Boda Equivocada

Flores protectoras.

—Agh, Namjoon eres tan asqueroso—se quejó Yoongi mientras aventaba al moreno hacia un lado. Y se quitaba la chaqueta—¿Cómo te atreves a vomitar en mí?                        

—Lo siento, Jungkook te pagará por ello— señaló a su hermano y se dejó caer otra vez en Yoongi.                       

—¡Yo no pagaré por tus asquerosidades, Namjoon!—le espetó Jungkook lanzándole una piedra, aunque fallando completamente.— ¡Taehyungie! ¡Ayúdame a levantarme, por favor!                        

—¿Cuánto te costó esa chaqueta, hyung?—preguntó Namjoon tomando a Yoongi por los hombros y acercándose a él, mirándolo con los ojos muy abiertos.—En la mochila de Jungkook hay muchas monedas de oro, agarra las que quieras.—le terminó susurrando, cuidando que el menor no lo escuchase.                        

Yoongi sonrió con malicia y le dio un apretón de él hombro a Namjoon.                       

—Eres... una gran persona.                        

—¿Verdad? ¡Soy todo un ángel!—alardeó sonriente, hizo un pequeño baile de felicidad y se sentó en el pasto.                        

—Usted no va a tocar esa mochila, Yoonie hyung—reprendió Jimin, causándole un pequeño susto al mercenario por su repentina aparición—Es el dinero de Jungkookie.                        

—Pero su hermano arruinó mi chaqueta—recordó señalando la pretenda en el suelo—. Se reparte la culpa y por eso Jungkook pagará. Además, no se dará cuenta, está muy entretenido haciéndole coletas a Namjoon y a Taehyung. Mira, Tae ya tiene tres.                        

—Si mal no recuerdo, me dijo que esa chaqueta la ganó en una apuesta, así que no le costó nada... y no tiene que tomar el dinero de Jungkook—le recordó con una sonrisa que daba a entender que ya sabía de su victoria.                        

—Los daños psicológicos los tiene que pagar alguien—insistió. Y Jimin podría jurar que un poco más y Yoongi estaría haciendo berrinche muy pronto; lo que le hizo sonreír con gracia.                       

—Mejor vamos a descansar que aquellos tres ya se durmieron—tomaron las cosas de Jungkook y las de Taehyung y se acercaron a los demás.                         

Yoongi miró a los dos hermanos y a Taehyung desde arriba y frunció los labios. No podía creer que aquellos raritos estuvieran haciéndose un espacio en su corazón. Debía detener todo eso antes de que le fuera difícil seguir su vida sin ellos.                         

Les colocó una cobija a cada uno y se sentó en el pasto junto a ellos, claro sin sobrepasar el espacio que él consideraba bueno para su espacio personal y aura.                        

—¿Desde cuándo pones una barrera que nos protege a todos durante la noche? —cuestionó observando a Jimin formar un círculo alrededor de ellos con pequeñas flores de distintos tipos y colores. Era muy bonito.                        

Jimin se sobresaltó por la pregunta y escondió su mano con las flores tras su espalda. Lo miró con los ojos muy abiertos y haciendo un pico con sus labios comenzó a negar con la cabeza. Dando a entender que no sabía de lo que hablaba.                        

—¿Lo has hecho desde la primera noche? —inconscientemente una sonrisa escapó de sus labios. Miró a Jimin balancearse sobre sus pies y sintió sus orejas arder. Así que simplemente bajó la mirada, no podía negarlo más. Jimin alborotaba cada fibra de su ser.                        

—Debo estar tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que seguía despierto—masculló, extendió su mano con las flores hacia Yoongi y le sonrió, haciendo ese eye smile que Yoongi adoraba muy secretamente—. ¿Quiere ayudarme a colocar las florecitas?                        

Yoongi sonrió asintiendo y se incorporó. Extendió su mano y Jimin depositó varias florecitas en ella.                        

—No deje afuera a Namjoon hyung—le recordó medio bromeando y medio en serio. Yoongi se encogió de hombros divertido y prosiguió a acomodar las flores.                                                 

—Y...—el de cabello azulado emitio un sonido haciéndole saber que lo escuchaba. Yoongi hizo una pequeña pausa y preguntó—: ¿Naciste con magia o la aprendiste? Aunque lo más probable es que hayas nacido con ella porque muy poca gente logra aprenderla si no nace así.    

—Nací con ella—afirmó.— Lo cual es raro porque nadie en mi familia tiene magia, ni siquiera la maneja... cuando mi familia se enteró, se asustaron e intentaron de todo para quitármela, papá los detenía y siempre me mantenía cerca suyo, aunque aveces lo hacían a sus espaldas— Jimin se quedó un momento en silencio y soltó un suspiro—. Aunque mamá no se sorprendió para nada cuando se enteró que tenía magia.    

Se quedaron en silencio mientras terminaban de cerrar el círculo. Cuando estuvo listo, Jimin murmuró unas palabras y de las flores comenzaron a salir hilos de luz que comenzaron a entrelazarse mientras desprendían brillitos, formando una especie de domo, cuando estuvo listo, fueron desapareciendo lentamente hasta no dejar rastro, dando a entender que la barrera estaba lista.    

—Eso fue... muy bonito—le hizo saber Yoongi, Jimin sonrió complacido y le dio un leve empujón al mercenario.    

—Debería ir a dormir.—le sugirió. Se recostó en el pasto y se cubrió con su cobija, mirando hacia el cielo.    

Yoongi se quedó unos segundos más viendo hacia las flores, maravillado, el había visto muchas cosas pero nada igual a eso... ¿Y es que todo lo que hacía Park Jimin debía ser arte? Cada vez se sorprendía más con el pequeño.    

Imitó las acciones de Jimin y se quedó mirando hacia la estrellada noche.    

Yoongi se quedó pensando en lo que le habían dicho Jimin, era muy raro que un niño naciera con magia cuando nadie en la familia la poseía. Por eso, cuando aquello sucedía, las familias se aterrorizaban mientras alegaban que la madre se había metido con alguien más y los repudiaban. Por suerte, a Jimin no le pasó aquello.   




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