[Seis meses antes del final del concurso]
[Plaza central "Ramsés"]
[Hora: 15:23pm]
"El día de hoy está hermoso"
Pienso para mí mientras alzo la mirada. Un rayo de sol logra filtrarse entre las ramas y hojas del árbol detrás de mí, cuya sombra es mi refugio de los rayos solares, aunque debo admitir, que no me molesta en lo absoluto que uno o dos finos hilos de luz solar se colen y lleguen a mi rostro, me hace sentir, en cierto sentido, vivo.
"Definitivamente, se siente bien"
Cierro los ojos y una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras disfruto de su calidez reposar en cada parte de mi cara, contrasta muy bien con el clima frío de esta zona que, a pesar de que el día es soleado, mantiene su frescura a la perfección. Realmente adoro este clima tan indeciso las 24 horas del día todos los días del año.
-¡Hey!- bajo la mirada y dirijo mi atención hacia el frente, donde se origina esa voz masculina -¿Ya terminaste el retrato? llevamos ya 30 minutos esperando- preguntó el joven sentado delante de mí junto con la hermosa jovencita sentada en su regazo, al parecer es su novia; digo "jóvenes" porque no aparentan tener más de 20 años de edad.
Caí en cuenta de la situación tras revaluar mi localización en el espacio y ver que frente a mí hay un dibujo ya listo en el lienzo y que estoy usando mi delantal blanco.
"¡Es cierto! ¡estoy trabajando!"
-¡Oh! ¡disculpen!- respondí un poco apenado -su dibujo ya está listo.
Retiré el lienzo de mi caballete con ambas manos, y antes de entregarlo lo examiné por última vez, era un retrato caricaturesco de esos donde las personas tienen las cabezas muy grandes y los cuerpos son diminutos en comparación dando un acabado muy humorístico. No es por presumir, pero creo que logré captar cada detalle, desde la sonrisa y cabello lacio castaño de la joven, hasta la camisa a cuadros y cabellera rubia del muchacho, inclusive dibujé algunas palomas que estaban en el piso, cosa que es común ver en esta plaza.
-Aquí tienen- le entregué el lienzo ya listo en las manos del joven, esperando a que me dieran su aprobación. La joven sonrío al ver el dibujo, creo que realmente le pareció gracioso, lo cual es la idea de este tipo de retratos.
-¡¿Es en serio?!- ojalá su novio lo hubiese tomado de igual manera, pero no fue el caso -¡Esperé 30 minutos para que me dieras un retrato de mi hermosa novia y de mí! ¡¿Y me entregas esta caricatura?!- él no estaba para nada contento con el resultado final.
-P-pues, eso fue lo acordado... -dije encogido de hombros mientras señalaba el cartel que pongo siempre a mi derecha -allí dice:"Se hacen retratos caricaturescos a 10.000 Sans" y eso fue lo que..
-¡Entonces!- el chico me interrumpió -¿pretendes que te dé 10.000 Sans por algo que yo no quiero?- inquirió el joven sosteniendo el lienzo.
-Pues... yo...
-Amor, espera un momento- para mi suerte, intervino su novia en mi rescate -no seas tan duro con él, hizo lo que dijo que haría, además- ella tomó el lienzo en sus manos -¡quedamos muy simpáticos!- dijo dejando salir una sonrisa, la cual me tranquilizó; si le gustó mi trabajo... qué alivio, a veces eso es todo lo que un "artista" necesita escuchar para que sus nervios y nudo en la garganta desaparezcan. Algo tan simple como una sonrisa tras ver la creación que hiciste con dedicación, hace que tú corazón se sienta lleno (quisiera decir lo mismo respecto a los bolsillos).
-Si...- respondió su novio un poco más sumiso -¡pero igual no pienso pagar por algo que no me gusta!- frunció el ceño manteniéndose a la defensiva.
-¡Bueno!- replicó la chica empujando el lienzo contra el pecho del chico para que este lo sostuviera.
Yo solo me quedé en silencio, observando la escena, no se me dan bien estas situaciones.
-¡C-cariño- exclamó el joven sosteniendo a la fuerza el lienzo -¿qué haces?
-¿No es obvio?- respondió mientras buscaba en su bolso -busco mi monedero para pagarle al chico, porque a mí si me gustó su dibujo-
Estoy cabizbajo, tratando de ocultar la sonrisa de tonto que se formó contra mi voluntad, pero fue inevitable ante palabras tan amables; en mi mente yo estaba dando saltos y brincos de alegría
"¡Le gustó! ¡le gustó! ¡le gustó!"
Pensaba sin cesar tras escuchar que mi especulaciones eran ciertas, le gustó. Quizá es patético que me emocione por algo que debería suceder siempre, por esa razón me abstengo de demostrar mi contentamiento detrás de una sonrisa, así me veo más "profesional"
-¡P-pero cielo!- objetó.
-¡Ni peros ni peras!- exclamó con autoridad mientras seguía buscando en su bolso -este chico se esmeró, merece su paga.
Cuando escuché las palabras de la joven, inmediatamente me sentí apreciado y valorado, mas de lo que estaba antes; aunque incomodo también, ya que este pleito se originó por mi dibujo.
-¡Oh no!- Expresó la joven señorita de cabello castaño -¡no traje dinero!- dijo con un aire de decepción.
-¡Bueno amor! entonces vámonos - sugirió su novio -podemos encontrar un retrato que nos guste a ambos y entonces...
-Se lo regalo- interrumpí al joven rubio.
"¡¿Qué haces Jhonnatan!? ¡no haces dinero regalando tú trabajo!"
Mi sentido común reaccionó, pero no le dí importancia a pesar de que no se equivocaba en nada.
-¡¿Eh?!- ambos voltearon con asombro.
-Pues, si a la señorita en verdad le gustó mi dibujo, entonces esa es más que paga suficiente- sonreí.
"¡No! ¡tonto! ¡detente!"
Mi razonamiento me regañaba, pero yo seguía adelante con mi decisión.
-¡Yo no podría!- contestó la joven un poco avergonzada.
"¡Perfecto! ¡es tú oportunidad! ¡retráctate ahora!"
A pesar de los esfuerzos de mi mente por sacarme de este aprieto, yo estaba empeñado en llevarlo hasta el final.