Narra Sarah Matheus.
Han transcurrido 2 meses de aquella tragedia, lamentablemente a Henry lo sentenciaron a 25 años de prisión por secuestro con arma de fuego y agresión.
El momento del juicio fue horrible, me vi obligada a testificar en su contra, pero no tenía otra opción, lo que él nos hizo a todos es algo que no puede pasarse por alto y aunque todos me tuvieron que convencer para testificar en su contra no fue nada fácil hacerlo.
Sea como sea él es mi hermano y lo he amado siempre, todavía lo sigo amando y siento un gran dolor en mi pecho con cada día que pasa por lo que tuve que hacer, aún recuerdo su rostro cuando le dieron la sentencia, él me miró con esos ojos que solía mirarme cuando éramos niños y eso me quebró por completo, verlo esposado y pensar que jamás volvería a escuchar su risa, sus bromas y sentir sus abrazos tan reconfortantes eso me dolerá siempre.
Ya hoy son dos meses de su juicio y de la última vez que lo vi, lo extraño y puedo parecer loca, pero él siempre estuvo ahí para mí cuando lo necesite, en todo momento me protegió y nunca dejó de demostrar que me quería.
Hoy es un día especial, se repite la misma escena...
«¿Pueden creer que todavía tengo ganas de casarme?»
Cualquier persona quedaría con traumas por lo que pasó, pero yo solo guardo eso como un recuerdo triste y me concentro en el presente, hoy nuevamente es el momento de la verdad, después de preparar y organizar todo decidimos que la boda se hará aquí en casa, Alex no quería que yo huyera...
Suena gracioso, pero eso me dijo cuando nos propusimos a organizar por segunda vez la boda, yo quería algo sencillo, así que no exageramos mucho con los invitados y tampoco los arreglos, simplemente algo sencillo, pero a la vez bonito.
Escucho la puerta abrirse y miro en dirección a ella, mamá y vivi se asoman con una sonrisa...
—¡Wow! Pero miren a esa modelo de revista— exclama vivi sonriente, yo doy media vuelta para que me puedan observar con mi vestido corte de sirena ajustado a mi cuerpo y mi peinado recogido con una tiara de pequeños diamantes.
Ambas se acercan para abrazarme y entre lágrimas de alegría mamá dice.
—Ya es hora mi pequeña, debemos bajar, ahora sí es tu momento— yo asiento y vivi salta emocionada para salir antes que nosotras, luego entra papá y queda con la boca abierta al mírarme. Mamá le entrega mi mano a papá y las une con ternura.
—Ve a llevar a tu hija al altar— dice de forma amorosa para luego salir de la habitación. Papá me observa y sonríe, saca algo de su bolsillo y me lo entrega en las manos cerrándolas en un puño, yo las abro y al detallar bien no puedo creer que sea verdad lo que mis ojos están mirando...
—¿El caracol que te di cuando era una niña?— él asiente y yo no puedo evitar derramar más lágrimas, papá saca un pañuelo de su bolsillo y me seca cuidadosamente las lágrimas.
—Te amo mi pequeña, caracol— nos abrazamos y luego él dobla su brazo señalando la puerta para que podamos salir y llevarme al altar.
—Hora de salir— dice y yo entrelazo mi brazo en el suyo, caminamos hasta el pasillo y al llegar a las escaleras, estas están decoradas con margaritas y rosas, cuando empezamos a bajar no hay marcha nupcial, sino que Liam está cantando mi canción favorita que es (Helium de sia) con esa hermosa melodía avanzamos hasta el pie de las escaleras y observo a los invitados de pie y de tras de cada uno sillas decoradas con hermosa ceda blanca y un lazo color beige. En el altar está Alex con u. traje blanco y una amplia sonrisa, yo me fijo solo en él y sus ojos perfectos que resaltan con el color de su traje, papá me lleva con lentitud hasta el final de altar y me entrega en las manos de Alex diciendo.
— Aquí está mi más grande tesoro, por favor hazla muy feliz— Alex afirma si dejar de mirarme y con un susurro dice.
—Te haré feliz cada segundo de mi existencia— con esas palabras la ceremonia comienza y ambos nos tomamos de las manos mirándonos a los ojos. El jefe civil da un pequeño discurso luego firmamos las actas de matrimonio y sellamos nuestra unió con un beso que parece eterno.
Nos tomamos de la mano ora salir de la casa mientras todos lanzan puños de arroz para la abundancia según la tradición de las bodas, y al mirar afuera su auto nos espera con un letrero atrás que dice recién casados… Yo lo observo y sonrío, caminamos para subir, pero antes me despido de mamá, papá, Josef, vivi y por último, pero no menos importante Liam.
Ellos son mi familia y las personas más importantes de mi vida, con esa despedida Alex y yo subimos al auto que está en modo convertible, yo lanzo mi buque y de inmediato vivi lo recibe en sus manos, yo le guiño un ojo y ella se lo muestra a Liam que tiene una sonrisa nerviosa, ambos se dan un beso y luego de eso Alex empieza a conducir, yo me acomodo en mi asiento sujetando su mano para preguntar.
—¿A dónde vamos?.
—¿A dónde quieres ir?.
—No lo sé ¿tienes algo pensando?— pregunto a Alex curiosidad, él piensa unos segundos y responde.
—¿Qué te parece Francia?— yo abro mis ojos de par en par y asiento con una amplia sonrisa.
—Me encantaría, donde sea, pero contigo— levanta mi mano y deja un pequeño beso diciendo.
—Te amo niña.
—Y yo te amo a ti mi ogro gruñón.
—¡Francia, allá vamos!— exclama Alex con alegría.
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Esa es mi historia, soy Sarah Matheus y solo puedo decir una cosa, aunque la vida sea complicada muchas veces tiene sus altos y bajos, no todo es triste porque siempre encontrarás a alguien que le dé un sentido al amor, en bocados que te deleitas al degustar.
Nota de autor:
Hola, mis bellas si te gustó esta historia te invito a pasar por mi perfil y leer las siguientes, tengo una lista de varias novelas que seguro pueden gustarte, entre ellas está mis dos recomendaciones personales
Novia por contrato y Contrato con el paralítico