Narra Sarah Matheus.
—¡¿Qué rayos hacía ese idiota aquí?!— pregunta Henry exaltado, yo no sé que responder, porque al igual que él estoy sorprendida.
—No lo sé Henry, ni siquiera sé cómo llegó a esta dirección nadie sabe que yo…— hago una pausa recordando que le había comentado a vivi donde estaba y giro mis ojos maldiciendo el momento que le dije a ella mi ubicación.
—¿Qué?— pregunta Henry con el rostro serio.
—Le dije a mi amiga, pero…— hago una pausa y él suelta un resoplido.
—¿Esa es la clase de amigas que tienes? ¿No respetan tus decisiones y solo te complican más todo?—pongo mala cara y niego con mi cabeza mientras respondo.
—De verdad estás muy agresivo Henry, no entiendo por qué rayos te enojas así, yo solo te conté todo por qué te tengo la suficiente confianza como hermano, pero me arrepiento de haberlo hecho—se encoge de hombros restando importancia a mi comentario, y hago una mueca molesta caminando a la habitación.
—¿A dónde carajos vas?— pregunta con un tono autoritario. No respondo y sigo mi rumbo, voy a la habitación y recojo mi chaqueta con mis zapatos para salir. Me coloco ambos y al dirigirme a la puerta Henry está en medio.
—Te pregunté ¿A dónde vas?— yo solo paso por un lado rozando su hombro.
—Me iré a un lugar donde no estés tú y nadie que me arruine mi tranquilidad, yo pensé que aquí sería diferente, pero ya veo que estoy rodeada de trogloditas por todas partes, es como una maldición—confieso resignada y exhausta de tantos problemas.
Él abre sus ojos e intenta detenerme, pero yo sigo avanzando. Camino a la salida y salgo azotando la puerta, sigo mis pasos sin saber a dónde iré, de pronto mi teléfono suena, veo la pantalla para saber quién es y el nombre de Alex aparece, giro mis ojos en redondo y contesto porque sé que de igual manera seguirá insistiendo.
—¿Acaso no conoces la palabra quiero estar sola?—digo en un tono de exasperación viendo la casa de donde acababa se salir al tiempo que denotaba mi enojo para que pudiera entender.
—Por favor Meki hablemos, dame la oportunidad de decirte la razón por la que estoy aquí— suelto un resoplido.
—¡Ya dije que no!— exclamo nuevamente, estoy a punto de colgar el teléfono y en ese momento aparecen dos hombres de muy mal aspecto que se acercan a mí, aprieto el paso y uno de ellos dice con un tono de voz morboso.
—¿A dónde vas chiquita bonita?— abro mis ojos de par en par y trato de ignorarlos, no me di cuenta lo lejos que estaba de casa y me pregunto. Mientras hablaba con Alex.
«¿Cómo rayos llegué tan rápido aquí?»
—Lo siento, pero estoy esperando a alguien— digo tratando de no sonar asustada aunque por dentro me estoy muriendo de miedo. Uno de ellos se acerca más para sujetar mi brazo, y le doy un manotazo.
—¡No me toques!— grito enojada, en ese momento él me suelta una bofetada que me deja totalmente aturdida, mi teléfono cae al suelo y el hombre asqueroso se intenta lanzar sobre mí.
— Estás muy buena chiquita, no deberías caminar sola por estas calles— yo pataleo y el otro hombre también se acerca para sujetarme mientras su amigo trata de desvestirme…
—¡Nooo, déjame, ayuda!— me vuelve dar otra bofetada que me reinicia la vida para que pueda callarme, uso mis piernas para golpearlo y logro darle una buena patada en el estómago y cae de un lado, su amigo me sujeta por el cabello para someterme y le clavo las uñas en la mano haciendo que suelte un chillido, pero aun así no me deja libre.
—¡Hijos de perra los voy a matar!— escucho la voz de Alex que viene enfurecido a nuestra dirección, si pudiera creo que notaria el humo saliendo de sus orejas.
Rápidamente se abalanza sobre el sujeto que me tiene por el cabello, lo golpea en el rostro muy fuerte el otro intenta huir, pero otro chico que no tengo idea quien es, evita que pueda escapar sujetando sus brazos. Luego llega Henry, que empieza a golpear como loco al sujeto número dos.
Por un lado Alex golpea al primer sujeto y por otro mi hermano Henry está a punto de matar a golpes al otro tipo, yo me levanto en dirección a Alex y lo abrazo por la cintura.
—Basta por favor, no quiero que los mates y te metas en problemas— digo en un tono bajo y pacifico para calmar su ira, él me observa y lo deja dándole un empujó. Yo miro a Henry camino hacia él y hago lo mismo trato de convencerlo para que se calme, pero no quiere soltarlo, sigue golpeando y me comienzo a preocupar...
—¡HENRY NO, LO VAS A MATAR POR FAVOR!— le suplico cuando empiezo a ver la sangre, él lo suelta y me observa, se acerca a mí con pasos lentos y me abraza.
—No quiero que te vuelvan a hacer daño— yo le devuelvo el abrazo mientras lo aprieto muy fuerte sintiendo como mis ojos se humedecen por las lágrimas. En ese momento llega una patrulla de la policía, todos miramos y Henry camina hacia el oficial.
—Yo golpeé a ese sujeto porque iba a abusar de mi hermana, puede arrestarme porque de no ser por ella lo hubiera matado— yo abro mis ojos y me acerco para tratar de arreglar la situación.
—Oficial, mi hermano no es agresivo solo me estaba defendiendo, por favor entienda la situación.— el oficial me observa y luego a Henry.
—Buenas noches, Henry ¿otra vez en problemas?—miro a mi hermano y no puedo entender a qué se refiere el oficial. Toma su radio y llama una ambulancia para los dos hombres que están golpeados, uno más grave que el otro.
—¿Qué quiere decir oficial? ¿A qué se refiere? Dime ¿qué está pasando Henry?— pregunto desesperada, él solo me sujeta las mejillas y besa mi frente.
—Ve por mamá y papá y diles que vayan a la policía, ellos sabrán que hacer.— camina a la patrulla y el oficial le coloca las esposas y lo sube en la parte trasera, luego se dirige al asiento del conductor para marcharse con mi hermano dejándome con más dudas de las que pueda imaginar. En ese momento Alex se acerca y golpea el cristal de la patrulla para que el oficial lo baje.