Bocados de amor

Qué te sucede con ese idiota

Narra Alex Benson.

Esa mujer me matará, estoy bajo la regadera con una erección del tamaño de la población de china, todo por querer jugar con ella. Ahora sé que es peligrosa y que no se anda con juegos.

«Ni modo, no me queda de otra que desahogarme con mi amiga Manuela»

Pienso mientras sostengo con mi mano mi miembro haciendo movimientos rápidos pensando en el cuerpo de esa diosa encarnada, meki es como afrodita perfecta en belleza e inteligencia, su cuerpo es un barranco peligroso en el cual yo quiero caer a cada momento.

Sigo moviendo mi mano concentrando mi mente en sus pechos y su mano haciendo esos movimientos que me enloquecen, siento como se acerca un orgasmo y me libera toda la tensión que meki había dejado, término de lavarme para luego salir de la ducha. Veo a meki sentada en la cama me mira con los ojos cerrados a medias astas y niega con su cabeza.

—¿Qué?— pregunto mientras avanzo al clóset.

—Eres un asqueroso— yo volteo para mirarla con una sonrisa traviesa.

—¿Qué esperabas que hiciera? Me dejaste con una erección, eso no se baja así como así— gira los ojos en redondo soltando un resoplido…

—No podría ser hombre jamás en la vida— levanto una ceja para hacer una pregunta incómoda.

—¿Jamás te has tocado tu misma?— abre su boca negando varias veces con su cabeza.

—Claro que no, que idiota eres Alex, yo no me toco nada— suelto una carcajada.

—¿Si? Bueno, tampoco es algo malo explorar tu cuerpo de vez en cuando— dejo caer mi toalla y ella queda boquiabierta. Gira inmediatamente yo no puedo evitar reírme.

—Meki, a veces no te entiendo, tú me has visto desnudo, ya tuvimos sexo y acabas de masturbarme ¿por qué carajos miras a otro lado?— ella sigue mirando en dirección contraria, pero luego gira su rostro para verme a mí.

—Mejor nos vamos ¿si?— respiro profundo, y me doy media vuelta para buscar algo que ponerme, escucho una risita y volteo para mirarla.

—¿De qué te ríes?— ella encoge sus hombros.

—Yo, de nada…— me sigo vistiendo y cuando ya estoy listo le señaló la ropa.

— ¿Iremos a tu casa para que te cambies de ropa?— ella asiente y ambos salimos de la habitación, bajamos las escaleras y luego subimos a mi auto, comienzo a conducir de camino a su casa y al llegar ambos bajamos del auto, ella mi invita a pasar para sentarme en la sala.

Entra a su habitación mientras yo espero a que se cambie de ropa, estoy un poco distraído y no había notado cuando salió de su habitación, tiene un vestido negro brillante es atrevido y le llega un poco más arriba de las rodillas, tiene una figura que mataría a cualquier mujer y es realmente perfecta.

Sus piernas son muy esbeltas y de un tono blanco muy atractivo, sus pechos se marcan perfectamente en el vestido y su trasero está arriba como el de una abeja.

«Mierda meki, sí que me sorprendes»

Pienso mientras ella hace un ademán a la salida —¿Nos vamos?— dice en un tono lleno de confianza en su misma.

—Eh, si, claro…— me levanto del sofá para caminar detrás de ella, al ver su caminar no había notado que tiene un movimiento de caderas demasiado hipnotizante.

Puedo botarlos aún más porque tiene tacones y se ve realmente maravillosa, ella gira su cabeza mirándome con una sonrisa traviesa —Señor Alex ¿acaso me está mirando?— yo asiento sin pena alguna, decir que no sería un pecado, ese cuerpo es para admirarlo.

—Por supuesto que estoy mirándote, tu cuerpo me enloquece— ella sonríe y sigue caminando, ambos salimos de su casa, yo le abro la puerta del asiento de copiloto, luego me subo para conducir camino al departamento de vivian la amiga de meki.

Solo pienso una cosa y es que no puedo mantener la concentración con ella a mi lado, afortunadamente llegamos al edificio de vivian y ya ella estaba esperando afuera, no puedo negar que también es bonita, pero nada que ver con meki, ella es un caso aparte de verdad su belleza no tiene comparación.

—Hola, Alex y meki ¿se divirtieron?— pregunta vivian, mientras sube a la parte de atrás del auto, meki suelta un resoplido y yo solo asiento. Ella me mira cerrando los ojos a medias astas…

—¿Qué? Ella preguntó si nos divertimos y la verdad creo que si es así— niega varias veces con su cabeza mientras su amiga se ríe.

—Esooo meki espero hayas relajado esa pelvis— abre sus ojos de par en par y sus mejillas se sonrojan.

—Te odio vivi— dice meki entre dientes.

Yo no puedo evitarlo y comienzo a reír, enciendo el motor del auto nuevamente para ir al club mientras vivian seguía hablando como cotorra, de verdad me sorprende lo mucho que puede hablar está chica. Cuando llegamos al club meki se bajó de inmediato soltando un suspiro de alivio seguido de un.

—Al fin…— vivian solo se rio de ella y también bajó del auto.

Entramos al club y ya el concierto había empezado, la verdad me sorprende que haya tantas personas, quizás después de todo Liam no es un fracasado, lo veo en la pequeña tarima con otros chicos más uno con un bajo, otro en el teclado y otro en la batería. Liam está en medio de ellos con un micrófono cantando una canción que parece él escribió porque jamás la había escuchado…

Meki me hace señas para subir a la parte de arriba y poder tener una mejor vista, le obedezco y los tres subimos las escaleras para mirar desde la barandilla, veo su rostro sonriente y sus ojos brillando cuando mira a Liam…

«Carajo, a ella le gusta el idiota»

Él dirige su mirada a nuestra posición, le sonríe seguido de un guiño de ojo, ella se sonroja y eso me parece suficiente, mientras él sigue mirando yo la sujeto por la cintura atrayéndola a mi cuerpo, sujeto sus mejillas y la beso con fuerza, ella se resiste, pero sigo besándola, cuando logra zafarse de mí, me suelta una buena bofetada…

—¿Cuál es tu maldito problema Alex?— yo señalo a lima que está abajo tocando y cantando.

— Él es mi maldito problema, te gusta y no lo sabes disimular, por eso inventaste esa mentira estúpida— ella se cruza de brazos y encoge sus hombros.




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