Bocados de amor

El sonido del amor

Narra Sarah Matheus.

Salgo del restaurante echando chispas, tengo los puños apretados y la mandíbula tensa.

Pero más que estar enojada estoy dolida, me duele mucho que me haya tratado de esa forma y todo es mi culpa, yo jamás me debí involucrar con Alex, él no iba a cambiar su carácter y en cualquier momento me trataría como basura, solo era cuestión de tiempo y una razón para enojarse.

Camino a toda prisa para tomar nuevamente el autobús, me subo y decido que quiero ir a casa de vivi, estos dos días han sido un desastre de emociones y solo ella puede apoyarme en momentos así, estoy en la parte de atrás con mi iPad y los audífonos puestos tratando de concentrarme en la música para no pensar en ese momento. Llego a la parada y camino para caminar al edificio de vivi, las calles están solas y hace mucho frío, debido a que se está acercando la temporada de invierno.

Llevo las manos en mis bolsillos, siento como si alguien me estuviera siguiendo y por más que veo a los lados no encuentro a nadie, el viento silva en medio de la oscura noche con una luna llena que brilla junto con las pocas estrellas que se ven en el cielo.

De pronto escucho unos pasos precipitados hacia mí, al voltear me doy cuenta de que ese rostro es conocido, ese idiota de Brad es más que vengativo está completamente loco. Afortunadamente viene solo y puedo correr, empiezo a mover mis piernas para huir de él, pero la verdad es muy rápido, miro atrás y está a punto de alcanzarme.

—¡Ahhh, auxilio!— grito desesperada con la esperanza que alguien me escuche, él sigue corriendo detrás de mí y me sujeta por el cabello dejándome caer al suelo de un solo golpe…

—¡Oh, mierda!— exclamo tratando de levantarme, pero él se sube encima de mí para dejar inmovilizado mi cuerpo, trato de gritar, pero lleva su mano a mi boca, luchó con todas mis fuerzas y logro liberar una de mis piernas para patear sus pelotas con mucha fuerza, cuando estoy a punto de levantarme nuevamente me jala por el cabello

—AHHH, SUÉLTAME— grito más furiosa que asustada —Ven acá perra, me las vas a pagar— responde Brad con un tono lleno de furia, yo sujeto su mano para hacer que suelte mi cabello, pero no lo hace, así que cuando tengo la oportunidad tomo su otra mano y la muerdo con fuerza usando mi codo para sacarle el aire del estómago…

Funciona, pero por poco vuelvo a correr y está vez aparece un ángel enviado del cielo —Meki— grita Liam, yo corro a él y detrás de mí viene Brad hecho una fiera, Liam se baja rápidamente de la motocicleta y sube la defensiva para soltar un puñetazo en el rostro de Brad.

—Hijo de perra, me rompiste la nariz— dice Brad mientras se aprieta con fuerza la nariz que está sangrando

—Y si no te vas ahora mismo te voy a partir todos los huesos maldito idiota— responde Liam furioso, Brad se va mirándome con odio y yo me quedo completamente helada, veo a Liam que se acerca a mí para preguntar cómo estoy.

—Meki ¿estás bien?— pregunta, yo estoy a punto de responder, pero él señala mi brazo para tomarlo con mucho cuidado

—Oh, no pobre te lastimaste el brazo— le echo una ojeada a mi brazo que se ve evidentemente maltratado y una línea de sangre sale de mi herida

—Ven, te voy a lavar esa herida en mi departamento tengo un botiquín de emergencia que servirá— ni siquiera me opuse al hecho que entraré en su departamento, ambos caminamos mientas él llevaba su motocicleta, me dijo que esperara un momento en la recepción mientas iba a guardar su motocicleta en el estacionamiento del edificio.

Volvió en minutos y ambos subimos a su piso para luego entrar en su departamento, abre la puerta y pienso unos segundos para poder entrar, se me queda viendo para decir

—Tranquila, no como… al menos que tú quieras— abro mis ojos de en par y él sonríe de forma burlona

—Es un chiste, pasa— término aceptan y paso a su departamento que es de típico chico que vive solo, la verdad es ordenado y me gusta el estilo roquero que le da, además es fan de Queen, ya que tiene un gran cuadro de la banda en la sala y no tienes unos de esos cuadros al menos que seas muy fan de esa banda.

—¿Te gusta Queen?— pregunto aunque sé cuál será la respuesta, él se voltea para asentir —Si, desde hace mucho tiempo también estoy en una banda, bueno un intento de banda—

«Wow Liam no dejas de sorprenderme si antes eras sexy ahora lo eres mucho más»

—Eso es fantástico ¿qué instrumento tocas?— pregunto llena de mucha curiosidad

—La guitarra eléctrica y soy vocalista también—

«OMG ¿vocalista? Si este hombre me canta una canción caeré rendida a sus pies»

—Oye, pero mira que interesante, me gusta eso ¿cantarías una pieza de Queen para mí?— se encoge de hombros mientras camina a un pasillo

—Puede ser, pero antes buscaré el botiquín de emergencia, tú siéntete cómoda— avanza hasta perderse en el pasillo, mientras yo observo una pequeña reposa con algunas fotos familiares que él tiene, hay muchas de lo que parecen su madre y padre, también hay otras con su ya mencionada banda, la verdad que Liam me parece muy, pero muy interesante.

Regresa y yo volteo a verlo, se sienta en el sofá que hay en la sala haciéndome una seña para acercarme, me siento a su lado y la verdad me pone algo nerviosa tenerlo tan cerca de mí. Siento que la respiración se me corta, él toma mi brazo herido y una pequeña venda con un poco de alcohol para desinfectar la herida, me mira directo a los ojos mientras dice

—Te arderá un poco, tu solo mira mis ojos y concéntrate en mí—

«Oh, mierda es muy sexy»

Trago saliva asintiendo lentamente mientras él coloca la venda y sin dejar de verme a los ojos limpia la herida, ni siquiera sentí el ardor del alcohol los ojos de este chico son alucinantes…

—Listo— reacciono confundida

—¿De verdad, ya?— asiente con una sonrisa mientras se levanta para llevarse las cosas que había traído para atender mi herida, me quedo observando mi brazo vendado y siento una corriente recorrer mi cuerpo al sentir el contacto de Liam en mi piel.




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