Bocados de amor

Mi fiera interior

Narra Sarah Matheus.

No tengo la más remota idea que le diré a Alex respeto al club, es que sé y estoy más que segura él va a querer llevarme a casa y cuando le diga que saldré se va a poner intenso y preguntón. Por más que le doy vueltas a la cabeza no se me ocurre nada…

«Dile que saldrás con vivi y así no tendrás problemas»

Si, eso haré le diré que saldré con mi amiga en una noche de chicas y así no me preguntará «O eso creo yo» sigo en mis labores de la cocina y veo el reloj a cada momento para sentir más presión al darme cuenta que se acerca la hora de irnos. Alex me echa una mirada de vez en cuando, seguida de un guiño con su ojo.

«Ash ¿por qué hace eso? Es tan jodidamente sexy»

Las miradas de Alex y su sonrisa hacen que mi mundo de vueltas y por todos los dioses solo quiero que me haga suya, pero en este momento no puedo pensar en otra cosa que no sea esa invitación que tengo, y la verdad no quiero hacer sentir mal a Liam al no ir a su pequeño concierto.

Cuando ya es hora de irnos decido que escapar es la mejor opción, pero mi mala suerte me acompaña siempre y Alex se da cuenta, justo cuando estoy a punto de cruzar la puerta me llama por mi nombre —Sarah— me paro en seco sintiendo que mi corazón se saldrá por mi boca, me doy media vuelta para verlo de frente, tiene el ceño fruncido y los brazos cruzados…

—Y bien ¿a dónde vas?— rasco mi cuello sonriendo nerviosa y trato de explicar o inventar una excusa que él pueda creer.

—Bueno, yo…es que… iré a un club con vivi— arruga más su entrecejo y siento que mi corazón late con mucha velocidad, busco tragar un poco de saliva, pero tengo la boca seca.

—¿Segura?— abro mis ojos como platos y asiento lentamente.

—¿Eh? sí, digo... ¿por qué la pregunta?— camina hacia mí y se para en frente con los brazos cruzados, estoy a punto de desmayarme este hombre me intimida jodidamente.

—Te va a crecer la nariz como pinocho señorita.

«Mierda, mierda, mierda otra vez mierda me descubrió finge demencia… ¡Cierra la boca cerebro! No me ayudas en nada»

Discuto mentalmente con mi cerebro por no darme una mejor idea, mientras trato de arreglar. —¿Por qué dices eso? Yo no estoy mintiendo, saldré con mi amiga vivi ¿quieres que la llame?— él niega con su cabeza y me alza un poco la barbilla con su dedo índice…

—No hace falta, niña, pero sé que mientes estás muy nerviosa y debes ser la más estúpida mintiendo, Liam invito a media cocina a su estúpido concierto— abro mis ojos como platos y de verdad quiero correr o mejor desaparecer…

«Eres una idiota meki, que estúpida.»

—Yo, es que... yo no quería molestarte por eso sé que no te agrada Liam y…— pone su dedo en medio de mis labios para hacerme callar y sonríe.

—No me agrada y sé que le gustas, pero no te voy a prohibir que vayas tú y yo tenemos una relación, no eres de mi pertenencia tampoco—

Lo veo un poco confundida, no sabía que reaccionaria de esa manera, la verdad me sorprende su madurez…

—Yo no sé que decir esto es muy maduro de tu parte— asiente y sonríe.

—Si, tampoco soy un niño meki, ya soy un hombre adulto, bien vamos— levanto una ceja confundida, él pone su mano en mi cabeza dando unos golpecitos.

— Iremos al club, yo quiero escuchar que tal toca Liam— abro mi boca en asombro.

«Adiós madurez de Alex»

No podía negarme, me di por vencida y ambos caminos para salir del restaurante, nos subimos a su auto y comenzó a conducir. Me doy cuenta de que toma una dirección distinta a la de mi vecindario y lo observo para preguntar —¿A dónde me llevas?— encoge sus hombros y responde.

—Iremos primero a mi casa, tomaré una ducha y tú también para luego salir— muevo mi cabeza a los lados para negarme. Pero obviamente Alex no me hará caso, así que me doy por vencida y olvido la idea de quejarme.

Llegamos a su casa, nos bajamos de su auto y entramos pasando por la sala y luego subiendo las escaleras para entrar a su habitación, gira la perilla y me da paso para que yo pueda entrar, avanzo un poco nerviosa, recordando que la última vez en este lugar las cosas estuvieron muy intensas…

—Bien, vamos a tomar una ducha— dice en un tono serio, yo lo miro incrédula a lo que está diciendo.

—¿Cómo que tomaremos una ducha?¿qué quieres decir, los dos en el baño desnudos?— él se encoge de hombros y asiente.

—Exacto, así ahorraremos agua y tiempo— por un momento me aparece gracioso su comentario, pero vuelvo a poner una expresión seria.

—Ya te dije que no haremos nada— él me mira a los ojos y con una expresión igual se sería que la mía responde —No hacernos nada, yo cumplo mis promesas niña ya no seas amargada y cobarde— «¿Cobarde? Yo soy todo menos cobarde»

Pienso mientras me comienzo a quitar la ropa —¿Así te parece bien?— me echa un vistazo y sonríe.

—Perfecto— dice mientras se comienza a desnudar frente a mí, veo su pecho marcado descubierto para mí y debo tragar saliva varias veces…

«Está jodidamente bueno»

Luego se quita los pantalones y por último el bóxer para quedar desnudo por completo —¿Te quedarás mirándome el pito o nos vamos a dar una ducha?— arrugo el entrecejo molesta y camino al baño, él va detrás de mí y puedo jurar que me está viendo el trasero.

—¿Es buena la vista desde ahí?— pregunto con una sonrisa engreída.

—Bastante para ser sincero— entramos a la ducha, él abre la regadera, toma el jabón se echa un poco en las manos haciendo espuma y se acerca a mí…

—¿Qué haces?— digo retrocediendo un paso atrás, él encoge sus hombros.

—Te ayudo a bañarte— asiento y lo dejo sufrir cuánto él quiera, no dejaré mi posición de que no tendremos sexo.

—Bueno, si eso quieres adelante— sonríe y avanza para comenzar con mi espalda, cuello y luego va a la parte de adelante frotando mis pechos, como estoy dándole la espalda siento como su miembro se endurece contra mis glúteos.

—Te gusta ¿cierto?— pregunto de nuevo con el ego por los cielos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.