Momento de aclarar la situación

Narra Sarah Matheus.

Mientras frota mis pechos puedo notar como cada vez mis pezones se ponen más duros, eso es algo que no puedo negar este hombre me encanta y me excita, pero yo le dije que no y si quiere jugar lo haremos… Me muevo un poco sintiendo la dureza de su amigo y sonrío traviesa su rostro, tiene una expresión llena de deseo, este juego es para quien caiga primero.

Le quito la esponja de las manos y le agrego más jabón, luego aprieto mis pechos compra el suyo para frotar su espalda con el jabón, muevo mis manos para frotar su pecho bajando hasta su abdomen, él sonrió tomando mi mano para que no siga.

—Si haces esto entonces no habrá vuelta atrás— yo levanto una ceja.

—¿Qué quieres decir? Yo solo te ayudo a lavarte—. Sigo moviendo mi mano hasta llegar a su miembro, suelto la esponja y agrego un poco de jabón en mis manos, lo sujeto moviendo de arriba abajo él echa su cabeza atrás recostando su espalda en la tina, sigo moviendo lento y rápido observando su expresión de placer absoluto.

Pienso unos segundos y acerco mi boca metiendo la punta mientras uso mis manos para mover la parte de abajo.

—Carajo meki, no me hagas esto— dice en un susurro ronco mientras su cuerpo se sacude.

Yo introduzco un poco más en mi garganta moviéndome para chupar, él sostiene mi cabello entre sus dedos mientras sigo moviéndome más rápido, sé cuándo está por correrse y lo saco de mi boca rápidamente evitando que pueda tener su orgasmo…

—¡No! Carajo meki, por favor, no…— dice con un rostro desesperado, yo sonrío de forma burlona para enseñarle que no, es no.

—Mierda, debes salir de inmediato de aquí meki, ya no lo soporto, me voy a masturbar— yo abro mis ojos como platos y él señala la puerta.

—¿De verdad?— asiente varias veces.

—Si, ya no aguanto tener que quedar de esta manera, mis bolas sienten pasadas— yo no puedo evitar sonreír y me salgo de la tina.

—Puedes hacer lo que quieras, estás en tu casa— arruga el entrecejo y la nariz.

—No puedo con tu maldad, eres una villana de película muy macabra— yo coloco mi mano derecha doblando mis dedos para soplar mis uñas para luego limpiar en mi pecho a forma de que tomo sus palabras como un cumplido.

—Bueno, yo te dejo supongo que necesitas privacidad— gira sus ojos para ponerlos en blanco, yo tomo una toalla para colocarla alrededor de mi pecho e ir a mi habitación para arreglarme y enfrentar lo que se aproxima.

Entro a mi habitación, camino al clóset y me coloco algo que sea adecuado para recibir a mis padres y Josef, sé que henry no vendrá porque Josef me contó que no aceptó las disculpas de mamá, yo solo espero que él esté bien.

Termino de arreglarme y suena el timbre, salgo de la habitación y Alex me grita desde su habitación.

—¡Meki, eso deben ser tus padres ve tú a recibirlos, yo voy en un minuto!— sigo caminando hasta las escaleras para bajar y al fijarme en la puerta me doy cuenta de que ya han llegado, Lily les había abierto, yo avanzo un poco más rápido para poder recibirlos.

Estoy frente a ellos y todo se siente muy incómodo, debido a como me fui de casa la última vez.

—Hola, mamá y papá… Josef— digo en un tono tratando de ser lo más amable y comprensiva que pueda, me acerco a mi hermano Josef para darle un gran abrazo y en ese momento Alex baja las escaleras y se une a nuestra pequeña reunión.

—Hola, señor y señora samuelns, espero estén bien y tu Josef ¿cómo estás?— Josef sé acerca para estrechar su mano, pero Alex le da un cálido abrazo.

—Bueno, creo que ustedes tienen mucho de que hablar, ¿les parece si pasamos a la sala? Así estamos más cómodos— dice Alex para tratar de romper el hielo, todos aceptamos y caminos a la salaz yo siento como mis piernas tiemblan, mi corazón se acelera, la cabeza me palpita haciendo que los nervios por saber que ocurrirá o que me dirán me consuman. Sujeto la mano de Alex mientras le susurro al oído.

—No me dejes sola por favor— él aprieta mi mano con fuerza y puedo sentir todo su apoyo haciendo que me sienta más segura.