Bocados de tentación (cinco sentidos)

Capítulo 2

La mañana siguiente a la apertura de Elixir, Ha-Yoon llegó al restaurante Armonía con un aire de calma tensa. La cocina estaba en plena actividad, con el ritmo constante del equipo preparando los ingredientes para el almuerzo. Sin embargo, había algo en el ambiente que no se sentía del todo normal. El usual flujo de llamadas y reservas parecía más lento, y uno de los camareros susurraba algo en voz baja al gerente.

Cuando Kim Na-Ra apareció por la puerta de la oficina, llevaba consigo la respuesta a las sospechas de su amiga.

—¿Ya has visto esto? —preguntó la sommelier, mostrando su teléfono. En la pantalla había un anuncio llamativo para Elixir, inundando las redes sociales con imágenes de sus lujosos platos y una oferta especial para nuevos clientes: "Un viaje sensorial único. La experiencia gastronómica que Seúl no sabía que necesitaba".

La chef tomó el teléfono y, al ver el anuncio, su mandíbula se tensó. Ji-Woon no solo estaba ofreciendo un menú especial a un precio competitivo, sino que también había asegurado la participación de varios influencers culinarios que compartían fotos de sus visitas con elogios desbordantes.

—¿Está jugando sucio? —inquirió Na-Ra, alzando una ceja.

—No —respondió al devolverle el teléfono—. Está jugando con inteligencia.

Pero la frustración era evidente en su voz. Mientras Armonía siempre había confiado en el boca a boca y las críticas de expertos, Ji-Woon estaba explotando el poder de las redes sociales para robar atención.

Más tarde, mientras Ha-Yoon inspeccionaba los preparativos para el almuerzo, el gerente se acercó con un semblante preocupado y la informó:

—Chef, las reservas de hoy han caído un treinta por ciento respecto a la semana pasada.

La noticia cayó como un balde de agua fría. La chica le agradeció al gerente y trató de mantener la compostura frente a su equipo, pero la sensación de inquietud comenzaba a invadirla.

—Esto no es permanente —dijo Na-Ra, tratando de consolarla mientras se sentaban a planificar el menú de la semana siguiente.

—Ji-Woon solo está disfrutando del efecto novedad. En cuanto la gente vuelva a buscar verdadera calidad, Armonía estará aquí para ellos —asintió Ha-Yoon.

Pero no podía ignorar el hecho de que Elixir estaba ganando terreno. Ji-Woon no solo era un chef talentoso, sino un estratega que sabía cómo captar la atención del público.

Esa misma noche, ambas asistieron a un evento culinario de alto perfil en el centro de Seúl, organizado por una prestigiosa asociación de chefs. El salón estaba decorado con luces cálidas y mesas donde se exhibían creaciones culinarias de chefs de todo el país. El aroma de especias, hierbas y salsas llenaba el aire mientras los asistentes admiraban los platos como si fueran piezas de museo.

Al llegar, Ha-Yoon llevaba un elegante vestido negro que irradiaba profesionalismo y confianza. Sin embargo, su corazón se aceleró al ver a Ji-Woon al otro lado del salón. Estaba rodeado de varios críticos y chefs, luciendo un impecable traje azul oscuro y su habitual sonrisa carismática.

Cuando sus miradas se cruzaron, él levantó una copa en un gesto casual, como si estuviera saludando a una vieja amiga. La chica respondió con una ligera inclinación de cabeza antes de girarse hacia su amiga y murmurar:

—¿Crees que está disfrutando de esto?

—Por supuesto que sí —respondió con una sonrisa llena de cinismo—. Pero no olvides que tú también eres una estrella aquí. No dejes que te vea dudar.

Mientras las dos amigas recorrían las mesas, Ji-Woon se acercó.

—Seo Ha-Yoon, un placer verte aquí —dijo, con su voz profunda y segura mientras extendía la mano para saludarla.

La aludida lo miró con una mezcla de orgullo y desconfianza antes de aceptar el saludo y contestar:

—Kang Ji-Woon. Veo que estás disfrutando del éxito temprano de Elixir.

—Podría decir lo mismo de ti con Armonía —respondió él, sonriendo como si estuviera jugando un juego que solo él conocía—. Aunque he oído que últimamente tus mesas están un poco más vacías.

El comentario, aunque envuelto en cortesía, tenía un filo evidente. La joven mantuvo la compostura, pero por dentro ardía de frustración.

—La calidad siempre se impone a la cantidad —dijo con calma, dejando claro que no iba a caer en provocaciones.

Na-Ra, que observaba la interacción, intervino antes de que la tensión escalara:

—Ji-Woon, tus campañas son impresionantes. Debes tener un equipo increíble.

Él se volvió hacia ella, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto y dijo:

—Gracias, aunque el equipo es pequeño. Prefiero mantener el control sobre cada detalle.

—Naturalmente —respondió Na-Ra con una sonrisa—. Ha-Yoon también tiene un enfoque muy práctico. Supongo que tienen más en común de lo que parecen.

El comentario hizo que el chico arqueara una ceja, mientras la chef lanzaba una mirada rápida a su amiga, preguntándose si lo había dicho con intención o por mera casualidad.

Más tarde, mientras regresaban a casa, Ha-Yoon no pudo contenerse más y




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