Boceteando Un Camino

Prólogo: "Es una larga historia"

[Lugar: Teatro Hidalgo]

Cabizbajo, viendo mis zapatos de vestir negros, los cuales pulí tan minuciosamente que cada rincón y superficie de este brillan. En ellos, puedo visualizar el reflejo de mi rostro, no había notado hasta el momento que estoy más pálido de lo normal, un nudo en mi garganta se forma tras notar mi aspecto actual, trato de tragar grueso, pero simplemente es inútil.

Estoy perdido en mis pensamientos en este momento:

"¿Qué haces aquí parado con esa cara de tonto?"

"¡¿Se supone que este es el rostro de un artista?!"

"¡¿Ese es el rostro de un futuro "Da' vinci?!"

"¿O solo es el rostro de un fracasado con suerte?"

"Hubieron muchos mejores que tú ¡no mereces estar aquí!"

Mis pensamientos me carcomen, en estos momentos, ellos no quieren ser mis amigos. Los trato de callar sin éxito.

La situación empeora, no solo mis pensamientos, sino que mi propio cuerpo se pone en mi contra, mis piernas comenzaron a temblar como si en la planta de mis pies, y solo en mis pies, se estuviese originando un sismo.

- "¡¿Por qué tiemblan mis piernas?!" - Pienso muy preocupado - "¡Vamos! ¡paren de temblar de una buena vez!" - es inútil, no me obedecen... mi cuerpo me ha traicionado.

Observo nuevamente el reflejo de mi rostro en mis zapatos, quizá con la esperanza de que al menos haya recuperado su "color"...

"Me equivoqué".

Mi rostro sigue igual, inclusive peor. La alianza entre mis pensamientos y cuerpo no me daban tregua en mi guerra interna, solo me atacaban sin cesar

"Lárgate"

-Cállense...

"Con esa actitud no mereces estar aquí".

-Por favor, cállense...

"¿Realmente piensas que puedes ganar? alguien con tú nivel... llegaste lejos solo porque eres afortunado"

- Yo...

"¡Responde! ¡¿en verdad piensas que estás a la altura... Jhonnatan?!"

-¡Jhonnatan Key! - El grito proveniente del señor Lannister logró sacarme del trance - ¡¿Acaso eres sordo o solo te gusta que diga tú nombre?! ¡Ya te he llamado tres veces! - inquirió extremadamente molesto

-¡P-perdone!- alzo la mirada al frente, viendo como él se dio la vuelta para llamarme, cosa que no debería haber pasado ya que está en la mesa de los jurados - Yo...

-¡Ahorre la saliva que yo gasté en llamarlo! ¡suba a la tarima de inmediato para evaluar su trabajo! - sin esperar una respuesta de mi parte, se sentó nuevamente en la silla que le corresponde.

-¡S-si!

Mágicamente mis piernas olvidaron su nerviosismo debido a los regaños de Lannister, con lo cual, me dispuse a caminar hacia la tarima.

Dentro del teatro notablemente vacío, salvo por los jueces, fotógrafos y entrevistadores que trabajan para el periódico, se puede escuchar cada uno de mis pasos con un volumen y eco audiblemente sorprendente, pero eso no se compara a la resonancia que obtuvieron mis pisadas una vez que subí el primer escalón de madera para llegar a la tarima, el sonido era simplemente ensordecedor ante tal silencio. Todos, reunidos en este lugar solo para verme a mi y mí creación, ese pensamiento provoca un leve escalofrío que recorre todo mi cuerpo y me hace más consciente de mis propias pisadas.

"Tap, tap, tap, tap, tap, tap, tap, tap".

Una vez en la tarima, veo los rostros de los tres jueces sentados en la primera fila frente a mí, notablemente, Lannister estaba más disgustado que de costumbre debido a la presencia de la prensa a la cual, él a duras penas dejó entrar.

Por su parte, los fotógrafos tenían sus cámaras prestas para capturar el momento, cosa que me disgusta, no soy fotogénico, y menos si mi cara se sigue viendo tan blanca como el rostro de una Geisha.

-Bueno... comencemos.

Lannister soltó esas palabras y de inmediato las luces se apagaron por completo.

-¿Eh?

Mi mente confundida se reseteó en el corto período que las luces se apagaron.

-"¿Qué hago aquí?"

Mi mente se puso en blanco con mi propio cuestionamiento, pero comenzó de pronto, en plena oscuridad, la figura de una chica se comenzó a materializar en mi mente. Con una voz suave con mucha dulzura en ella, me dijo:

"Tranquilo, estarás bien, siempre lo estás"

Para cuando me dí cuenta, las palabras y la silueta de esa chica, no eran una alucinación, sino un recuerdo... un recuerdo que logró entristecerme.

Los reflectores se encendieron sin previo aviso golpeando mis retinas.

-Mmm...

Traté de tapar la iluminación de mis ojos al poner mi mano izquierda frente a ellos, pero inmediatamente los flashes de las cámaras atacaron mis globos oculares también, fueron muchos, uno tras otro.

Afortunadamente, no duraron mucho, pues Lannister les puso fin.

-¡Ya paren de una vez, sanguijuelas! - exclamó mientras golpeaba la mesa frente a él con ambas manos, dejó en claro que en serio odia a los medios -¡Jhonnatan! ¡muéstranos tú pintura antes de que estos fotógrafos de quinta nos dejen ciegos a todos!

-¡S-si!- me paré erguido cual soldado acatando órdenes, al menos ya no me están tomando fotos.

Visualicé mi lienzo a mi derecha vestido con una blanca tela de ceda la cual no dejaba ver mi obra al público. Levanté mi brazo derecho para quitarla.

-¡Aagh!- solté un ligero grito de dolor bajando mi brazo derecho de inmediato. Lo olvidé, el hecho de que ya no tenga el yeso no significa que lo pueda mover con facilidad.

-¿Estás bien, Jhonnatan?- preguntó Jéssica, una de los jueces con verdadera preocupación en su rostro.

-Estoy bien, solo olvidé que no debo mover mucho el brazo- dejé salir una leve sonrisa para tranquilizarla, aunque en verdad, si que duele.



#27803 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, romance, drama

Editado: 01.11.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.