Bocados de amor

Confrontando a mi madre

Narra Sarah Matheus.

Bajo del auto de Gabriel para buscar mis cosas e irme de nuevo a nueva York, lamento tanto tener que irme de esta manera, pero es lo mejor para todos ahora no podré estar cerca de henry, mi hermano me acaba de confesar que me ama y eso no puede ser, por lo tanto tendré que volver a alejarme y está vez para no volverlo a ver.

Siento un gran peso en mi pecho al tener que hacer esto y mi corazón duele mucho, él es la única persona en todo el mundo que siempre me apoyó en todo, pero ya no podrá ser jamás así.

Camino con pasos lentos para entrar a casa, me paro frente a la puerta y pienso unos segundos antes de entrar, respiro profundo y giro la perilla, del otro lado está mamá, papá y Josef en la sala. Cuando mamá me ve pone mala cara y se dirige a su habitación. Yo aprieto la mandíbula, sé que ella sabía algo respecto a lo de henry, de otra manera.

«¿Por qué siempre hizo lo posible por mantenerme lejos de él?»

Estoy dispuesta a tener una conversación con ella, y está vez no dejaré que use excusas para no haberlo. Ella está a punto de ir a su habitación, pero yo hablo antes de que ella lo haga.

—Mamá, necesito hablar contigo— digo en un tono serio, papá y Josef me miran con los ojos muy abiertos, mamá solo responde.

—No tengo nada que hablar contigo— respiro profundo nuevamente y aprieto más mis puños tratando de contener la rabia que siento dentro de mí.

—Es respecto a henry— ella voltea y camina en mi dirección, se para frente a mí para decir.

—Tú no tienes nada que hablar conmigo respecto a mi hijo, él y tú ya no se volverán a ver, porque gracias a ti volvió a caer en su problema— está vez no estoy dispuesta a qué me siga culpando por todo lo que sucede en la familia, estoy dispuesta a confrontarla después de tantos años ya no me dejaré culpar por mi madre.

—Yo no tengo la culpa de que tú lo hayas criado reprimiéndose, debiste llevarlo al psicólogo cuando tuviste oportunidad, pero no tu mejor idea fue alejarlo de mí para hacer que estuviera más reprimido.— papá se levanta de su asiento y me pide que haga silencio.

—Sarah, ya basta, no sigas con esto— miro a mi padre negando con mi cabeza mientras señalo a mi madre.

—No, papá ya estoy harta de sus humillaciones, ella toda mi vida me ha tratado como si yo fuera la culpable de todas sus desgracias, lo ubico que hice fue existir y ni siquiera pedí que me adoptaran.— mientras digo esas palabras siento como las lágrimas recorren mis mejillas y la voz se me quiebra.

—Hija, ya basta por favor no sigas, tú no tienes la culpa de nada— dice papá tratando de calmar la situación como siempre, pero yo no estoy dispuesta a seguir callando más.

—¡Ya estoy harta de callar papá! No seguiré haciendo como si nada pasara— miro a mamá al rostro para decirle las verdades que he estado guardando por tanto tiempo.

—Tú me odias y no tengo la más mínima idea por qué, solo me pregunto ¿por qué carajos me buscaste en ese orfanato?— ella permanece callada y papá me pide nuevamente que me calle.

—Sarah Matheus samuelns ¡Cierra la boca en este momento!— vuelvo a negar.

—No, ya estoy cansada de cerrar la boca, por ella tuve que irme, ella ha sido la razón por la que he tenido miedos constantes toda mi puta vida— veo a mamá que tiene lágrimas en los ojos y permanece callada.

¡Habla ya! ¿Por qué me adoptaron, para que tú después me odiaras tanto?— ella niega con la cabeza y empieza a llorar mientras papá sigue pidiendo silencio, sujeto a mamá por los hombros, y papá camina hacia mí, en ese momento mamá abre la boca mirándome a los ojos.

—¡Perdí una hija!— dice en medio de lágrimas, yo quedo paralizada. — Perdí a mi bebé, Dios mío la perdí, oh, Dios… lo siento mucho Sarah— suelto a mamá y retrocedo tres pasos llevando las manos a mi rostro, papá me sujeta por los hombros, pero yo me muevo bruscamente.

—¡¿Lo sabías y me lo ocultaste?!— papá tiene una expresión de dolor en el rostro y quiere tratar de explicar, pero no le doy tiempo para hacerlo.

—Sarah, podemos explicarlo, por favor— dice mientras me intenta sujetar por los hombros.

—Solo fui un remplazo y como ella vio que no era lo mismo entonces por eso me odiaba, pero déjame decirte algo Anastasia samuelns, no soy y jamás seré tu hija muerta— ella vuelve a llorar y papá me da una bofetada. Abro mis ojos sosteniendo mi mejilla, y papá queda perplejo por lo que ja hecho, trata de disculparse, pero yo camino para buscar mi equipaje.

—Sarah, cariño lo siento, por favor— sigo caminando y Josef me sigue, entra detrás de mí a la habitación, empiezo a recoger mis cosas y cuando están listas lo veo parado en la puerta con sus ojos llenos de lágrimas.

—Lo siento mucho Sarah, yo no sabía esto— yo le dedico una mirada comprensiva y le doy un abrazo.

—No debes disculparte, te quiero mucho Josef, no olvides eso nunca y también quiero a henry, pero no puedo quedarme más tiempo aquí— él me abraza con más fuerza mientras solloza, yo sujeto su rostro y sonrío.

—No llores cariño, podrás visitarme en nueva York cuando quieras, solo que avísame antes ¿si?— asiente lentamente y vuelve a abrazarme.

—Te quiero caracol— dice sollozando, yo siento como mi corazón se rompe en miles de pedazos y camino para salir de casa, él me sigue y nos encontramos a papá en el camino, él trata de disculparse y yo solo me quedo parada mirándolo mientras digo.

—Te quiero papá, pero no voy a quedarme aquí— baja su cabeza y estira su mano, yo la sujeto y le doy un beso.

—Cariño, por favor hablemos, está familia no puede seguir así— lo abrazo para despedirme y sigo mi camino saliendo de la casa, cuando estoy fuera de ella, empiezo a sollozar, y luego veo que Alex se acerca a mí preguntando qué sucedió, yo soy incapaz de responder, él solo sostiene mi equipaje, lo mete al auto, y regresa por mí llevándome para subirnos al auto.

—Gabriel, ¿puedes llevarnos a tu casa?— pregunta Alex a su amigo, él asiente y empieza a conducir mientras veo como nos alejamos de la casa de mi familia.




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