Narra Alex Benson.
Entro a la oficina para colocarme el uniforme que tengo guardado para emergencias, luego vuelvo a salir y comienzo mi trabajo, de vez en cuando le echo un ojo a meki que está concentrada en su trabajo, solo pensar que tuve ese hermoso cuerpo desnudo dándole placer hace que mi cuerpo se estremezca por completo, sigo concentrado en preparar los pedidos que tengo en mi lista.
Comienzo a cortar, sofreír y emplatar como una danza erótica que se ejerce en la cocina, siempre he pensado que cocinar es como tener sexo, muy placentero y solo ver la expresión de la otra persona al probar esos deliciosos platillos te satisface, veo nuevamente a meki y está vez tiene al lado a Liam, él está diciendo algo a su oído, provocando que se me suba la presión, aprieto los puños y respiro un poco acelerado tengo mi mandíbula contraída aguantando las ganas de ir a partirle la cara.
—Eh, tu Liam concéntrate en tu trabajo y deja de distraer a tus compañeros— da un respingo para responder —Si, chef— vuelve a su lugar de trabajo y observo a meki que me fulmina con la mirada, vuelve a seguir en lo suyo al igual que yo
Saco una nueva orden de mejillones al vapor tailandés, y no puedo evitar volver a mirar en esa dirección, sorprendo al estúpido de Liam mirando a meki, pero al verlo de frente de inmediato movió su cabeza para dejar de observarla.
—Sale orden de mejillones— digo mientras el mesero toma la charola, la coloca en el carrito y la lleva a su respectiva mesa. Sigo con el siguiente plato un una panzanella de salmón ahumado, lo empiezo a preparar calentando la parrilla luego coloco cebolla, pimiento, tómate y pan cortado en trozos en un cuenco para agregar aceite de oliva, sal y pimienta mezclando bien llevando los vegetales a la parrilla que ya está caliente.
Luego los saco y corto un trozo de salmón para sazonarlo bien y también llevarlo a la parrilla hasta que esté bien cocido, termino el emplatado y llamo al mesero para que lo lleve a su mesa correspondiente, él también lleva una orden de pato a la naranja que acaba de preparar Liam, la observo un momento y sigo con mi trabajo.
Luego de unos segundos entra nuevamente el mesero con la misma orden de Liam, abro mis ojos y Martín el mesero se acerca a mí
—Señor, hay unos comensales afuera que quieren hablar con usted respecto a este plato dicen que está frío— suelto un resoplido girando mis ojos y me dan ganas de matar a Liam, afortunadamente tengo uno listo que es ternera agridulce acompañada de pastel de mariscos gratinado, sirvo dos platos y los llevo, niego con mi cabeza y salgo en dirección a la zona vip para hablar con esos comensales, Martín me señala a la pareja y camino hacia ellos.
Tengo el presentimiento que Liam se va a ir hoy de esta cocina, ese imbécil no va a destruir la buena reputación de este restaurante solo porque es un idiota incompetente.
—Disculpe, ¿usted es la señorita a la que le ha tocado pasar un mal rato con un platillo asquerosamente frío?— pregunto tratando de sonar lo más amable posible
—Sí soy yo y supongo que usted es el chef, déjeme decirle que esperaba algo mejor de este lugar, tenía las expectativas altas— la observo queriendo decirle que se puede ir al carajo, pero debo mantener la compostura, soy un profesional y no dejaré que está mujer me saque de quicio, ya me sacaré esta rabia con Liam
—Espero que no nos juzgue por ese pequeño error, por eso he decidido venir yo mismo a disculparme y a traerle la especialidad de la noche— Coloco ambos platos en la mesa con mucho cuidado para que puedan probarlo.
—Pero esto no es lo que yo pedí— siento que quiero arrancarle los cojones a Liam, está mujer es demasiado irritante, quiero tratar de ser amable y la verdad se me hace muy difícil
—Amelia…— dice el hombre que la acompaña para tratar de calmarla, ha de estar en sus días…
—Señorita Amelia, disculpe si no le agrada que la llame por su nombre, pruébelo, sé que le gustará— la ánimo mientras le dedico una sonrisa para qué lo pueda probar y así poder salir de esta situación, ella le da una ojeada hasta que se anima a probarlo.
—Está rica— siento un alivio de los cojones, podré irme tranquilo sin necesidad de llegar a algo más incómodo que un cliente molesto.
—Me alegra que le guste señorita, quiero disculparme una ve más por todo y decirle que la cuenta corre por la casa, espero que usted y su pareja disfruten— salgo de ahí solo decir más y dispuesto a tragarme al idiota de Liam, ese estúpido me va a pagar este momento tan desagradable.
Entro a la cocina y me acerco con el plato que Liam preparó, los lanzo a la pared y todos quedan con los ojos abiertos, Liam me ve boquiabierto sin decir nada —¿Eres retrasado o que?— él trata de responder y no le permito interrumpiendo lo que sea que esté dispuesto a decir
—MALDITO IDIOTA ACABO DE PASAR POR UN MOMENTO INCÓMODO SOLO PORQUE TÚ ESTÁS EN JÚPITER— meki se acerca a mí y estoy tan furioso que no puedo evitar descargarme también con ella —¿Qué sucedió Alex?— la miro de frente con los puños apretados y luego señalo a Liam
—¡Ese estúpido sirvió un plato frío! Y recuerda que soy chef no Alex, termina de ubicarte niña— ella abre sus ojos de par en par y me doy cuenta de que la cargué de la peor manera…
«Mierda, Mierda, Mierda»
—Si, chef— dice volviendo a su puesto, señalo a Liam nuevamente para decirle
—Haz tu trabajo y no te distraigas— entro a mi oficina echando chispas, no solo por lo que sucedió con esos comensales, eso es lo menos importante, acabo de meter la pata hasta el fondo…
Luego que termina la jornada en el restaurante, todos se van y antes de que ella salga la llamo para tratar de hablar con ella pidiendo disculpas y rogando que pueda aceptarlas —Meki— voltea y me mira con un rostro serio
—Chef le agradezco que por favor me llame por mi nombre, no soy niña y tampoco meki para usted soy Sarah y nada más— suspiro tratando de tomar sus manos y ella las quita bruscamente