Boda Equivocada

Él se fue, pero ha regresado.

El agua golpeando rudamente su rostro lo hizo despertar y sobresaltarse. Ni bien había abierto los ojos, un puñetazo impactó contra su rostro. Soltó un suspiro y se dio cuenta de que estaba atado por el torso y muñecas en un poste de hierro con gruesas cadenas que neutralizaban su magia. Maldijo en voz baja y miró a su alrededor, reconociendo el lugar al instante; comenzó a forcejear, pero se detuvo cuando escuchó una risa llena de burla y sorna.                        

—Considerando tu reputación, creí que sería más difícil atraparte... me decepcioné—chasqueó la lengua y se acercó a Yoongi, se acuclilló frente a él y lo tomó con fuerza de la quijada. — Sabía que te conocía de algún lado, no creí que fueras tú.                       

El silencio de Yoongi era totalmente abrumador, su filosa mirada logró envíale escalofríos, al contrario, pero no retrocedió, ya no más. Lo hizo muchas veces en el pasado y no volvería a eso.                        

—Estuve revisando algunas cosas y me di cuenta de que te ganaste el corazón del Park—habló, enseñándole la foto que Jungkook había tomado de los dos abrazados. Yoongi desvió la mirada unos segundos y eso le arrancó una sonrisa socarrona, al contrario—. Uhm, creo que no.                        

—Ya déjalo, querido—una femenina voz interrumpió la burla, haciendo que Yoongi apretara con fuerza la mandíbula—. Hola.                        

—¿Por qué?—habló por primera vez Yoongi, su rasposa voz retumbó por las feas paredes en las que estaba encerrado.— ¿Por qué aquí?                        

—Muéstrame—pidió ansiosa la figura femenina, se había inclinado a su altura y lo miraba fijamente a los ojos. Yoongi giró su cabeza negándose—. ¡Hazlo!                        

Viendo la negativa del pálido, le hizo una seña al pelirrojo, quien la entendió y comenzó a llenarlo de puñetazos. Yoongi no hizo nada, aunque no es que pudiera hacer mucho; y eso frustró a ambos.                        

—¡Vamos!                      

—Se ha ido—masculló, saboreando la sangre que había entrado a su boca por su labio reventado. — Ya no está.                        

—Es imposible—negó con la cabeza y lo tomó por el cabello, jalándolo con fuerza—. No podrías haberte librado, aunque quisieras.                        

—Pues lo hice. —su tono retador, molestó aún más al joven frente a él y se ganó otro golpe.                      

—Vámonos, Joonhyuck—ordenó la mujer molesta—. Llama a Taemin y que se divierta con él un rato.                        

—Hyunjin—llamó Yoongi y algo en su voz hizo estremecer a la mujer, aunque tal vez también se debía a que hace mucho no escuchaba su nombre salir de sus labios.— Lamento no haberte matado cuando tuve la oportunidad.                        

—Y ya jamás la tendrás...    

                    

[...]    

                  

—No quiero que me vuelvas a tocar o siquiera dirigir la palabra, Namjoon. Si te toleré estos días fue porque a Yoongi le agradas y no quería tener ningún problema con él, pero ni en tus sueños más locos te he llegado a perdonar—espetó Jin, había empujado a Namjoon por los hombros y los demás los observaban de lejos. Algo temerosos.                        

—¡¿Crees que quise que las cosas terminaran así?!—rebatió Namjoon enojado. Su ceño fruncido era muy pronunciado y su profunda voz no hacía más que asustar a Jungkook, nunca lo había visto de esa manera. — ¡Yo no era tu responsabilidad! Debiste preocuparte más por tu hermana que por mí, Jin.                        

Seokjin apretó sus puños con tanta fuerza que sus nudillos se tornaron blancos y su mandíbula estaba tan tensa que parecía que se rompería.
Namjoon se maldijo interiormente al instante, sabía que había cruzado la línea, pero no había nada que hacer. Ya lo había hecho.                                                

—Me voy de aquí—Jin tomó su espada y comenzó a alejarse de ahí, soltando insultos a cada segundo; siendo seguido por Eunwoo y Moonbin—. Ustedes deben quedarse, no olviden que tienen una misión... la cual por cierto no me quieren decir.   

Moonbin miró unos segundos a Eunwoo buscando la aprobación de decirle a Seokjin la misión y el azabache después de unos segundos concedió el permiso con un asentimiento.    

—¿Recuerdas la guerra que hubo en Arbogs? —cuestionó deteniéndose, siendo imitado por Seokjin.   

—Ajá, todo por un niño. —farfulló Jin, ajustando las correas del tahalí—. ¿Eso que tiene que ver?    

—Fuimos llamados para llevar de regreso a ese niño que hace veinte años fue robado—concluyó Moonbin, Jin frunció el ceño mientras asentía lentamente sin comprender del todo como es que los amigos de Yoongi entraban ahí.— Agh, ese niño es Jimin. Verás, cuando la señora Park se enteró que no podía tener hijos, conspiró con unos hechiceros oscuros para poder robar al pequeño del que tanto había oído hablar por lo bonito que era; y así ambos ganaban, ella obtenía al hermoso hijo que siempre quiso y los hechiceros oscuros destruían Arbogs.
Y así es como ocurrió la "Guerra de las estrellas" por Kyun Byul, su nombre verdadero.    

Jin aún asimilando la información, miró por encima de su hombro y divisó a Jimin abrazando a Namjoon por la espalda mientras que Jungkook lo abrazaba por enfrente. Arrugó la frente y se giró a sus amigos.    

—¿Él? ¿La realeza de la magia? si claro y yo soy el príncipe del segundo reino.—ironizó negando con la cabeza. Moonbin viró los ojos pero no dijo nada.   

—Eres el bastardo—respondió Eunwoo sin inmutarse por la filosa mirada que le dio Seokjin.— No me mires así que es la verdad.    

—¿Están seguros?—vio a Moonbin asentir con total confianza y a Eunwoo un poco dudoso.—Bien, sigan con lo suyo, yo iré a embriagarme por dos días.    

—¡Hey! ¿No vas a ayudarnos?    

—No necesitan mi ayuda, ¿No fueron entrenados para eso?    




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.