Bocados de amor

Te deseo

Narra Sarah Matheus.

—¿Te gustó lo que viste?— dice en un susurro, yo pestañeo varias veces y debo tragar saliva para responder

—¿De qué hablas? Yo no te estaba viendo a ti, te dije que ese clóset es muy llamativo ¿dónde lo compraste?— me levanto de la cama rápidamente para no estar tan cerca de él y camino al clóset lo observo un poco para tocar la madera fina y bien tallada —Es bonito, estoy pensando en comprar uno así— digo tratando de cambiar la conversación, pero no escucho respuesta alguna de él, me volteo y lo veo frente a mí, doy un salto que casi me puedo pegar al techo de la habitación.

—¡Diablos!— exclamo mientras llevo una mano a mi pecho tratando de pasar el susto

—Casi haces que me dé un infarto— digo tratando de hacerme la enojada, pero él solo me mira con el entrecejo fruncido, se acerca un poco más y lleva su mano a mi mejilla, quedo totalmente helada, me mira a los ojos de una forma que no sabría describir

—¿Crees que me engañas? Me di cuenta como me estabas viendo cuando me quité la camisa, no soy tonto meki yo sé que te gusto— por un momento no sé qué responder, pero al escuchar su tono egocéntrico al creer que me gusta solo me hace enojar.

—¿Disculpa? ¿Acaso te volviste loco? tú no me gustas para nada y estás muy equivocado si crees que provocas algún tipo de sentimiento en mí— él se sonríe para acercarse un poco más yo retrocedo un paso para mantener la distancia entre nosotros, pero sigue avanzando hacia mí dejándome acorralada contra el clóset —¿No conoces el espacio personal?— pregunto mientras cruzo mis brazos en el pecho —Si, pero contigo es un poco difícil, tenemos que aclarar un par de cosas— levanto una ceja confundida para encoger mis hombros

—¿Qué cosas debemos aclarar?— él pone una mano en el clóset para acercarse más a mí y no puedo dejar de mirar sus ojos grises atractivos e hipnotizantes

—Bueno, si no te gusto ni un poco y si no provoco ningún sentimiento tampoco ¿por qué te pones tan nerviosa? Digo para ser una persona que dice no sentir atracción por mi te pones muy nerviosa conmigo—

«Buen punto, si me gustas y muero por besarte, pero temo que pase algo más»

—Yo no estoy nerviosa ¿qué parte no entiendes?— le coloco una mano en el pecho para apartarlo y al sentir lo duro que es solo quiero fundirme en él…

«Creo que aquí hace calor… ¿O soy yo?»

Sostiene mi mano contra su pecho y la aprieta un poco para dejarla justo ahí, sintiendo sus definiciones perfectas y solo hace que sienta más calor ocasionando un cosquilleo en mi abdomen, me sigue mirando a los ojos y sonríe

—P-puedes soltar mano— mi lengua se traba al no poder hacer una petición creíble, porque yo solo quiero recorrer todo su cuerpo con mis manos sintiendo cada parte de él…

«Piensa en otra cosa meki, no pienses en su…»

—Bien, si tú quieres la puedo quitar, pero…— hace una pausa para quitar mi mano de su pecho lentamente y luego mirarme —¿Pero qué?— me atrevo a preguntar

—Es que no quiero, se siente muy bien sentirte así de cerca— vuelvo a abrir mis ojos muy grandes y separo mi mano lentamente de él. —Alex— digo su nombre en un hilo de voz, me sigue mirando y siento que han pasado horas en esta situación —¿Si?— responde sin dejar de verme a los ojos

—¿qué piensas?— suspira abriendo su boca para responder

—Estoy en una lucha interna, una parte de mí dice que quiere besarte y la otra dice que no lo haga porque perdería el control contigo— trago saliva de nuevo y ya las cosas se han puesto mucho más ardientes por aquí, siento como mi cuerpo arde y no sé por qué. O bueno si sé, la razón de sentime así es él.

«De verdad, está haciendo mucho calor aquí»

Pienso, mientras él hace un movimiento para separarse de mí, me da la espalda y por un momento siento algo de alivio, luego lo escucho decir —Que se joda— voltea rápidamente para volverme a acorralar y pegar sus labios contra los míos. Este beso no es tierno como el de Liam, este beso es exigente.

Me pide más y siento como puedo arder en llamas y el cosquilleo en mi abdomen baja más hasta concentrarse en una sola parte, no puedo parar y quiero más de este delicioso beso, su lengua es atrevida y seductora que se abre paso en mi boca buscando la mía, no puedo hacer otra cosa que seguir el ritmo de este éxtasis incontrolable.

Trato de hablar, pero él sigue besándome intensamente y yo solo quiero más, deseo tener su cuerpo desnudo sobre el mío.

«Meki no pienses en sexo, no lo hagas debes controlar tus emociones… ¿Pero qué carajos digo? Este hombre es ardiente»

Por un momento deja de besarme y lleva sus labios a mi cuello dejando besos húmedos e incitando el deseo —ahhh— se escapa un gemido de mi boca y lo veo sonreír contra mi piel, vuelve un poco más arriba buscando el lóbulo de mi oreja.

«Oh, cielos se siente increíblemente bien»

Pienso mientras sigue enloqueciendo mis sentidos hasta hacerme perder la razón por completo, solo estoy concentrada en sus maravillosos labios, de pronto usa su mano pasándola por mi abdomen deslizando sus dedos suavemente. «Oh, cielos oh, cielos no hagas eso Alex» sigue jugando con sus dedos mientras besa mi cuello y ya la meki coherente que no quería saber nada del sexo ha desaparecido.

«Ahhh soy toda tuya» pienso mientras sigue con su tortura lujuriosa, baja más sus dedos quitando el broche de mi pantalón y en ese momento vuelve la meki coherente. Sujeto su mano y niego con mi cabeza —No, Alex— él me ve un poco confundido

—¿Qué sucede?, ¿no te gusta?—

«No me gusta, me encanta, pero es muy pronto»

Pienso para responder —Sí, es solo que…— no me deja terminar la frase y vuelve a besarme intensamente, ya no puedo responder nada solo dejarlo hacer lo que quiera conmigo.




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