Narra Sarah Matheus.
Me quito la toalla para quedar completamente desnuda frente a él, de igual manera ya me desfloro hacerlo otra vez no me hará menos virgen. Si estoy nerviosa porque es la segunda vez que vamos a tener sexo y aún no me acostumbro a la idea de estar totalmente desnuda frente a un hombre, pero creo que lo deseo tanto que los nervios se irán más pronto de lo que imagino.
Él me observa con una sonrisa en los labios mientras se acerca lentamente, se quita la toalla y ahora puedo verlo mucho mejor, adoro las marcas perfectas de las definiciones que sus músculos hacen en su cuerpo, son tan sexys solo quiero tocarlas con mis manos pasando mis dedos por cada una de esas líneas, una de las que más me gustan son las que están a los lados de su ingle son como flechas que apuntan a su amigo diciendo
(¡Hey! Estoy aquí) es tan jodidamente sexy.
Me toma por la cintura haciendo que sienta su erección en mi abdomen, se roza contra mí despertando el deseo en cada centímetro de mi piel, lleva sus manos a mis mejillas pasándolas suavemente hasta rodear mi cuello con delicadeza para pegarme más a su cuerpo, luego lleva sus manos a mi cintura bajando hasta mi trasero para darme una nalgada que me hace dar un pequeño salto
—Oye, que yo no soy ganado— digo mientras masajes mi trasero haciendo que pueda excitarme más
—Son muy llamativas meki quería hacerlo... y eso me da una idea, quiero follarte de espaldas— abro mis ojos como platos —¿Qué?— y me besa intensamente llevándome a la cama con cuidado
«Buena estrategia Alex, besarme para no tener que oponerme a tus locuras»
Me dejo llevar por el deseo y la excitación que mi cuerpo está sintiendo en este momento, me recuesta en la cama mientras me besa el cuello llegando hasta mis pechos y subiendo nuevamente, cada beso que me da lo siento en mi parte más sensible el calor que emana de mi cuerpo es de pura lujuria y deseo de sentir su cuerpo contra el mío haciéndome suya hasta gritar su nombre.
Recordar la noche de ayer y esos maravillosos orgasmos que me hizo alcanzar hace que corrientes eléctricas recorren todo mi cuerpo y ese cosquilleo permanece en mi abdomen bajo, acerca de nuevo sus labios contra los míos para besarme de forma exigente y seductora, mordiendo mi labio inferior seguido desliza sus dedos por mi abdomen hasta llegar a mi parte más sensible.
—Abre las piernas cariño— dice en un tono ronco y sensual, yo obedezco abriendo mis piernas mientras baja más sus dedos y acaricia un poco con la palma de su mano abre los labios jugueteando un poco y comienza a hacer su increíble, pero deliciosa tortura continúa.
—Ahhh— gimo al sentir el contacto de sus dedos, mi corazón está acelerado al igual que mi respiración que es rápida y muy constante, tengo mis ojos fijos en los suyos vuelve a besarme mientras sigue moviendo sus dedos tomo las sábanas para apretarlas con fuerza sacudiendo mi cuerpo y arqueando mi espalda, mueve más rápido sus dedos hasta hacerme sentir esa sensación que pronto llegaré al clímax, justo cuando estoy en ese momento gimiendo de placer y a punto de correrme
—Ahhhh si Alex ahhh— deja de mover sus dedos…
«¿Que por qué te detienes en el mejor momento?»
Me mira con una sonrisa y no puedo creer lo que está haciendo
—¿Qué crees que haces?— digo en un tono serio y confundido
—Pues jugando un poco para hacerlo más interesante, así vas a disfrutar más cuando te corras ya verás— la verdad este juego no me gusta mucho eso de estar a punto de tener un orgasmo y que te corten todo el como comer delante de un hambriento.
«Creo que esté juego se puede jugar doble»
Sonrío de forma atrevida mientras asiento y llevo mi mano a su duro miembro, lo sujeto para subir y bajar provocando que pueda gemir de placer, yo no sé que rayos estoy haciendo, jamás había tocado un miembro en mi vida y ahora tengo la espada de Jedi en mis manos…
«¿Espada? Si, la verdad parece espada larga y dura»
Me río mentalmente ante esa referencia y sigo moviendo la mano de arriba abajo de forma continua mientras él observa sacudiéndose, de pronto recordé las palabras de vivo
“Algún día tendrás que hacerlo”
Bien, no lo iba a dejar para más tarde, comienzo a dejar besos húmedos en su pecho hasta llegar a dónde quiero, él abre sus ojos muy grandes
—Oh, rayos te ves tan sexy ¿de verdad quieres hacerlo?— asiento lentamente mientras introduzco la punta de su miembro en mi boca para lamer y chupar, la verdad no sé si esté haciéndolo bien, pero su rostro me dice que si le gusta, así que sigo haciendo eso
—Prueba metiendo un poco más en tu boca cariño— obedezco y comienzo a meter lentamente su miembro en mi boca mientras chupo constantemente, él sostiene mi cabeza, sigo con esa tortura luego lo saco de mi boca usando mi lengua para lamer la cabeza esponjosa como si fuera una paleta helada mientras uso mi mano para masturbar la parte de abajo. Se sigue sacudiendo y no sé cuánto tiempo falte para que pueda correrse, de pronto su cuerpo se pone rígido y gime
—Ahhh, meki me voy a correr—
«Hora de la venganza, muajajajaja»
Suelto su miembro y sonrío mientras me mira boquiabierto
—¿Qué sucede, por qué te detienes?— encogí mis hombros —Para hacerlo más interesante— sonríe mientras niega con su cabeza
—Oh, entiendo niña sí que eres vengativa— me sostiene de los brazos y me voltea un poco brusco haciendo que pueda quedar de espaldas a él
—Apoya tus manos y rodillas cariño, voy a follarte desde atrás— camina para buscar en su ropa un preservativo y vuelve quedando de pie detrás de mí, sujeta mis caderas y comienza a introducirse poco a poco, gimo quejándome un poco por el dolor, y él se detiene.
—¿Estás bien cariño?— yo giro mi cabeza y asiento, sigue introduciéndose hasta quedar totalmente dentro de mi
—Voy a follarte cariño, quiero escuchar tus gemidos— dice con la voz empapada de placer y comienza a moverse contra mis caderas, siento esa sensación placentera que exige más haciendo que pueda gemir pidiendo más