Narra Alex Benson.
Observo a meki levantarse mientras pide disculpas para retirarse un momento, sé por lo que debe estar pasando no es fácil perdonar a la persona que te hizo tanto daño toda tu vida y hoy pida perdón como si nada hubiera ocurrido, yo pienso que el perdón es algo muy complejo y para nada agradable, porque debes olvidar todo lo que sucedió y hacer como si nada hubiera sucedido nunca, pero por otra parte perdonar te ayuda a sanar.
Me levanto del sofá y dejo a los padres de meki junto con su hermano, la madre de meki se nota que la está pasando mal, ya que Harry su esposo debe consolarla por lo mal que se ha puesto al ver qué le ha hecho tanto daño a su hija, entiendo que ella haya atravesado por una difícil circunstancia al tener que lidiar con el engaño de su esposo y aceptar una hija de él con otra mujer, pero no veo justo que ella deba arruinar la vida de meki solo por odio, aquí la menos culpable era meki, ya que ella no eligió nada de esto.
Ella solo fue víctima de las circunstancias.
Llego a las escaleras y empiezo a subirlas hasta llegar al pasillo que conecta con las habitaciones, luego camino hasta la puerta de su habitación y antes de tocar la puerta escucho unos sollozos, sostengo la perilla, pero decido no girarla, por lo que mejor doy unos toques para esperar que ella responda.
Toco dos veces mencionando su nombre y espero unos segundos para que ella conteste.
—¿Qué quieres Alex?— dice en un tono de voz bajo y que se escucha quebrantado.
—Meki, te entiendo y sé que en estos momentos debes estar muy dolida, pero déjame ayudarte no quiero que estés sola en este momento ¿puedes dejarme pasar?— digo en un tono dulce para tratar de convencerla, ella no responde inmediatamente, pero luego la hace.
— Está bien, pero no voy a salir aún— responde con ese timbre de voz dulce como el de una niña que necesita consuelo. Yo giro la perilla y atravieso la entrada para quedar dentro de la habitación... La veo en el suelo me acerco a ella poniéndome en cuclillas en el suelo y llevo mi mano a su rostro para limpiar sus lágrimas y dedicarle una sonrisa para darle seguridad.
Ella sonríe y me abraza mientras dice.
—Gracias por ser como eres conmigo Alex, a veces se me olvida que eres el ser más tierno y maravilloso de este planeta... Te amo— yo abro mis ojos de par en par y observo su rostro perplejo.
—¿Qué acabas de decir?— pregunto todavía confundido por lo rápido que todo ha ocurrido. Ella me mira y sus hermosos ojos brillan como estrellas resplandecientes, sonríe haciendo que sus mejillas se ruboricen.
— Lo que escuchaste— yo niego con mi cabeza para responder.
—No, no yo quiero que repitas esos, necesito saber que no me estoy volviendo loco— sostiene mis mejillas y besa mis labios para susurrar.
—Te amo Alex Benson, me enamoré de ti y de todo lo que significas, no eres ese ogro que imaginé, eres lo que me mantiene los pies en la tierra, es como si fueras mi gravedad— yo debo procesar toda esa información y al hacerlo sonrío...
—Me haces tan feliz meki, realmente no imagino mi vida al lado de otra persona que no seas tú...— pienso unos segundos y ella entiende ese silencio y empieza a negar con su cabeza.
—No, no y no Alex ni se te ocurra proponerme matrimonio en este momento, es un momento un poco triste y no quiero imaginar este día como el que me propusiste matrimonio.
—¿Qué tiene de malo? Si le pido tu mano a tus padres ellos no podrán decir que no… Están en una posición que te darían el cielo si tú lo pidieras— ella suelta una carcajada y niega para decir.
—El matrimonio no es una de esas opciones, primero debemos tener por lo menos un tiempo de noviazgo Alex, no seas emocional— arrugo mi frente ante su respuesta y chasqueo mi lengua contra mi paladar.
—Eres bastante difícil, la verdad pensé que podría convencerte rápido— ella mueve su cabeza a los lados mientras sonríe y me da un tierno beso en los labios para levantarse del suelo.
—Vamos, debo hablar con mis padres— sujeta mi mano llevándome fuera de la habitación, luego caminar al pasillo y finalmente bajar las escaleras, nos encontramos nuevamente con sus padres y hermano. En ese momento meki se acerca a su madre y la abraza...
— Mamá sé que me hiciste mucho daño, pero lo dejaré en el pasado de verdad no quiero permanecer con este círculo de odio y tensión en nuestra familia... Te amo— al observar eso siento como mis ojos quieren derramar lágrimas, volteo mi rostro y su hermano está llorando...
«Carajo, aquí todos van a llorar y me veré en la misma situación»
El padre de meki se acerca a su esposa e hija y las abraza, todos empiezan a llorar y luego se une su hermano... Yo estoy a punto de retirarme, pero meki extiende su mano para invitarme a unir a su abrazo familiar, yo no tengo intenciones de ponerme sentimental y debo inmediato interrumpo su momento emotivo.
—Bueno, esto hay que celebrarlo ¿Qué les parece si vamos a mi restaurante? Así prueban la deliciosa comida que preparamos allá y que mejor oportunidad de ver a su hija en acción, ella es muy talentosa— todos asienten menos meki que tiene los ojos cerrados a medias astas, yo le guiño un ojo dedicando una sonrisa picara.
—Me parece perfecto— dice el padre de meki mirando a su esposa para preguntar que le parece la idea.
—¿Quieres ir cariño?— ella afirma feliz al igual que Josef.
—Maravilloso, como todos estamos de acuerdo entonces los voy a llevar a sus habitaciones para que se puedan instalar— les indico el camino para que ellos me siga. Mientras todos avanzamos meki se coloca a mi lado diciendo en un pequeño susurro.
—Eres un idiota— yo le pellizco una mejilla respondiendo.
—Pero amas a este idiota— frunce el ceño negando con su cabeza.
—Creo que fue una pésima idea decirte lo que siento por ti, de verdad Alex no te vayas a poner intenso— yo froto mis manos de forma malvada y ella hace una mueca de fastidio.