Narra Alex Benson.
—Diablos meki, llevas más de media hora ahí ¿qué rayos haces?— pregunto mientras toco la puerta del baño…
—Espera un momento Alex, esta porquería es muy incómoda— al pensar eso siento ganas de reír y pregunto.
—¿Ya te lo colocaste?.
—Si, pero no sé cómo demonios caminar con eso ahí adentro— responde de mala gana.
—Como siempre has caminado meki, eso no se saldrá, tú estás muy cerrada todavía— no responde nada y luego de tocar unas 4 veces más sale del baño con mala cara.
—Te voy a odiar por esto durante mucho tiempo Alex— yo sonrío y le pellizco una mejilla.
—Demuestra que no eres una gallina, nenita malcriada— gira sus ojos y avanza caminando como si estuviera aletargada… Yo suelto una carcajada y ella voltea preguntando.
—¿Ahora de que carajos te ríes?— levanta una ceja y cruza sus brazos.
—¿estás segura de que puedes caminar?— pregunto con una risita burlona.
—Trata de caminar con un vibrador en tu vagina, ah, es verdad no tienes... Esta porquería me molesta mucho— dice mientras camina con un rostro evidentemente molesto, eso me da una idea para cambiar su humor… Saco el control remoto de mi bolsillo y presiono el botón.
—¡Ahhh, Diablos!— dice mientras se sostiene de la pared, gira para mirarme con los ojos casi en blanco.
—¿Qué rayos fue eso?— dice tratando de recuperarse apoyándose de la pared, yo camino hacia ella y le muestro el control remoto.
—Eso querida nena será lo que vas a sentir toda la noche— abre sus ojos como platos y niega con su cabeza.
—No puedo, yo… esto es…— entrecorta las palabras sin ser capaz de responder algo coherente. Yo acaricio su mejilla mientras digo con una sonrisa.
— Todavía puedes rendirte— ella arruga la frente y niega varias veces.
—No, no me vas a ganar, estaré bien. Solo debo acostumbrarme— sigue caminando hasta llegar a las escaleras y las baja dirigiéndose a la salida, yo voy detrás de ella y ambos llegamos al auto. Ella se sube en el asiento del copiloto, yo rodeo el auto para subirme en el asiento del conductor y tomar rumbo al restaurante, espero que Liam haya hecho un buen trabajo estos días que estuve ausente.
Llegamos al restaurante y al bajarnos del auto ella camina para entrar y la veo tan tranquila que debo molestarla un poco, cuando ambos entramos por la puerta trasera para ir a la cocina ella pasa y nos encontramos con Liam...
—Eh, hola meki y Alex ¿cómo están?— pregunta Liam con una sonrisa entre incómoda y feliz. Meki está por responder y yo presiono el botón en mi bolsillo…
—¡HOLAAA LIAM! OHH, GENIAL, MUY GENIAL, OH, SIII— Responde meki alzando la voz, yo no puedo evitar reírme, ella gira para lanzarme una mirada asesina.
—Eh, eso está bien ¿pero por qué gritas?, estoy aquí…— pregunta Liam a meki, ella no sabe que responder y entra rápidamente a la cocina.
—¿Qué le sucede, está bien?— yo camino y le coloco la mano en el hombro a Liam y sonrío.
—Si, ella está bien, solo un poco emocionada de verte ¿Cómo estuvo todo por acá?— pregunto mientras lo guío adentro para que empecemos con el trabajo.
—Bien, la verdad fue un poco difícil, pero pude hacerme cargo.
—Bien, empecemos con el trabajo— digo al entrar a la cocina y ya meki está en su trabajo.
Yo camino a mi oficina, entro para cambiarme y colocarme el mandil, luego salgo y me dirijo a mi área de trabajo, de vez en cuando reviso mi bolsillo para verificar que el control remoto esté ahí, observo a meki que parece concentrada en su trabajo y hago una mueca malvada.
«¿Qué pasaría sí…?»
Pienso mientras presiono el botón, ella pega un salto exclamando…
—¡OH, SIII!— todos la observan incluyéndome, sus mejillas se tornan rojo tómate y se disculpa diciendo.
—¡Oh, si me encanta este trabajo!— todos la miran extraño y yo no puedo contener las ganas de soltar una carcajada, ella pone mala cara y sigue con su trabajo.
Yo entrego un platillo que el mesero sale a llevar a su mesa correspondiente de inmediato... Sigo con mi trabajo para preparar el siguiente plato que es pierna de cordero en salsa de sangre de naranja, al terminar de prepararlo regresa el mesero diciendo que los comensales de la mesa 7 necesitan hablar conmigo. Yo pregunto para qué, pero él no sabe responder, ya que no le especificaron la razón.
Camino a la puerta que da con el restaurante y antes de salir le echo un último vistazo a meki, sonrío y avanzo hacia la mesa número 7.
—Buenas noches, bienvenidos ¿Puedo ayudarles?— saludo a la pareja de ancianos que se encuentra en la mesa, ellos me muestran una cálida sonrisa mientras el hombre dice.
—¿Usted es el chef?— yo asiento respondiendo.
—Si, caballero por supuesto— él extiende su mano y sonríe.
—Oh, quiero de felicitarlo por tan excelente platillo, mi esposa y yo estamos celebrando nuestro aniversario número 39 y la verdad estamos satisfechos con tan excelente calidad en sus platillos— yo muestro una sonrisa amable para responder.
—Felicidades, me alegra mucho que estén satisfechos con nuestro servicio, y solo porque están de aniversario tendrán un postre de cortesía— él asiente emocionado y yo le indico la carta para que elija el que desee.
—Bueno, creo que voy a querer un postre de higos macerados con helado de vainilla ¿estás de acuerdo con la elección cariño?— pregunta a su esposa y ella asiente, yo asiento y me retiro para prepararles sus postres.
Cuando estoy en la cocina meki se acerca con los ojos muy abiertos y me sujeta por el brazo…
—Oh, cielos Alex, por favor ya deja de accionar ese puto botón acabo de tener un orgasmo y tuve que ir al baño, ahora siento que puedo tener otro aquí delante de todos— dice en un tono que suena como si estuviera conteniendo las ganas de gemir. Yo levanto una ceja buscando en mis bolsillos para responder.
—Yo no he presionado el botón… Estaba afuera hablando con esos comensales…— digo señalando la mesa y al notar a la mujer anciana con el control en las manos y presionando el botón abro mis ojos de par en par…