Bocados de amor

Más que atracción

Narra Alex Benson.

Esta niña se está comportando mal y debo darle una lección para que aprenda… Mientras la sujeto por su brazo y la llevo para mi habitación ella niega con su cabeza.

—No, no déjame Alex, perdón ¿si? Ya no lo volveré a hacer— dice con un rostro inocente que solo empeora la situación, ya que lo que en un principio odiaba ahora lo adoro y que me haga esa carita de niña tierna, eso me enloquece realmente y debo admitir que no puedo evitar las ganas de follar con ella.

—No, te dije que te voy a dar una lección y tu niña traviesa sabrás lo que es una buena cogida— ella abre sus ojos de par en par y no puedo evitar reír ante su expresión.

Sigo caminando y ella se deja llevar por mí hasta la habitación, abro la puerta le indico que pase y luego lo hago yo, cierro la puerta detrás de mí y la veo de pies a cabeza con una sonrisa.

—Bien, ahora sí voy a desquitarme las ganas que me has dejado en todos estos días— digo mientras me quito la camisa, avanzo hacia ella rápidamente tomándola por sus muslos y haciendo que rodee mi cintura con sus piernas, la beso en los labios con mucha intensidad hasta alternando segundos para poder respirar, ella rodea mi cuello con sus brazos y se deja llevar por ese beso lleno de deseo y lujuria.

Luego sujeta mi cabello mientras me mira a los ojos y con sus ojos clavados en los míos con una voz ronca sumergida en completa excitación dice. —Hazme tuya Alex Benson, fóllame cuántas veces quieras— vuelve a besarme y la llevo hasta la cama dejándola recostada le quito la blusa dejando ver sus pechos perfectos en ese sujetador color negro que le queda espectacular, aún con sus piernas rodeando mi cintura me voy encima de ella para dejar besos en sus pechos y cuellos despertando cada sensación escondida en todo su cuerpo.

Ella jadea de deseo, su respiración es agitada y sé que al igual que yo está deseosa de que la penetre para provocar sus gemidos exquisitos que hacen eco en mi cabeza haciendo de mí una persona completamente distinta en la cama, solo quiero poseerla una y otra vez hasta quedarme sin aliento.

—Por ti moriría hoy Sarah Matheus— digo en un susurro entre besos lujuriosos. Bajo hasta su abdomen mordisqueando, llego a su ombligo metiendo mi lengua para luego bajar más y quitar sus pantalones lentamente, ella levanta su trasero para poder terminar de bajarle los pantalones veo su ropa interior y abriendo sus piernas para tener acceso a su deliciosa zona húmeda y sensible. Ella jadea nuevamente arqueando su espalda, yo aprieto sus muslos besando y mordiendo para excitarla aún más, justo como le gusta y la hace retorcer su cuerpo pidiendo que la penetre.

Sujeto con fuerza su ropa interior y la jalo para arrancarla, ella sonríe de forma atrevida y abre sus piernas dejándome ver su hermosa vagina.

—¿Qué esperas Alex? Ven y hazme tuya— dice con un rostro lleno de deseo. Yo coloco sus piernas en mis hombros mientras me arrodillo en la cama frente a ella que está recostada. Levanto su trasero un poco para poder llegar a su zona sensible y penetrarla, me introduzco dentro de ella con cuidado y al estar adentro empiezo a mover mi pelvis contra ella para darle placer.

Ella gime desesperada disfrutando al igual que yo, sus ojos y los míos están fijos, no podemos dejar de mirarnos mientras nos damos placer, sigo moviéndome de forma progresiva luego le pido cambiar de posición.

—¿Quieres cambiar?— ella asiente y dejo sus piernas con cuidado para que pueda darse vuelta, yo le indico ponerse de rodillas en la cama apoyándose en sus manos, admiro su trasero que es perfecto y redondo para luego sujetar sus caderas y penetrarla embistiendo con rapidez y lentitud simultáneamente, ella gime mi nombre al igual que yo el de ella, me flexiono un poco contra su cuerpo metiendo mi mano en su clítoris para darle placer con mis dedos mientras sigo moviéndome para provocarle un orgasmo.

Ella gime con más fuerza diciendo. —Ahhh, voy a correrme Alex, así carajo así— yo me muevo más rápido y siento como su cuerpo se pone rígido para luego sacudirse al experimentar ese orgasmo.

Muevo mi cuerpo más rápido para contra el suyo sintiendo como cada célula de mi cuerpo se estremece liberándose en un clímax total, estallo en placer hasta vaciarme dentro de ella, caigo en la cama jadeando con mi respiración acelerada y mi corazón latiendo rápidamente, ella se acomoda a mi lado y me sonríe, sostiene mis mejillas para besar mis labios.

—Eso estuvo increíble Alex— dice mientras me mira a los ojos, yo beso su frente para rodear su cuerpo con mi brazo y acercarla más a mí. Siento los latidos de su corazón y es como música para mis oídos.

No lo sé, pero tenerla a mi lado de esta manera me hace querer que esto sea para siempre, ella sabe que la amo, pero…

«¿Qué pasaría si?…» Pienso para luego salir caer en la realidad, ya que meki se levanta rápidamente de la cama para buscar su teléfono en los bolsillos de sus pantalones… Lo observa un segundo para responder de inmediato.

—Hola, Josef ¿cómo estás? ¿Sucede algo?— ella pregunta cambiando su expresión al instante.

—¿Qué le pasó?— yo me levanto de la cama mirando su rostro preocupado, ella sigue con esa expresión seria.

—Bien, si los espero acá— solo dice esas palabras para luego colgar su teléfono, yo la observo, camina hacia mí y se sienta en la cama para dejar caer su cabeza en mi pecho.

— Mamá tuvo un ataque de pánico, Josef dice que está bien, pero ella quiere hablar conmigo— la veo un loco confundido para decir.

—¿Crees que sé buena idea?— ella se encoge de hombros y responde.

—No lo sé Alex, pero te necesito, no me dejes sola en ese momento por favor— yo sujeto sus mejillas mirando sus ojos.

—No te dejaré ni hoy ni nunca meki, te amo— le digo en una sonrisa y beso sus labios, ella me abraza fuerte y en ese cálido abrazo nos fundimos para esperar lo que sea que vaya a suceder con su familia.

Lo único que sé es que no la dejaré sola, porque incluso esa superheroína que es ella, necesita su superhéroe de vez en cuando y no lo pensaré dos veces para hacerla sentir segura. Demostrarle cada día de su vida que la amo y que jamás la dejaré sola, porque quiero enseñarle que lo que siento por ella va más allá de solo algo sexual.




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