Bocados de amor

¿Qué haces aquí?

Narra Sarah Matheus.

Mamá y papá salieron a una reunión, mientras que Josef estaba con su novia en el cine, eso nos deja a Henry y a mí solos en casa, decidimos ver una película en el sofá de la sala. Henry pidió comida a domicilio, mientras yo preparo las palomitas.

—¿Dulces o saladas?— pregunto desde la cocina a Henry, y él me contesta.

—Sabes que amo las palomitas dulces— dice mientras arregla todo para colocar la película. Cuando las palomitas están listas camino a la sala para sentarme junto a Henry en el sofá.

—¿Qué película elegiste?— pregunto mientras tomo un puñado de palomitas y las meto en mi boca para masticarlas. Él me mira, toma el control remoto de la televisión y veo la imagen de la pantalla y esbozo una gran sonrisa…

—No puedo creer que todavía recuerdes que amo está película…— digo sonriente, él se encoge de hombros para responder.

—Recuerdo que la viste unas 50 veces y no bromeo, realmente amabas “Matilda”— vuelvo a sonreír para ver la pantalla, la única razón por la que me gustaba tanto esa película, era porque me sentía identificada con la niña que no tenía atención de sus padres, la verdad casa vez que la veía pensaba que yo también tendría un final feliz como ella.

—Si, realmente me gustaba mucho, era como si fuera lo único que me sacaba de mi realidad— Henry hace una mueca de tristeza, yo le sonrio para luego recostarme en su regazo.

—Bien, ahora veremos mi película favorita— él asiente, para recostarse en el sofá, ambos veíamos la película como cuando éramos niños y es algo tan lindo volver a experimentar esos momentos que mamá nos prohibió tanto.

Escucho que tocan el timbre y Henry detiene la película, se levanta del sofá y dice que probablemente es la pizza que pidió, camina a la puerta y mientras lo hace tengo un extraño presentimiento.

Es algo raro, pero ignoro esa sensación y luego de unos segundos vuelve Henry con la pizza, la coloca en la mesita de la sala frente al sofá, abre la tapa de la caja y de inmediato sale el delicioso aroma de pizza recién horneada, la verdad soy una chef de gustos sencillos. Mis comidas pueden ser una pizza con una cerveza fría y todo es más que perfecto. Él camina a la cocina y trae dos cervezas, yo saco una rebanada de pizza y comienzo a devorarla de inmediato.

—No pierdes esa costumbre ¿cierto?— yo lo miro con una ceja levantada un poco confundida sin saber a qué se refiere.

—¿De qué hablas?— señala mis pies que están sobre el sofá en posición de yoga.

—Siempre haces eso cuando vas a comer pizza, subes los pies al sofá de esa manera, mamá luchó con eso y nunca pido combatirlo— yo sonrío y para luego encoger mis hombros.

—Si, la verdad creo que es una costumbre arraigada de mis ancestros.— digo mientras vuelvo a darle otra mordida a mi rebanada de pizza, él suelta una carcajada y niega con su cabeza.

— Estás loca— dice mientras se vuelve a acomodar en el sofá, yo asiento para responder.

— Así me quieres.

—Si, la verdad que no puedo dejar de quererte, bien sigamos viendo la película, troncha toro va a descubrir a la maestra miel y Matilda dentro de su casa— sonrio y seguimos viendo la película, luego de unos minutos más la pizza desapareció y nuevamente tocan el timbre. Henry alza una ceja.

—Que extraño, yo no pedí nada más y nuestros padres tienen llaves, bueno iré a ver quién toca— se levanta del sofá nuevamente y yo espero para que regrese, de pronto siento curiosidad de saber quién es y me levanto del sofá. Avanzo unos pasos para ir a la puerta, escucho a Henry hablando con alguien, pero no tengo idea de quién sea…

—Ella vive aquí ¿quién es usted?— dice Henry en un tono serio, yo siento más curiosidad mientras pienso.

«¿Quién será?»

De pronto todo cambia cuando mi hermano dice.

—Ah, tú eres la razón por la que mi hermanita se vino ¿cierto? Y también fuiste el desgraciado que se la cogió— abro mis ojos de par en par y salgo de inmediato mientras pienso que esto es algo imposible.

«¿Alex? No puede ser ¿qué haces aquí en Texas?»

Salgo rápidamente a la puerta, mientras Henry salta sobre Alex que está del lado afuera de la casa, corro para evitar una pelea, sé que mi hermano es una bestia y aunque sea un chico que no le gustan los problemas cuando se trata de mi todo cambia.

Henry se va sobre Alex, yo grito desesperada.

—¡HENRY NO!— lo empuja del lado afuera y cierra la puerta para que yo no pueda salir, empiezo a mover la perilla para intentar abrir la puerta, pero este idiota la trabó…

—¡Henry abre la maldita puerta!— grito desesperada para que pueda acabar con esta estupidez.

—Tú te quedas adentro este idiota y yo vamos a hablar de hombre a hombre…— dice henry con un rostro notablemente molesto.

Yo quedo paralizada sin saber que hacer, me preocupa que mi hermano mate a golpes al pobre Alex y todo por mi culpa.




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