Narra Sarah Matheus.
Entro a casa dejando a mi extraño jefe afuera y con tanta confusión que no cabe en mi cabeza, la verdad quisiera saber que es lo que piensa y o pasa por su cabeza, pero por el momento dejaré de pensar en eso.
Paso inmediatamente a mi habitación, luego a la ducha quitando toda mi ropa, entro a la dicha relajando mis músculos al sentir el contacto con el agua, pienso en todo lo que sucedió y es muy extraño en un momento mi jefe es un tarado y en otro alguien completamente diferente.
«¿Bipolar quizás?»
Si, eso debe ser tiene problemas y por eso los cambios drásticos de humor al tratarme como basura y luego decir que no cabello huele bien, me llevo las manos al rostro y lo estiro soplando el agua que pasa por él. —¡Ahhh que complicado!— exclamo irritada, termino de ducharme y salgo del baño para colocarme una pijama e ir a la cama, suena mi teléfono y sé que puede ser mi amiga vivi, por un momento pienso que no la he visto en dos días y debo visitarla.
Contesto el teléfono y ella grita —Mekiii ¿acaso me olvidaste? Eres la peor de las amigas— dice en un tono triste las últimas palabras, yo hago una mueca de tristeza también, de verdad no me gusta hacerla sentir triste —Vivi, lo lamento mucho de verdad no fue mi intención, es solo que estos dos días han sido de locos, pero prometo ir mañana después de hacer ejercicio ¿está bien?—
Ella suelta un suspiro que puedo escuchar a través de la bocina del teléfono —Bien, bien más te vale venir, porque de lo contrario vete despidiendo de nuestra amistad— dice en un tono serio y no puedo evitar reír —Tranquila Leona, si iré— ella cambia la conversación preguntando por mi día
—Está bien ¿cómo te fue en el trabajo?— me siento en la cama y comienzo a juguetear con la almohada, al recordar todo lo que sucedió —Bueno, diré que entre dulce y amargo, resulta que mi jefe es un tarado bipolar de lo peor— ella se queda callada por un instante y pregunta.
—¿Viste a Liam?— yo pienso en lo bien que se portó Liam conmigo y sonrío —Si, la verdad es un amor, cuando estaba estresada por mi jefe él solo me ayudó a calmarme y la verdad me pareció súper lindo— suelto un suspiro involuntario y ella responde de inmediato —¡AHHH, TE GUSTA!— grita dejándome casi sorda, hago un gesto de aturdimiento y alejo un poco mi teléfono.
—No dije eso, solo que es lindo y ya— chasquea su lengua contra su paladar y responde —Si, claro yo te conozco Sarah Matheus y sé cuando alguien te gusta, pero bueno si no quieres aceptarlo está bien y cambiando de tema ¿Está bueno tu jefe? Lo he visto en revistas y se ve que es un bombón—
«La verdad no había pensado en eso desde que lo conozco»
Se ha comportado tan estúpidamente odioso que no me ha dado tiempo de fijarme en su apariencia física, yo solo veo un ogro —La verdad no me he fijado en eso— respondo con desinterés —Que aburrida deberías cogértelo así le quitas ese enojo, creo que las personas son amargadas es por falta de sexo— abro mis ojos de par en par y luego suelto una carcajada. —Ni en mil años estaría con él, es muy amagado, odioso, pedante y la lista sigue y sigue— ella hizo un sonido de curiosidad
—No, cariño jamás digas que no beberás de esa agua porque terminas ahogándote dentro de ella— responde en un tono burlón, pero yo esto muy segura que no haría eso —Puedo juntarte que nunca pasará créeme— respondo de forma sería —No jures en vano meki, sé que puedes equivocarte y la verdad lastimosamente las mujeres solemos elegir hombres así, es algo que nos atrae los chicos rudos— vuelvo a reír y niego con mi cabeza como si ella estuviera viéndome
—No, vivi en eso te equivocas, solo a ti te gustan ese tipo de hombres, puedo presentártelo si quieres porque yo no estoy interesada en él— redondo para que debe el tema de Alex y yo —Oh, eso sería maravilloso yo sí le daría una buena…— antes de que siguiera la detuve —Bueno, ya es tarde estoy cansada y quiero dormir, nos vemos mañana te quiero— ella me dio las buenas noches en medio de una risa y colgué el teléfono.
Giro los ojos en redondo al pensar en lo loca que puede llegar a ser mi amiga, pero pensándolo buen no había visto a Alex de otra forma que no fuera un odioso y prepotente jefe y cuando me dice niña lo detesto aún más… «Ash, idiota»
Pienso y me dan ganas de golpearlo, parece que juega conmigo y yo no lo voy a dejar ganar, nunca me he dejado de nadie y no lo haré porque él sea mi jefe. Por un momento pienso en sus ojos grises y siento algo extraño en mi cuerpo, luego mi mente se va a su aliento cerca de mí cuando quitó el cinturón de seguridad y siento un cosquilleo intenso…
—¡Ya basta, Sarah! Es tu jefe y es el peor de los hombres de este planeta— me regaño en voz alta, luego mi mente me vuelve a jugar una mala pasada pensando en sus brazos fuertes muy bien marcados… «Seguramente entrena» muerdo mi labio inferior inconscientemente y al darme cuenta me golpeo el rostro con la almohada.
—No, no, no y no yo me niego a pensar en Alex Benson sé otra forma que no sea mi jefe—
«¿Y si vivi tiene razón?»
No lo sé, pero no voy a permitirme pensar en él, me volteo boca abajo y cierro mis ojos para tratar de quedarme dormida, por fin lo logré y me dejé caer en el país de los sueños donde no existe Alex no Liam y nadie más que solo ovejitas del sueño.
Me despierto para mi rutina de todos los días, voy al baño, tomo una ducha, salgo para arreglarme y me coloco un conjunto deportivo para salir a trotar. Salgo de casa saludando a la señora forester, me pongo mis audífonos para escuchar música y empiezo a trotar.
Después de un largo recorrido y ejercicios intensos para mantenerme en forma, voy a por mi croissant.
Camino y abro la puerta empujando para poder entrar, de pronto veo a Freddy decir — Ahí está— arrugo el entrecejo y me pregunto por qué dijo eso…
De pronto veo a Alex y mi boca se abre, la vuelvo a cerrar inmediatamente y muestro una sonrisa nerviosa pensando