Boda Equivocada

Nuevos amigos.

—Mugre—habló Yoongi mientras le daba filo a un cuchillo. 

—¡Hyung! —reprochó Jimin lanzándole una ramita a la cabeza. Yoongi rió en voz baja— No me diga así.

—Sí no quieres que te diga así, entonces báñate—rebatió el chico burlón y sintió otro golpecito en la cabeza provocada por otra rama—. No te has bañado en qué, ¿Dos, tres días? Tienes suerte de que tenga lo suficiente para cepillarnos los dientes.

—¡Usted tampoco! —acusó con el ceño fruncido. Lanzó todas las pequeñas cosas que se encontraba en el suelo al escuchar la risa de Yoongi.

—Yo si me he bañado, por las noches. Cuando estás en el quinto sueño.

—¿Y por qué no me dice? —Jimin se levantó del suelo y comenzó a golpear ligeramente el brazo de su hyung en forma de reclamo.

—¿Te quieres bañar? Hay un lago al sur. Llegas como en diez minutos. —señaló la dirección, pero Jimin no se movió ni un centímetro. Elevó ambas cejas en reproche— ¿Qué? ¿No te vas a bañar, mugre? Sino para seguir caminando.

—Venga conmigo—Yoongi abrió la boca sorprendido y negó con la cabeza—. ¡Oh vamos! ¿Cómo sé que no es otra trampa para desacerase de mí?

—No lo es—aseguró mientras una sonrisa aparecía en sus labios, sonrisa que Jimin tomó por sarcástica y se cruzó de brazos—. Está bien, vamos.                     

Jimin celebró en voz baja y levantó a Yoongi de golpe al tomarlo de la mano por sorpresa. El mayor sintió un cosquilleo al momento del contacto, sin embargo, pasó de largo de esa sensación y se soltó del agarre que el pequeño tenía en él.

—¿Y qué pasará con Taehyung, hyung?—cuestionó Jimin mientras caminaban hombro a hombro hacia el lago—. Digo, ahora ya debe de estar casado.

—Me lo robaré—respondió despreocupado a la vez que se encogía de hombros, era lo que Hoseok le había pedido que hiciera desde un principio. Se giró hacia Jimin, quien lo veía sorprendido y elevó ambas cejas— ¿Qué?

—¿Cómo hará eso? ¿Puedo ayudarlo?

—Eso es confidencial y no, no puedes ayudarme. Ya suficiente tengo con tu presencia—sinceró. Caminó más rápido para evitar los pequeños golpes en los brazos que varias veces Jimin le había proporcionado.

—Hyung...—alargó la palabra mientras lo alcanzaba, le lanzó una piedrecita a la cabeza y Yoongi paró en seco, se giró hacia él y lo miró con el ceño fruncido— N-No se enoje, Yoonie hyung. Ni siquiera le dolió ¿O... si?

Jimin vio cómo Yoongi se acercaba a él y no espero ni un segundo más para correr, había aprendido que su hyung no tenía mucha paciencia y estaba muy seguro de que se le estaba acabando y que en cualquier momento sacaría ese lado salvaje con él.

Yoongi corrió tras él e inevitablemente una sonrisa bailó en sus rosados labios. Hacía mucho que no sonreía sinceramente tan seguido, la mayoría de sus sonrisas eran sarcásticas y falsas. Jimin cambió eso y a Yoongi no le terminaba de agradar eso.

—¡Vuelve aquí, mugrosa bolita azul!—le gritó divertido. Escuchó un refunfuño de parte de Jimin y soltó una risa, pero luego recordó algo—. ¡A unos metros hay una bajada, no te vayas a caer! ¡Jimin hazme caso!

Sin embargo, Jimin lo ignoró pensando que solo le tendía una trampa y corrió más rápido.
Yoongi maldijo por lo bajo y aceleró para segundos después envolver la cintura del más pequeño con sus brazos. Debido al impacto de sus cuerpos, ambos cayeron por la bajada, sólo que Yoongi protegía el cuerpo de Jimin con el suyo.

—Te dije... mugroso, que... había una bajada—se quejó Yoongi mientras empujaba  el cuerpo de Jimin hacia un lado, ya que había quedado sobre el suyo—. Eres irritante.

—Ugh, hyung...—se quejó Jimin mientras se sentaba en las hojas secas y se agarraba la rodilla—, me duele.

  Yoongi se giró hacia Jimin con el ceño fruncido, un poco molesto por haber caído de una bajada y se percató del puchero que tenía el chico, se acercó a él y vio que su pantalón se había rasgado y a causa de eso su rodilla había sido lastimada. Soltó un bufido y tomó con delicadeza la pierna de Jimin.

— ¿Te duele?—le preguntó mientras inspeccionaba la zona dañada. Escuchó un murmullo del chico de cabello azul y lo tomó como afirmación—. ¿Puedes caminar?

Jimin no contestó, sólo se quedó observado su rodilla lesionada mientras jugaba con la tela de su pantalón. Y Yoongi volvió a bufar, porque no podía creer lo que estaba a punto de hacer. Había algo en ese chico que hacía que todas sus barreras cayeran y lo convirtiera en alguien blando. Yoongi lo odiaba. Ayudó a Jimin a levantarse y le dio la espada, se inclinó un poco y esperó a que el menor captara la señal, él no iba a decirlo.

— ¿Por qué se inclina, hyung? Le va a doler la espalda. —Yoongi lo miró feo y Jimin sonrió inocente— ¡No estoy diciendo que ya esté viejo! Solo que bueno, debe doler ¿No?

—Súbete— o tal vez si lo diría—. Te llevaré para que no te lastimes más. Escuchó a Jimin chillar emocionado y segundos después sintió un peso extra sobre su espalda. Acomodó el cuerpo ajeno y lo tomó por la parte trasera de los muslos.

— ¡Es el mejor hyung que he conocido!—rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos, con cuidado de no ahorcarlo y apoyó su mejilla en el lado izquierdo de su cabeza—. Oiga, ¿No peso mucho?

—Guarda silencio, Jimin—fue lo único que pudo formular, ya que se encontraba sorprendido por lo que había dicho Jimin, nadie le había dicho que era el mejor hyung.

Pasaron cinco minutos, minutos en los que Jimin se la pasó tarareando una canción que había escuchado en la taberna, cantando pedacitos de ésta y Yoongi solo disfrutaba de la voz de Jimin. Le gustaba mucho como cantaba.

—Llegamos—bajó a Jimin con cuidado y lo ayudó a sentarse en una piedra—. ¿Te ayudo con eso?

  —Gracias, hyung, pero puedo hacerlo solo—agradeció con una sonrisa e hizo un ademán dándole a entender a Yoongi que se volteara. Sin embargo, éste era muy malo para entender señas—. ¿Puede darse la vuelta? Me voy a desvestir.




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