Narra Sarah Matheus.
—¡Sarah! Cariño, que alegría verte de nuevo— exclama mamá emocionada, yo le sonrío y me acerco para darle un abrazo, ella me besa la mesilla y sostiene mi rostro entre sus manos, para mirarme a los ojos.
— Estás muy hermosa, has crecido más, ya eres una mujer— vuelvo a sonreír mientras digo, te extrañé mamá, ella asiente para abrazarme y en ese momento Henry nos aprieta a los dos en un abrazo…
—Que bonito, ahora sí está toda la familia reunida— mamá pone rígido su cuerpo y se suelta del abrazo para cambiar la conversación.
—Bien, voy a servir el almuerzo, ¿me imagino que debes estar hambrienta?— yo asiento, ella camina a la cocina y henry me abraza llevándome afuera para tomar un poco de aire.
—Ya venimos mamá, estaremos afuera nos avisas cuando esté el almuerzo— ella no responde de inmediato, pero luego nos regaña con su acostumbra frase.
—No me hagan esperar— ambos asentimos y salimos por la puerta de enfrente. Ya Henry se había colocado una camisa por regaños de mamá, ella nunca toleró que él estuviera sin camisa frente a mí, esas fueron razones de discusiones y regaños cuando éramos más jóvenes.
A pesar de que Henry es el mayor ella siempre lo ha controlado, él la quiere, pero sé que al igual que yo a veces no la soporta.
Nos sentamos en el porche mientras Josef tomaba el lugar de Henry para cortar el césped, el sol estaba un poco fuerte y su rostro se notaba rojo el sudor le corría por el rostro y todo el cuerpo. Yo observo atenta a mi hermano menor, mientras que henry hace miles de preguntas.
—¿Y cuéntame, como te va en nueva York?— yo lo veo tratando de pensar en una respuesta creíble, si hablo de nueva York siento que la voz se me quebrara.
—Pues bien, diría yo, pero un poco frustrante— él pone una mueca pensativa y luego pregunta.
—¿Es verdad que trabajas en el mejor restaurante de nueva York? Mamá lo mencionó y eso suena genial— contengo el aire y asiento con una sonrisa fingida.
—Si, la verdad no diría que es lo más genial del mundo, trabajar en ese lugar es un sueño, pero si soy sincera es bastante estresante— hace un puchero inflando su labio inferior y luego sonríe para pellizcarme una mejilla.
—Tú puedes con eso y mucho más, realmente estoy orgulloso de ti— le sonrío de forma amable y para cambiar el tema de conversación pregunto acerca de su vida.
—Ahora tú dime ¿cómo te ha ido y a que te dedicas?— él se acomoda en su asiento, mientras observa a Josef podar el césped.
—Digamos que bien, trabajo en la empresa vendemos autos nuevos y esas cosas, yo administro la empresa y papá se encarga de los negocios— abro mis ojos de par en par y luego señalo a Josef.
—¿Y el mocoso a qué se dedica?— Henry sonríe y me mira.
—Tu mocoso está estudiando para ser abogado y está por graduarse— abro mi boca y niego varias veces con mi cabeza.
—No me lo creo ¿de verdad? Es que no imagino a Josef como abogado— él se encoge de hombros.
—Yo menos, esperemos no condenen a sus clientes con cuatro cadenas perpetuas— ambos soltamos una carcajada y Josef mira en nuestra dirección, levanta una ceja y yo le hago una seña lanzando un beso, él sonríe y sigue con su trabajo.
—Y dime ¿cómo te va en el amor?— esa pregunta no la esperaba y no sé cómo carajos responder.
«Ash, ¿No pudiste preguntar otra cosa más fácil?»
— Digamos que estoy en el Titanic, el barco se hunde yo soy Rose en la puerta y el amor es Jack tratando de subir conmigo a esa puerta... Todos saben que cabe en la puerta, pero yo sé que me voy a hundir— no se me ocurrió mejor explicación para mi situación amorosa.
—Carajo, sí que estás muy jodida con el amor— dice en medio de una sonrisa, yo asiento para preguntar.
—¿Y tú, como te va en el amor?— vuelve a encoger sus hombros y responde con una expresión seria.
—La verdad no lo sé, creo que tampoco es para mí, bueno digo si he salido con chicas, pero no sé por qué rayos no podemos congeniar— levanto ambas cejas y al parecer ambos estamos en la misma situación.
—Al parecer es de familia eso— ambos nos reímos y en ese momento llega papá en su lujosa camioneta de 4×4 también, Josef saluda con la mano y señala en nuestra dirección.
Papá se baja del vehículo con un traje lujoso y muy fino, camina en nuestra dirección y Josef lo sigue, Henry se levanta para darle un abrazo y yo hago lo mismo, papá me mira escaneado cada parte de mí luego sonríe.
— Estás bastante bonita mi caracol— yo sonrío y ese apodo me recuerda a viejos tiempos, nos damos un abrazo y en ese momento sale mamá para avisarnos que ya la comida está lista.
Todos entramos a la casa y caminamos al comedor para sentarnos a la mesa. Cuando reunidos disfrutando de una comida de mamá, me hace recordar esos tiempos cuando era niña, la verdad a veces los extraño, pero en otras ocasiones recuerdo lo mucho que sufrí viviendo con ella, es que la razón por la que me largué de casa tiene nombre y apellido y es “Anastasia samuelns” nuestra familia se caracteriza por las apariencias y mamá se encargó de eso.
Nuestra relación es algo extraña, es como de amor odio, aunque ella me haya hecho daño, es como si no pidiera dejar de quererla, al igual que ella a mí. Tenemos muchas diferencias y sé que no podré quedarme aquí por mucho tiempo, ya que la tensión entre mamá y yo no aguantaría eso.
—¿Cómo has estado hija? ¿Todo bien en nueva York?— pregunta papá mientras come un poco de la ensalada que mamá preparó.
—Le va estupendo papá trabaja en el restaurante de Alex Benson, el tipo que sale en la televisión a veces— responde Josef antes de darme la oportunidad de hacerlo yo. Papá abre sus ojos como platos y sonríe.
—Wow eso es maravilloso, hija jamás pensé que cocinar te llevaría tan lejos— Henry pone mala cara y responde.
—Ya ves que si, no era una perdida de tiempo como tú decías al igual que mamá, ¿verdad mamá?— yo abro mis ojos como platos, mamá pone mala cara y tengo ganas de enterrar mi cabeza en la tierra como un avestruz, ni siquiera llevo un día aquí y ya la tensión comenzó.