Bocados de tentación (cinco sentidos)

Capítulo 13

La mañana en Elixir comenzó con un murmullo tenso que se extendía por la cocina como el humo de un fuego recién encendido. Ji-Woon observaba desde su oficina, con el ceño fruncido, mientras los miembros de su equipo susurraban entre ellos. Algo estaba fuera de lugar, y lo sentía en el ambiente.

Bajó al piso de la cocina con pasos decididos y preguntó con autoridad:

—¿Qué está pasando aquí?

Los cuchillos dejaron de cortar, y las miradas se desviaron hacia el sous chef, Park Dae-Ho, quien se encontraba apartado, con los brazos cruzados y una expresión de desafío en su rostro. Ji-Woon notó la tensión en sus hombros, el leve temblor de sus manos que delataba nerviosismo.

—Dae-Ho, ¿tienes algo que decir? —interrogó el chef, clavando su mirada en él.

El aludido vaciló, pero antes de que pudiera responder, uno de los aprendices habló:

—Chef Kang, creo que debería ver esto —el joven aprendiz extendió su teléfono con un video que mostraba al sous chef manipulando los ingredientes que habían sido entregados a Armonía durante el evento saboteado.

El silencio se hizo pesado. Ji-Woon sintió una mezcla de incredulidad y rabia que le recorría el cuerpo.

—Dae-Ho… ¿Esto es cierto? —preguntó, aunque ya conocía la respuesta.

El chico enderezó los hombros, pero su tono de voz era amargo:

—Sí, lo hice. Pero solo porque estoy harto. Hartísimo de trabajar para alguien que siempre está en el centro de todo mientras nosotros, los que realmente hacemos el trabajo duro, somos ignorados.

El resto del equipo observaba la confrontación con expresiones de asombro y confusión. El chef apretó los puños, intentando mantener la calma.

—¿Así que sabotear a otro restaurante es tu solución? —espetó—. ¿Sabes lo que esto significa para mi reputación, para la de todo este equipo?

Dae-Ho lo miró con una mezcla de ira y culpa, y respondió:

—Tu “reputación” es todo lo que importa, ¿verdad? Nunca el esfuerzo de los demás.

Ji-Woon tomó aire, tratando de calmar el torbellino de emociones que lo atravesaba. Mas sabía que no podía permitir que algo así pasara por alto.

—Dae-Ho, te di una oportunidad en esta cocina porque creí en tu talento. Lo que hiciste no solo es desleal, sino inaceptable —se detuvo un momento antes de pronunciar las palabras que sabía serían definitivas—. Estás despedido.

El impacto de la declaración reverberó en la cocina. Dae-Ho no dijo nada, solo tomó sus cosas y salió, pero no sin antes lanzar una última mirada cargada de resentimiento hacia su ex jefe.

Mientras tanto, en Armonía, Ha-Yoon revisaba los preparativos para la cena de esa noche cuando su teléfono sonó. Era Ji-Woon. Al principio, pensó en no contestar, todavía dolida por el sabotaje que había perjudicado su restaurante. Pero algo en su interior la empujó a responder.

—¿Qué quieres? —preguntó, con tono frío.

—Necesito hablar contigo. Es importante —respondió él, con una seriedad que la descolocó.

Cuando el chef llegó a Armonía, se encontró con una Ha-Yoon que lo esperaba con los brazos cruzados y una expresión de desconfianza.

—Si estás aquí para justificar lo que pasó en el evento, no quiero escucharlo —dijo ella de inmediato.

Él levantó las manos en señal de rendición y dijo:

—No estoy aquí para justificar nada. Estoy aquí para asumir la responsabilidad.

Con un suspiro, el hombre le explicó todo lo que había descubierto sobre su sous chef, su resentimiento y su confesión. La joven escuchó con atención, mas no pudo evitar que la indignación burbujeara dentro de ella.

—¿Y crees que con un simple “lo siento” se arregla todo? —inquirió, con sus ojos brillando de furia—. Mi reputación estuvo en juego, Ji-Woon. Todo por alguien de tu equipo.

—Lo sé, y no espero que me perdones de inmediato —dijo, con su voz cargada de sinceridad—. Pero quiero que sepas que no tenía idea de lo que Dae-Ho estaba haciendo. Lo despedí en cuanto lo descubrí.

Ella dejó escapar una risa amarga y comentó:

—Tal vez deberías prestar más atención a las personas que contratas, porque tus errores afectan no solo a ti, sino también a todos los que están a tu alrededor.

La conversación no terminó bien. Aunque Ji-Woon había asumido su responsabilidad, Ha-Yoon no podía simplemente olvidar lo sucedido. Esa noche, mientras hablaba con Na-Ra, dejó salir toda su frustración.

—¿Cómo puedo confiar en él después de esto? —preguntó la chef, mientras daba vueltas por la oficina de Armonía.

Su amiga, como siempre, intentó ser la voz de la razón y comentó:

—No estás obligada a confiar en él, Ha-Yoon. Pero al menos parece que está tratando de arreglar las cosas.

—¿Y qué? ¿Debería simplemente ignorar el daño que esto causó a mi restaurante? —replicó, con su tono cargado de emoción.

—No, pero tampoco puedes permitir que este incidente te consuma. Si lo haces, le estarás dando a Ji-Woon y a su equipo más poder sobre ti.




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