Narra Sarah Matheus.
—¿Estás seguro de lo que dices Alex? Es que una cosa sería vernos y otra muy distinta vivir juntos, además, ni siquiera me has propuesto ser novios— él abre sus ojos de par en par y se rasca el cuello…
—Eh, bueno… es que no he tenido tiempo, apenas nos vimos pasó todo esto— cierro mis ojos a medias astas y luego sonrío.
—Alex, sé que estás emocionado por esto, pero quiero ir lento…— él está a punto de hablar, pero yo coloco mi dedo índice en medio de sus labios para que me deje proseguir.
— Sé lo que dirás... ¿Cómo quiero ir más lento si ya tuvimos sexo? Creo que perdí la cuenta las veces que nos hemos acostado— él asiente sonriendo de forma maliciosa, yo le golpeo un hombro para que sea un poco más serio.
—¿Y si hacemos una prueba?— pregunta sonriente y con esos ojitos brillantes que me vuelven loca…
«Oh, cielos va a terminar logrando convencerme»
—¿Cómo prueba?— pregunto con los brazos cruzados en mi pecho.
— Fácil, probamos un mes y si no te gusta podemos seguir normal, tú vives sola y yo también ¿te parece? Pero primero probemos un mes— yo hago una mueca pensativa, tratando de analizar todas las opciones.
La verdad no sé que responder, él es muy persuasivo y me está convenciendo... —15 días y es mi última oferta— suelta un resoplido negando con su cabeza.
—¡¿15 días meki?! Eso es muy poco tiempo, por favor un mes es justo— muevo mi cabeza a los lados negando para que sepa que no estoy jugando. Arruga el entrecejo y luego hace una expresión de que se le ha ocurrido algo, sonríe de forma malvada y abre su boca para responder.
—Bien, vamos a someterlo a una apuesta ¿te parece bien?— yo levanto una ceja confundida para preguntar.
—¿Qué clase de apuesta?.
—Simple, ¿ves ese baño de allá?— dice mientras señala en dirección al pequeño pasillo que da con el cubículo del baño.
—Si, pero no entiendo ¿a qué quieres llegar?...— vuelve a sonreír y abre su boca para decir las palabras mágicas.
—Si, tú aceptas tener sexo conmigo ahí dejaré que sea solo 15 días y además podrás tomar las decisiones por esos 15 días— abro mis ojos como platos, la propuesta suena tentadora, yo tendría el control por esos 15 días, pero el pago de esa apuesta es un costo bastante caro...
Observo el pasillo tratando de pensar, mientras él hace.
—Tic tac, tic tac, Meki se te acaba el tiempo— yo arrugo la frente y hago un puchero, la verdad me daría mucha vergüenza que alguien se diera cuenta de que estamos teniendo sexo en el baño del avión. Pero por otra parte Alex ganaría.
—¿Sabes que creo?— pregunta de forma burlona, yo lo observo encogiendo mis hombros haciendo ademán para saber que quiere decir.
—Tienes miedo, eres una gallina... "coc Co Co coc "— lo miro incrédula, se verdad es un inmaduro.
—¿De verdad Alex, haces el sonido de una gallina?— pregunto y él asiente mientras sigue provocando...
—¡Coc Co Co coc!— hace el sonido más alto y mueve sus brazos como gallina, yo aprieto la mandíbula, ya que eso me hace enfadar y lo señalo con mi dedo índice diciendo.
—¡Yo no soy una gallina! Y te lo voy a demostrar— respondo antes de levantarme del asiento, paso por encima de él frotando delicadamente su rostro y guiñando un ojo de forma traviesa.
—¿De verdad?— yo asiento y termino de salir para caminar por el pequeño pasillo moviendo mis caderas de forma llamativa para atraerlo a mí…
Llego a la puerta del baño y una aeromoza se me queda viendo, siento que mis mejillas arden, ella me sigue mirando y yo debo inventar algo para que se vaya.
—Eh, esta puerta me gusta mucho, adoro los aviones— ella levanta una ceja, y en ese preciso instante Alex se para a mi lado, yo estoy a punto de colapsar, siento que quiero lanzarme del avión sin paracaídas.
—¿Qué sucede meki? ¿No tendríamos sexo en el baño?— yo lo veo atónita y tengo ganas de asesinarlo, la aeromoza casi escupe una bebida que traía en las manos, Alex está sonriendo y al parecer disfruta hacerme pasar está vergüenza…
«Idiota… te odio»
—Yo no dije eso… yo, es que… bueno dije que... Ash mejor me voy a mi asiento— terminó diciendo sin poder inventar una excusa creíble. Lo escucho reírse a mis espaldas y me dan ganas de tirarlo del avión, ese idiota hace lo que sea por ganar, así sea con trampa.
Me siento mirando a la ventanilla con los brazos cruzados, él se sienta a mi lado y toca mi brazo, yo me muevo para que no me toque, me siento como una idiota por lo que sucedió.
—Meki, creo que ahora deberás vivir conmigo un mes...— dice en un tono burlón, yo giro mi rostro para mirarlo y tiene esa sonrisa de satisfacción por salirse con la suya...
«Pero pronto se la voy a quitar, mi venganza comenzará»
—No se vale, tú hiciste trampa— digo girando mis ojos y arrugando la nariz.
—No hice trampa, solo hice lo posible por ganar, eso es muy distinto a hacer trampa— dice con los brazos cruzados en el pecho. Yo dejo de mirarlo para volver a fijar mi vista en la ventanilla del avión, ya que no soporto a este idiota tramposo.
—Meki, no te enojes será divertido— yo empiezo a pensar que podría ser divertido para mí y mi venganza porque me hizo trampa en esta apuesta, si voy a mudarme con el mes, pero le haré tantas maldades que me pedirá clemencia...
«¡Muahahaha! Ya verás Alex Benson»
Me río mentalmente disfrutando de ese pensamiento malvado.
Por fin llegamos al aeropuerto de nueva York, regresamos a casa en un taxi, pero obviamente a la mía para recoger mis cosas y poder irnos a la suya.
Al llegar a mi vecindario mi vecina como siempre se encuentra arreglando su jardín, nos saluda y ambos le regresamos el saludo, entramos a mi casa para poder recoger mis cosas y en unos minutos tengo todo en dos maletas grandes.
Él me mira con una sonrisa y yo solo lo ignoro para decir.
— Será mejor que dejes esa risita, porque estoy a punto de arrepentirme— Alex me mira y se levanta del sofá para caminar hacia mí.