Narra Sarah Matheus.
Luego de una conversación con Alex respecto a su pregunta de por qué mi hermano henry no vino a nueva York. Me vi en la obligación de mentir para que no se pudiera alterar, sé que la idea de pensar que mi hermano está enamorado de mí es algo muy horrible y si Alex se llega a enterar se volverá loco. Por eso tomé la decisión de mentir diciendo que él estaba molesto con mamá y papá por eso no vino con ellos, afortunadamente alex me creyó y no tuve que decir más.
Pero sé que el va a indagar, por esa razón luego de nuestra conversación hablé con mamá, papá y Josef de no mencionar nada de lo de henry, ya que si Alex se iba a enterar de la verdad quería que fuera por mí y nadie más.
Termino de arreglarme para salir de la habitación al restaurante de Alex, su idea de llevar a todos me parece algo un poco exagerado y tampoco estoy de acuerdo en tener a mi familia en el restaurante y yo en la cocina trabajando, pero como a Alex le apreció buena idea tendré que aceptar.
Salgo de la habitación y me encuentro a Alex de frente con esa sonrisa típica de él que me hace suspirar, me quedo sin habla y el levanta una ceja mientras dice.
—¿Que te dejo muda tanta belleza?— yo arrugo mi frente negando con mi cabeza para tratar de mentir.
—Ja, por favor Alex no seas tan idiota eso es lo que menos puedes causar en mi— digo para avanzar a las escaleras, el sujeta mi brazo me atrae a su cuerpo y luego acerca su rostro al mío para susurrar de forma sensual.
—Eso es lo que tú dices niña, pero sé que te vuelvo loca— yo trago saliva y en este momento siento como mi corazón se acelera, mis manos sudan y mis piernas empiezan a fallar, la verdad él tiene la razón, pero no pienso alimentar su ego.
—Por favor, cariño pon tus pies sobre la tierra y deja de alucinar— digo mientras pellizco su mejilla, él pone mala cara mientras dice.
—Como sea, vamos nos están esperando allá abajo— camina a las escaleras y yo no puedo evitar reírme de forma burlona, sé que él no tolera que se burlen en su cara y yo soy la única persona que puedo hacerlo, soy todo lo que odia y ama al mismo tiempo, porque puedo ponerlo en su lugar y aun así me sigue amando, del mismo modo como yo lo amo a él, aunque no se lo digo muy a menudo porque subiría su ego y eso es algo que ya tiene muy arriba.
Bajamos las escaleras para observar que mamá, papá y Josef nos esperan, yo camino a la puerta para salir, pero justo en ese momento él rostro de Vivi aparece frente a mi sonriente, ella no tiene idea de que mamá, papá, Josef y Alex vienen detrás de mí y empieza a hacer todo tipo de preguntas incómodas.
—¡Mekiii que alegría! estoy tan feliz de que estés bien, de verdad ese día tuve que irme porque pensé que el ogro de Alex me iba a matar, bueno a ti no te mató, pero seguramente te dió un buen revolcón— dice de forma pícara, yo abro mis ojos e intento carraspear para que ella cierre la boca, pero es imposible.
—Ya me imagino a esa bestia sobre ti, jajaja ¿te azotó? ¿cómo estuvo? cuéntame todo con lujo de detrás ¡¿te hizo sexo oral?!— yo siento como mis mejillas arden de la vergüenza y abro mi boca para detener está locura.
—¡Ya cállate Vivian!— ella queda boquiabierta y en ese momento salen todos.
—Hola, vivian ¿conoces a los padres de Meki?— dice Alex con una sonrisa de burla, Vivi los observa y abre sus ojos si saber dónde meterse por las cosas que acaba de decir.
—¿Padres?— pregunta sorprendida —Oh, mierda— dice en voz baja, yo le presento a mis progenitores y ella extiende su mano con una sonrisa mientras se disculpa por su indiscreción.
—Un placer conocerlos y perdón por lo de... bueno ya saben eso...— papá encoge sus hombros para responder.
—No tengo problema que mi hija tenga relaciones sexuales, solo que no me gusta escuchar eso, además espero se estén cuidando— dice mientras me observa, yo doy un respingo, ya que estaba distraída para responder.
—Eh, si claro...yo, él... ¡demonios papá! ¿tenemos que hablar de mi vida sexual ahora?— me quejo enojada mientras camino al auto para tratar de escapar de esa locura,.vivi se va detrás de mi y entrelaza su brazo con el mío para avanzar juntas.
—Pudo salir peor— dice en forma de juego, yo le golpeo el hombro mientras todos nos subimos al auto y nos dirigimos al restaurante.
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