Bocados de amor

Plato fuerte

Narra Alex Benson

Entro al baño para limpiarme y al salir nuevamente me encuentro con la sorpresa que meki no está, abro mis ojos buscando y de inmediato tomo mi ropa para vestirme lo más rápido posible, salgo de la cocina y tampoco la veo, así que salgo por la parte de atrás para verla caminando rápido, le grito, pero aprieta más el paso sin mirar atrás…

«Carajo, está mujer es realmente complicada»

Niego con mi cabeza soltando un resoplido, vuelvo a entrar rápido para ir a mi oficina y buscar las llaves de mi auto, seguramente fue a su casa y ahora sí me tendrá que dar una explicación, nada esconderse y tampoco huir. Salgo nuevamente del restaurante para subir a mi auto y conducir a toda velocidad para llegar a su casa, al estar en frente me bajo y camino a la puerta para tocar.

—Meki, soy Alex abre la puerta necesito hablar contigo— no responde nadie, levanto una ceja confundida pensando dónde rayos está esa mujer, suelto un resoplido estirando mi rostro con las manos para volver a subirme a mi auto pensando dónde mierda buscaría a estas horas a meki.

«Que raro ella siempre huyendo de mí»

Pienso mientras conduzco a la parada de autobús para esperar que ella llegue, después de un rato llega el autobús, pero no esta meki por ningún lado, eso me preocupa mucho, ya que es muy tarde para que ella esté por las calles de nueva York sola. De pronto recuerdo mi puto teléfono, yo tengo su número desde la entrevista lo agendé en mi celular.

Tomo mi teléfono para marcar su número, suena una vez y dos veces a la tercera contesta —Alex— dice en un tono bajo, siento alivio porque sé que está bien, pero esta puñeta me va a hacer salir un tumor cerebral…

—¿Acaso eres estúpida? ¿qué mierda piensas? Te fuiste sola ¿sabes que hora es?— suspiro para tratar de controlarme y ella responde

—Lo siento de verdad, estoy bien, vine a casa de mi mejor amiga estaré aquí hasta mañana—

«¿Mejor amiga? ¿Qué fue a hacer allá?» bueno lo importante es que está bien

—Bien, tu y yo tenemos que hablar respecto a tus huidas continuas meki, no puedes correr de mi a cada segundo— ella no responde nada y escucho otra voz de fondo decir — Dile que estuvo buena la cogida estúpida— arrugo el entrecejo, pero a la vez me causa gracia

—¿Esa es tu amiga?— pregunto para saber

—¡Oh, mierda! ¿Dime qué no escuchaste eso?— suelto una carcajada

—Si, lo escuché— escucho un grito de su parte

—Eres una idiota vivi— yo siento curiosidad de saber si realmente le gustó, aunque sus gemidos me lo certificaron, pero no está de más preguntar además me gusta hacerla poner nerviosa.

—Oye meki, tengo una pregunta— digo en voz baja —¿Si?— responde de forma rápida

—¿Te gustó la cogida?— usé la frase de su amiga para hacerle la broma, pero no hubo respuesta inmediata solo después de unos segundos

—Yo... bueno... si, bien Alex me tengo que ir adiós— antes de que cuelgue hablo una última vez

—Espero que hablemos mañana ¿dónde te paso buscando?— pregunto para ir en la mañana, tengo pensado algo que está vez no se podrá escapar de mí —Estoy en los edificios de Uptodown cerca de central Park— acordamos que la iría a buscar para hablar, pero seguro que se iba a llevar una sorpresa.

—Bien, te veo mañana— digo en un tono bajo, colgando el teléfono para conducir de regreso a casa, durante todo el camino no hago sino pensar en ella y lo delicioso que se sintió besé su cuerpo mientras escuchaba sus gemidos, realmente es muy sensual su voz cambia por completo para transformarse en una diosa maravillosa y sexy.

Sigo mi camino para llegar a casa, estaciono mi auto y bajo para poder descansar, entro de inmediato y por la hora creo que ya lil la mujer de servicio debe estar más que rendida, subo las escaleras para entrar a mi habitación girando la perilla y luego de entrar cierro la puerta me quito toda la ropa quedando solo en calzoncillos para lanzarme de inmediato a la cama, sigo pensando en cada parte que besé del cuerpo de esa diosa reencarnada y cierro mis ojos disfrutando de ese momento tan exquisito para mí, el placer que me provocó mientras la hacía mía.

Me recuesto pensando en eso hasta quedarme dormido, la verdad jamás pensé que una mujer me hiciera sentir así, me siento idiota, me he acostado con mujeres que vuelven a mí cada semana y ahora yo estoy en la posición de buscar a esa mujer, es que ella tiene algo que me atrae y me enloquece.

Despierto abriendo mis ojos varias veces mientras estiro mi cuerpo, luego me levanto para ir a la ducha, dejo que el agua corra en mi cuerpo para sentir como mi cuerpo y músculos se relajan, después de 30 minutos salgo de la ducha para arreglarme y cuando ya estoy listo salgo de mi habitación.

Bajo las escaleras para encontrar a Lil preparando el desayuno y por primera vez en mucho tiempo estoy de ánimo para comer algo en casa, me acerco a la cocina para sentarme apoyando mis codos en la mesada y al verme ella abre sus ojos muy grandes, no la juzgo hace mucho que no uso esa mesa y tampoco me siento en esta silla. Solo entro para buscar bebidas o un aperitivo, pero jamás a desayunar.

—Buenos días, señor Alex ¿va a desayunar?— yo asiento mientras observo como abre la boca y los ojos, pero sigue con su trabajo preparando el desayuno, luego de terminar me sirve mi plato huevos revueltos con tocino y ok tostado, empiezo a comer y al terminar agradezco por la comida para levantarme y salir de casa.

Voy camino a los edificios de uptown y mientras conduzco le envío un mensaje a meki para que sepa que voy en camino, ella no tarda en responder diciendo que me va a esperar afuera, sigo conduciendo y a llegar estaciono mi auto frente a esos edificios.

La veo afuera con una pijama de conejitos y no puedo evitar sonreír, ella es toda una niña, bueno la verdad no tan niña ayer dejo de serlo, al pensar eso sonrío y muerdo mi labio inferior. Bajo de mi auto, camino a ella y puedo observar como sus mejillas se sonrojan de inmediato, me encanta verla de esa manera.




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