguro de tener tanta suerte?

—Es la ventaja de ser el hijo del director.

—¿Eres hijo del director? —mis ojos se salieron de órbita. Ahora es cuando me sentía mal por haberme expresado mal del director el otro día.

—Eso te tomó por sorpresa.

—¿Es por eso que te sientes con toda la autoridad de dar órdenes?

—No —rió—. Me siento con toda la autoridad porque tú eres mi alumna y yo soy tu profesor.

 

 

No lo soporto. En serio juro que no lo soporto. He conocido a personas insoportables, pero este tipo sobrepasa el límite de lo insoportable. Yo siempre estoy de tonta tratando de hablar y de llevar la fiesta en paz con él, pero es como si más bien se estuviera esforzando en hacer que lo odie.

 

 

—¿Ahora si podemos hablar de lo que me interesa?

—Porque te estás metiendo a la boca del lobo —se acercó a mí a paso lento—. Sería una lástima que le vayas a hacer compañía a tu hermana, ¿no lo crees?

—¿Me estás amenazando?

—No, Bonita —intentó no reír—. Pero entre menos sepas, será mejor para ti.

—¿Entonces tengo que quedarme cruzada de brazos?

—Estás aquí porque quieres saber la verdad de lo que pasó con Linsy, ¿cierto? —no dije nada. Solo desvié mi mirada de la suya—. No hace falta que lo digas, lo sé perfectamente.

 

 

¡Lo odio! ¿Cómo es que siempre sabe todo sin que se lo diga?

 

 

—Te debes de estar preguntando cómo lo sé. Eres predecible. A parte que no intentas ocultar tu odio.

—¿¡Qué demonios tengo que hacer para que quieras hablar conmigo!? —grité histérica.

—Lo primero sería controlar tu histeria, Bonita.

—Lo siento —dije entre dientes—. Me irrita que no quieran hablar conmigo.  

—Si me disculpas... Te agradecería que te fueras

—Como siempre, ¿no? —dije de mala gana—. No quieres hablar conmigo.

—No es eso, Bonita —pellizcó mi mejilla—. Tengo que dar una clase —señaló la puerta. Varios estudiantes empezaron a entrar—. Hablamos luego.

—Eso espero, Harrison.

 

 

Y hablo en serio. No quiero que luego me salga con su "Ve a clases, Bonita... Se te hace tarde." de siempre. Por primera vez quiero que podamos mantener una conversación sin que él salga huyendo.


Desbloqueé mi celular para revisar mi horario; mi siguiente y última clase del día es "Literatura". Menos mal que la profesora no es insoportable como Harrison. Cuando estuve aquí, demostró ser una persona con la que estoy segura que no tendré ningún problema. De hecho, Linsy había dicho que le gustó mucho el cuento que escribí.


Y bueno, a penas tengo tiempo para ir a ducharme y cambiarme en el uniforme.

 

 

—¿Qué pasó? —inquirió llegando a mi lado.

—¿Qué pasó de qué? —pregunté sin entender.

—Patrick regresó al gimnasio hecho una furia —dijo, como si eso le pareciera divertido—. ¿Qué le hiciste?

—Yo, nada... Pero Nick sí.

—Wow —me miró divertido—. Llevas aquí unos días, y ya estás enloqueciendo a alumnos y profesores.




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